Bárbara Pichot: «Al rugby femenino no lo va a frenar nadie”

Una de las referentes que tiene la pelota ovalada destacó el crecimiento que viene teniendo la disciplina en Argentina, llamó a seguir conquistando derechos “desde el juego” y señaló: “Es tanta las ganas y la importancia que las chicas le ponen al rugby, que no las va a poder parar nadie”.

 

Década del 50. Un joven empezaba a ser furor en los campos de polo del sur de California, Estados Unidos, por su talento dentro de la cancha y su extraña personalidad afuera de la misma.

 

Los jugadores de los otros equipos se preguntaban por ese particular polista con bigote, cuyo nombre era S. Jones, que causaba gran impresión en los partidos, pero que, finalizado el encuentro,  desaparecía sin dejar rastro alguno.

 

El misterio se mantuvo por 20 años hasta que en 1970 fueron los propios compañeros lo que decidieron ponerle punto final al secreto. Enviaron una nota al a la Asociación de Polo de Estados Unidos y le exigieron que dejaran participar a las mujeres de los torneos. ¿El motivo? El jugador extraño, cuyo talento había cautivado a todos,no era él, sino ella.

 

En 1950, en EE.UU estaba prohibido que una mujer compita en los campos de polo.  Por ese motivo Sue Sally Hale debió disfrazarse dos décadas  S. Jones para poder jugar el deporte que la apasionaba: se metía el pelo rubio debajo del casco, se aplastaba el pecho con cinta adhesiva y usaba rímel para darse un bigote

 

Luego de la nota enviada por los miembros masculinos, la Asociación aceptó a las mujeres  y hoy las chicas estadounidenses son unas de las potencias a nivel mundial. La revista Polo nombró a Hale como una de las 20 leyendas del juego y ella entrenó a decenas de jugadores y caballos en las diferentes granjas que tenía en California y Texas.

La de Sue Sally Hale no es una historial individual, sino, por lo contrario, representa a una lucha colectiva que vienen dando las mujeres en el último siglo y medio, en pos de conquistar sus derechos y terminar con diferentes situaciones de injusticias y desigualdades, a las que han sido sometidas por el sexo opuesto.

 

El deporte es uno de los lugares en donde esa lucha se materializa en conquistas. Así como Hale, fueron muchas las mujeres que se animaron a desafiar el statu quo y abrieron puertas para que hoy el sexo femenino sea protagonista en varias disciplinas que le eran vedadas hasta no hace mucho tiempo.

 

En Argentina son muchas las mujeres que, desde su lugar y a su manera, persiguen un mismo objetivo: lograr un deporte más igualitario. Un nombre propio de esto último es el de Bárbara Pichot, quien se ha convertido en una de las referentes del rugby Albiceleste, difundiendo la disciplina entre las jóvenes e invitándolas  a que se animen a jugar.

 

El año pasado fundó el primer equipo de beach rugby femenino  en Argentina, al que bautizó como “Barbirians”. El jueves estaba junto a las chicas del Seleccionado en Buenos Aires festejando el cumple años de la misionera Paula Pedrozo y el viernes a la tarde se encontraba en los estudios de Misiones Online para compartir una charla. “Estoy acostumbrada, el martes tengo que estar en Córdoba”, dice con una sonrisa. Es que Bárbara viaja de punta a punta por todo el país, buscando que cada vez más mujeres ingresen en el mundo de la pelota ovalada.

(La presentación de Barbirians) 

 

“En un año, el rugby femenino creció un 40% en Argentina. Actualmente tenemos 5000 jugadoras”, dice orgullosa. Aunque luego advierte que hay un problema en la falta de juveniles.  “A las chicas las agarras  a los 13 o recién a los 18 años”, señala y luego explica que  eso es perjudicial  porque las jóvenes no adquieren los tan famosos valores, que son como una biblia para la disciplina.

 

“Necesitamos que las chicas sean rugbiers y para eso tenemos que seguir trabajando en las juveniles. Estamos buscando buenos referentes para que las chicas puedan admirar y vean hasta dónde pueden llegar”, añade.

 

«En un año, el rugby femenino creció un 40% en Argentina»

 

Cuando se le consulta por el futuro y por cómo lograr que  las mujeres sigan ganando lugar en ese deporte, evita hablar de “lucha” y lo sustituye por la palabra “juego”. “Para que el rugby femenino crezca, no hay que pelearse ni luchar con nadie, hay que jugar. El juego habla”.

 

“El rugby es para hombres”. Esa respuesta, habrá sonado en el oído de más de una chica al mostrar interés en practicar la disciplina, porque, hasta hoy en día, una parte de la sociedad sigue dividiendo a los deportes en géneros.

(Paula Pedrozo- embajadora del rugby misionero)

 

A Bárbara Pichot lo anterior no la intranquiliza y encuentra en la misma fuerza de las mujeres, la respuesta para justificar su tranquilidad. “Son tantas las ganas y la importancia que le dan al rugby, que no va a haber nadie que las frene. Ni un padre, ni una madre, ni un entrenador. No las a poder nadie”, sentencia.

Se presentó el torneo femenino de la URUMI

En su visita a Misiones, Bárbara Pichot participó, entre otras actividades, del lanzamiento oficial del torneo femenino de rugby que organiza la Unión de Rugby de Misiones (URUMI), que se pondrá en marcha mañana en Encarnación.

 

(L.D)

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