#MundialDeFutsal: el público misionero puso la fiesta y se transformó en el sexto hombre de la Selección Argentina

El coliseo de Montecarlo explotó de júbilo con el pitazo final y la consagración argentina ante Brasil. Pero antes, hubo dramatismo cuando los visitantes dieron vuelta el marcador. Allí apareció el aliento que motivó a los chicos de Avveduto para torcer la historia y provocar a vuelta olímpica. Vea las mejores fotos.

 

Dicen que los misioneros son gente tranquila, apacible y que cuando concurren a los partidos de fútbol, levantan la voz cuando un gol les hace reaccionar. Nada de eso pasó en la final del Mundial de Futsal en Montecarlo, con el infartante 3 a 2 que Argentina consiguió en tiempo suplementario ante Brasil.

Todo parecía fiesta con el tempranero gol de Sandro Antiveros, pero la técnica y paciencia de los brasileños permitieron la reacción y a pocos minutos del final, los de camiseta amarilla estaban en ventaja e incluso evitaron el empate argentino con un penal que atajó el corpulento arquero visitante. En ese momento, el coliseo de Montecarlo era un auténtico hervidero, todos saltaban, cantaban, revoleaban banderas y empujaron a la Selección Argentina a buscar el empate de manera agónica en los pies de Mescolatti.

El suplementario fue fiesta con el gol de Pires y la vuelta olímpica sirvió para que el plantel también agradeciera una semana de aliento y, sobre todo, el aporte salvador de la final, porque cuando la oscuridad se apoderaba de la noche, el grito misionero se transformó en el jugador extra para la selección campeona del Mundo.

 

 

 

 

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