Los números de tu vida

Las calles de la ciudad inician sus actividades, cada mañana se van abriendo los locales, apagando las luces, las personas que realizaron sus trabajos de noche se retiran a descansar y un grupo numeroso de familias iniciaran sus actividades junto a cada amanecer.

Cada mañana arrancara de distinta manera en cada hogar, y cada uno tendrá una cosa seria e importante por realizar cada mañana. Habrá algo urgente, algo importante, algo no tan importante pero siempre postergado y así la agenda será recargada con múltiples actividades. Iniciar las jornadas y finalizarlas en distintos horarios, absortos en las novedades y en los números que consideramos reales de la vida, así verificaremos las cotizaciones de las monedas cuanto subió, y de acuerdo a eso coordinar que cosas realizaremos en el día. Programar la vida de acuerdo a cuánto. La vida rodeada de números, estadísticas de acuerdo a objetos externos a nuestra vida.

Mientras el día transcurre nos pasamos contando precios, horas, likes, me gusta, peso, valor de masa corporal, calorías, edad, valor de mercado y valor real, que impuestos sobre qué valores. Cuantos intereses tiene, si es en cuotas o no. Nos pasamos el día contabilizando y no es que estemos diciendo que eso es perjudicial sino que llevado al extremos nos puede sumergir en un mar de sumas y lógicas razonables perdiendo de vista, por ejemplo, las sumas de emociones y de disfrute de la vida.

Me encantaría saber si el lector sabe cuántas veces sonrió en la mañana, cuantas veces se miro al espejo, si se miro, y vio más allá de su edad, si vio sus ganas, su esencia, su pasión, la que tengo por hacer lo que hago.

Quizás si dejamos de pensar tanto y nos dedicáramos a disfrutar, simplemente sin razón, sin que tenga una lógica, la vida sin un alfa numérico y si tiene alfa numérico que sea para contar ¿cuántas veces abrazo en la mañana? ¿Cuántos abrazos recibió? Si contáramos los momentos de enojo tanto como las subas de divisas, quizás nos apuraríamos en salir de ahí viendo el costo beneficio en el que esa emoción nos tiene atrapados. Contabilizar cuánta agua le agrego al arroz para invitar una rica comida a mis seres queridos y compartir un momento de amor, de ternura, de cariño.

La matemática es una ciencia maravillosa, que cuando somos niños y aprendemos a sumar no nos damos cuenta que la vivimos diariamente, simplemente que  nos enseñan como funciones externas a nuestra vida, sin embargo nos van a acompañar y van a ser fundamentales en todo lo que realicemos. Ahora bien como adultos les ponemos solo en las cosas que consideramos serias e importantes, sin embargo ellas nos acompañan todo el tiempo, y nada está mal ni bien en la vida sino que depende como miramos las cosas que nos rodean.

Desde el entrenamiento del coaching ontológico hablamos de aprender estando presentes y este estar presentes para el otro y principalmente para mí. Como me estoy mirando, cuánto tiempo le estoy dedicando a contar las cosas importantes para mi vida, no ya como un número sino como posibilidades.

Ver posibilidad más allá de los números. Así en vez de empezar a preguntarnos cuánto vale hacerlo, podríamos empezar a preguntarnos cómo hacerlo, y en vez de preguntarnos cuantos años tengo para esto empezar a ver cuántas ganas tengo de hacer esto.

La vida es una escuela continua donde todos los días vamos aprendiendo algo, quizás ya no estemos sentados ordenadamente en un aula, sin embargo seguimos teniendo clases de matemáticas,  y quizás sea hora de re significar lo que significa para cada uno y empezar a enumerar aquellas cosas que nos hacen más poderosos a la hora de actuar.

¿Cuánto tiempo dedicas a dar abrazos? ¿Cuántas sonrisas regalas durante el día? ¿Cuántos logros te festejas? ¿La misma cantidad que tus errores? ¿Llevas unas estadísticas de tus aciertos o solo de tus desaciertos?

Quizás sea el tiempo de empezar a sumar vida, sueños, proyectos, en la cotidianeidad, cuando estás en tu lugar de trabajo observar si es lo que te apasiona multiplicado por la cantidad de años que llevas haciendo.

Los números de la vida como números de disfrute, ¿cuántos años de disfrute tienes? ¿Cuántas horas de felicidad y cuantas de dolor?, sin ocultarlas, las horas de dolor son aquellas donde más reflexionamos y tomamos impulso para una nueva salida.

Quizás no sea cuestión de contabilizar sino de empezar a vivir disfrutando incluso con nuestros números.

Hacer nuestra lista de nuestros propios números ampliar la mirada y saltar al desafío de multiplicar los sueños y restar los condicionamientos. Así podremos sumar experiencias que le den sentido a nuestra vida

Te invitamos a que conozcas nuestra escuela cliqueando aquí. Descubrinos. Estamos para responder tus preguntas.

*M.Natalia Ferreira.  [email protected]

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