Tombolini consideró que el dólar aumenta porque el Gobierno no es creíble y advirtió que la situación no mejorará este año

El economista Matías Tombolini presentó en Posadas su charla “Cómo ganarle a la crisis”. En entrevista con Misiones Online atribuyó la volatilidad cambiaria a un problema de falta de credibilidad de un Gobierno que “no cumplió con nada de lo que dijo que haría”. Dijo que la suba del dólar alimentará aún más a la inflación. Reclamó un programa de corto plazo para salir de la crisis y para que los costos no los sigan pagando los que menos tienen. Cuestionó al FMI por haber hecho un programa a la medida de las necesidades electorales de Macri, pero aclaró que la culpa no es del Fondo que prestó la plata, sino del Gobierno que “se la patinó”. Indicó que los pronósticos para 2019 no son buenos porque el punto de partida es malo y no hay elementos que permitan vaticinar un cambio.

 

El economista y excandidato a jefe de gobierno porteño por el massismo, Matías Tombolini, brindó hoy una charla en Posadas en la que integró conceptos de macroeconomía con recomendaciones para microemprendimientos y para la economía doméstica. Antes de la charla pasó por los estudios de Misiones Online TV y dejó un análisis crudo de la actualidad y cuestionó con dureza al Gobierno nacional.

 

Advirtió que más allá de lo que pase en los próximos días con el sube y baja del dólar, la volatilidad cambiaria persistirá porque su causa principal no es de orden financiero sino que responde a una falta de credibilidad en la moneda que no se solucionará en el corto plazo.

 

“El dólar aumenta porque no queremos quedarnos con los pesos, no queremos quedarnos con los pesos porque no ha podido el Gobierno hasta aquí y en el último tiempo menos, generar confianza en la moneda de curso legal. Para hacer política económica tenés que tener la chance de generar expectativa, para eso necesitás ser creíble, generar confianza. Y la credibilidad y la confianza son hijas de la reputación y para tener reputación tenés que haber cumplido lo que dijiste que ibas a hacer. El Gobierno no tiene nada eso y eso se nota en la preferencia o no que tenemos en la moneda que imprime el Estado administrado por un gobierno determinado”, argumentó.

 

Responsabilizó al Gobierno por haberse ganado una reputación de no cumplir con nada de lo  que dice que va a hacer. “En 2016 te dijo que la inflación iba a ser 25% y fue 40%, en 2017 te dijo que iba a ser 17% y fue 25%, el año pasado te dijo que iba a ser 15% y fue de casi 50% y este año te dice que va a ser de 23% -eso lo votaron en diciembre con el Presupuesto- y ya está claro que la inflación a marzo va a ser 10,5%. Entonces por qué creerle cuando te dicen ‘estamos tranquilos, en abril repunta’. Si le creyéramos al Gobierno el dólar no subiría, porque si la economía repuntara el dólar tendría que bajar y no tendría sentido ir ahora a comprar dólares, pero si la gente va a comprar ahora es porque no cree que la economía vaya a repuntar en el futuro. Toda esta falta de confianza se termina viendo en una suba del dólar y en un gobierno que lo corre desde atrás con una tasa de interés que vale 68% que es la morfina que eligió el gobierno para tener tranquilo al dólar, pero no sirve para mucho más”, alertó.

 

Explicó que el Gobierno de Macri intenta sustituir esa falta de credibilidad con dos herramientas: la tasa de interés y la promesa de subastas diarias. “Cuando ofrece tasas altas, el Gobierno dice ‘te pago mucho para que me creas y si no me crees a mí, creele al Fondo Monteario’, eso dijo el año pasado pero tampoco le creíste, entonces te dice, creele a todos estos dólares que voy a empezar a vender todos los días: 60 millones. No alcanza, porque si el dólar sube hoy, lo hace sabiendo que esos dólares que vienen se van a vender, los precios presentes descuentan la información que sabemos del futuro, esa oferta de dólares ya está descontada, pero la gente no cree que eso sirva para que baje la cotización y está dispuesta a pagar hoy 44,50”, dijo.

 

El economista planteó que tras el acuerdo con el FMI, el Gobierno tiene hoy menos herramientas para construir esa credibilidad y para incidir en la cotización del dólar. “El Banco Central tiene poder de fuego producto del primer y segundo tramo del préstamo del Fondo, pero no lo puede usar por el esquema de bandas de flotación, que está bien en un libro de texto pero la realidad nunca se puede representar en un libro de texto. Lo que más asusta es la volatilidad, el dólar valía a principios de año $38,50, hoy vale $44,50. Si hubiera aumentado dos pesos enero, dos en febrero y dos en marzo, no habría problema, pero subió todo junto en marzo y eso asusta porque sube muy rápido y eso el FMI parece no haber entendido cuando trazó esas bandas que son un corset, hoy Argentina relegó la posibilidad de hacer política monetaria”, lamentó.

 

Alertó que la nueva devaluación se sentirá en los precios. “Tuviste inflación con un dólar planchado de noviembre a febrero y el argumento que te daban era que el dólar había aumentado más de 100% y a los precios todavía les quedaba un tramo por recuperar. Hasta el cierre de ayer el dólar había subido 16% y los precios menos de 11%, con lo cual otra vez el dólar le está ganando a los precios. Los precios suben porque baja el peso, es un problema de falta de confianza en la moneda local”, reiteró.

 

Tombolini cuestionó además la falta de una política para enfrentar la crisis que sirva para reducir los efectos negativos en los sectores más vulnerables. “El Gobierno te pidió mucho esfuerzo y no te dio nada en estos tres años. Argentina tiene problemas de largo y de corto plazo. El problema de corto plazo es que te sobra mucho mes al final del sueldo, tenés un equipo que se está yendo al descenso, lo que necesitás es un técnico que tenga una estrategia para no descender que no es la misma que para salir campeón. Hoy tenés que frenar el aumento de tarifas, reducir las tasas de interés que cobran los bancos por consumos con tarjeta, frenar el aumento de las naftas, en algún momento tenés que frenar con el ajuste y poner una moneda en los bolsillos de los que viven con un salario, sino el ajuste lo pagan siempre los que menos tienen, en tiempos de crisis los gobiernos tienen que discutir cómo se reparten los costos de la crisis, si mirás la bolsa, desde el comienzo de la crisis hasta acá todas las empresas valen 17% menos, menos las eléctricas, las de gas, las de peaje, hay ganadores y perdedores, entonces hay que sentarse con los ganadores para que pongan un poco más, cuando salís de la crisis podés volver a pensar en el largo plazo”, indicó.

 

Para el economista el rol de la política es construir un puente entre esa solución de corto plazo para salir de la crisis y un plan con objetivos de largo plazo. “Hay que sentar a quien piensa distinto a dialogar para pensar soluciones que sean distintas a un pasado, qué te decía el anterior gobierno, ‘vos seguí utilizando las soluciones de corto plazo que así te poder convertir en un país desarrollado’ y no funcionó porque atando la realidad con alambre no podés ser desarrollado y el que está ahora te dice aplicá las soluciones del largo plazo en el corto y te multiplicó las tarifas por 17, en el medio tomó 100 mil millones de dólares de deuda, subió la inflación, no achicó el déficit y se achicó la economía, tampoco anduvo eso”, sentenció.

 

 

Consideró que si la incertidumbre electoral por un posible regreso de Cristina Kirchner a la presidencia incide negativamente en el panorama económico es por las falencias propias de la economía actual. “Yo o el abismo es un planteo electoral. Si la determinación del valor del dólar depende de una elección es porque gobernaste mal. Si planetas vos o el abismo tu proyecto político es muy pobre porque vos me prometiste que venías a unir a los argentinos. Cuando al poder ejecutivo enojado con las consecuencias tenemos un problema de liderazgo, quisiera ver líderes que trabajan sobre las causas, no que se enojen con las consecuencias. Que generen resultados no solo explicaciones”, pidió.

 

Cuestionó que el FMI haya adelantado para este todos los desembolsos que estaban previstos hasta 2020 “atendiendo el argumento que le presentó el Gobierno nacional que le dijo ‘ojo que si perdemos nosotros viene Cristina’ ¿Qué hace el Fondo interviniendo en el curso de acción de un país que es soberano? ¿Por qué tengo que aceptar que un tipo afuera de mi país tome decisiones respecto a lo que pasa en mi país?”, se preguntó, para luego aclarar que “el malo no es el Fondo que es el que te da la tarjeta de crédito, el problema es cómo usas la tarjeta y en ese sentido el Gobierno se la patinó toda, se la gastó toda y quedó condicionado por el Fondo”.

 

Anticipó que para lo que queda del año no hay buenas noticias porque “el punto de partida es malo, porque el año pasado perdimos 12% de poder de compra salarios contra precios y este año nada indica que vayamos a recuperar algo, con un consumo caído, con una tasa de interés que hace que las inversiones no tengan sentido solo resta esperar el milagro de las exportaciones y resta esperar que el mundo no nos dé malas noticias, ayer Turquía estornudó y a nosotros no dio neumonía.  Argentina es un país muy vulnerable producto del modo que se viene manejando la economía. Creo que gestionaron mal, creo que todo lo que pidieron prestado no se vio reflejado en obras o en mejoras de la competitividad el gran valor que la Argentina necesita es dejar de exportar primarios y exportar trabajo argentino”, finalizó.

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