Marcos Peña brindó su informe en el Senado y aseguró: «Estamos saliendo de la crisis”

El peronismo, en sus distintas vertientes, cuestionó al Jefe de Gabinete por describir “una realidad que no es tal”. Peña aseguró que “estamos saliendo de la crisis”.

 

 

En el año electoral y en una jornada con la economía al rojo vivo y el dólar saltando a casi $45, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, tuvo un áspero paso por el Senado, en lo que fue su primer informe de gestión del año. La mano derecha de Mauricio Macri llegó con un mensaje monolítico en cuanto al rumbo económico del Gobierno, y en algún sentido sorprendente, al afirmar que “esta vez estamos saliendo de esta crisis (pero) resolviendo los problemas estructurales”.

 

 

“El mercado no duda de nuestra capacidad de pago, duda de la voluntad de pago. Hay sectores que agitan soluciones mágicas, esto nos aumenta el riesgo (país) a lo largo de este año electoral”, envió culpas hacia la oposición Peña, tras enumerar las “recetas” de las últimas décadas que a su entender no funcionaron y que contrastó con el enfoque que hoy tendría la gestión de Cambiemos: “Estamos sobre tierra más firme, más allá de los síntomas dolorosos. Hoy no hay controles de cambios, estamos recorriendo el camino de la baja de los impuestos, tenemos tipo de cambio competitivo, el Banco Central ya no financia el Tesoro, hemos dado vuelta la situación energética”.

 

En la bancada del peronismo federal le devolvieron munición gruesa. El chubutense Mario País le enrostró estar haciendo “sofismas” y presentar “una realidad que no es tal”. Alfredo Luenzo, que suele apelar a la psicología, dijo que del mensaje de Peña se desprendía “un cuadro psicótico” -más tarde debió aclarar que era en términos políticos y no una alusión personal.

 

“Cuénteme en que país vive, ustedes como que llegaron de un Ovni ayer, paren de poner excusas, el pueblo está de rodillas”, arremetió el fueguino Julio Catalán Magni. Casi una prédica desde que empezó el gobierno macrista, el formoseño José Mayans puso el foco en el nivel de endeudamiento: “Esta es la campaña más cara porque el FMI pone 9.500 millones de dólares para sostener el gobierno de Macri”. La advertencia sobre el crecimiento de la pobreza y la inflación, fue un denominador común de los senadores opositores.

 

A Mayans, además, quien le había manifestado sus dudas sobre una serie de reformas electorales que hizo el Gobierno, Peña le respondió indignado: «Peña, indignado: “El Gobierno no prepara ningún fraude electoral, esa es una chicana berreta».

 

Los planteos políticos, y el choque en cuanto a las visiones de dónde está parado el país, dominaron más que la mecánica de preguntas y respuestas propias de estos informes. Peña se quejó de que había expuesto “60 temas” y que le achacaban a todo ser “relato”. Si bien reconoció que «no es fácil, sabemos que se genera angustia y desconcierto», insistió que «se están poniendo las bases para salir del estancamiento de tantos años» y ante las críticas peronistas por los malos indicadores económicos recordó que antes no había estadísticas, por la manipulación del Indec.

 

Pero según Miguel Pichetto, ya en el cierre, el jefe de Gabinete abordó temas “colaterales” y no “el tema (que) es la economía”. Pichetto instó al Gobierno a “un cambio fundamental”, la “generación de un shock, para salir”.

 

“Lo peor que podemos alentar es el default -mencionó la palabra maldita-, porque es volver a la noche más oscura. Acá fallan los instrumentos y las recetas”. Reclamó paritarias “sin techo” y contrastó con la política oficial hacia la AUH, “la patria planera, la ideología del pobrismo”. El rionegrino sostuvo que los condicionamientos del Fondo Monetario colocan al Gobierno “al borde del abismo”. Ya metido en la psicopolítica, advirtió a Peña por los funcionarios que a su entender exteriorizan temor y aludió sin nombrarlo a Luis Caputo, “un ex presidente del Banco Central que tenía ataques de pánico”. Caputo fue decisivo en convencer a Macri de volver al FMI.

 

No estuvieron Cristina Kirchner, ni Carlos Menem, aún con fueros en su banca de senador, a pesar de que recibió más temprano una nueva condena criminal, por la venta de La Rural, un negociado de sus años en el poder con perjuicio multimillonario para el Estado nacional (ver aparte). El bloque cristicamporista estuvo casi ausente, y no intervino aunque fuera del recinto renovó sus embates contra el fiscal Carlos Stornelli, por la causa D’Alessio.

 

El radical formoseño Luis Naidenoff, jefe del interbloque Cambiemos, fue una voz de apoyo a Peña: destacó la mejora fiscal de las provincias y se cruzó con su comprovinciano Mayans: “Estamos en el buen camino, tranquilícese senador”. Con final de campaña Naidenoff cuestionó “la demagogia populista” y sostuvo que en las elecciones “hay dos caminos, la nostalgia de los que no están (aludió al ausente bloque cristinista) o la previsibilidad”. A esa altura, en el último tramo, la sesión se había devaluado, muy lejos del quórum con apenas 13 senadores en sus bancas.

 

(Fuente: Clarín)

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