Reflexión del Pastor Guillermo Decena: En la casa del Señor moraré por largos días

El Salmo 23 contiene todos los anhelos de Dios para nosotros, promesas de paz, de provisión, de guía, de protección y de descanso. Sin embargo, la última promesa es la más importante, el Señor nos promete una vida eterna. Es natural el deseo de tener en esta tierra una vida larga y buena, pero también es limitado. Sin embargo Dios nos promete una vida para siempre en su presencia, un regalo de Dios que debemos aceptar. Ese regalo es nuestro Señor Jesucristo. Si tenemos a Cristo, tenemos vida eterna, eso es lo que dice su Palabra.

 

Repasemos las promesas del salmo 23:

PRIMER PROMESA: «Nada me faltará»(v.1) provisión total.

SEGUNDA PROMESA: «Me hará descansar»(v.2a) paz para el alma.

TERCER PROMESA: «Me pastoreará»(v.2b) promete protegerme del peligro.

CUARTA PROMESA: «Confortará mi alma»(v.3a) restaurará mi alma.
QUINTA PROMESA: «Me guiará por sendas de justicia»(v.3b) me guiara.

SEXTA PROMESA: «No tendré temor alguno»(v.4a) me dará valentía.

SEPTIMA PROMESA: «Su vara y Su cayado me infundirán aliento»(v.4b) sus armas me fortalecerán.

OCTAVA PROMESA: «Prepara mesa delante de mí»(v.5a) puedo disfrutar de la vida.

NOVENA PROMESA: «Ungirá mi cabeza con aceite»(v.5b).
DECIMA PROMESA: «Llenará mi copa hasta rebozar»(v.5c).

ONCEABA PROMESA: «El bien y la misericordia me seguirán toda la vida»(v.6a).
DOCEABA PROMESA: «En la casa de Jehová moraré por largos días»(v.6b).

Nuestra sociedad está obsesionada con la longevidad. Aunque el deseo de tener una vida larga y buena es natural, es también limitado. No hay píldora o dieta que pueda prolongar nuestros días sobre la tierra más allá del número que el Señor ha dispuesto. Cuando creemos que Jesucristo es el Hijo de Dios, y confiamos en Él como nuestro Salvador, recibimos el regalo de la vida eterna. Los creyentes tendrán toda la eternidad para servir al Señor y tener comunión con Él.

(Romanos 6:23) (Hebreos 9: 27-28). Aunque tenemos la promesa de un lugar en el cielo, la vida eterna no consiste en un lugar. El verdadero valor de tener un alma que jamás morirá es que estaremos siempre en la presencia de Dios.

Para aquellos que rechacen la oferta de vida eterna con el Señor, hay una alternativa llamada infierno. Las almas que terminan allí sufren un destino terrible: sufrimiento y separación total del Dios vivo. Después de la muerte, no hay misericordia o gracia que pueda tender un puente entre el cielo y el infierno. El tema debe arreglarse mientras estemos en la Tierra. El camino de la vida terrenal es de una sola vez, no hay otra oportunidad sobre la tierra, pero no es negativa la verdad bíblica, sino que se habla de salvación a través de la obra de Cristo en la cruz, pues al morir por los pecados del mundo se concede la vida eterna como un regalo a todo el que quiera recibirlo por fe en Cristo.

 

HABLAR DE LO ETERNO, HABLAR DE LO QUE NO EXISTE

Que el Salmo esté hablando de la vida eterna no es de extrañarnos, ¡pues algunos dudan porque emplean la lógica de que no había en el tiempo de David la idea de vida eterna, pero estos “grandes pensadores” se olvidan que el Salmo anterior (el 22) habla de la cruz cuando la cruz no existía!

Casi 170 años antes de que ni siquiera naciese el rey Ciro, Dios le declaró al profeta Isaías que levantaría a este hombre, su pastor, para reconstruir la ciudad, aunque en los tiempos de Isaías, Jerusalén estaba prosperando y no sería destruida hasta 100 años después por Nabucodonosor, rey de Babilonia. La profecía del Señor comienza en Isaías 44:28.

Lo que dice David a través del Salmo 23 es que podemos hablar del futuro con victoria y debemos hablar como Dios habla: (Romanos 4:17, NVI). Uno de los grandes privilegios que tenemos como hijos de Dios es penetrar, tocar o alcanzar esa esfera en donde Dios llama a las cosas que no son como si fueran.

También, debemos dejar claramente establecido, que esta práctica puede obrar en contra nuestra cuando llamamos las cosas que no son la voluntad de Dios, sino de nuestro adversario, el diablo. Allí también las personas están tocando el mundo espiritual (el mundo invisible). Temen lo que aún no ha ocurrido, y con su fe negativa están expresando las palabras que moldearán su futuro.

No solo dejar de ser negativo, sino empezar a decir lo positivo. Esa es una práctica en cuanto a llamar las cosas que no son, como si fueran. Les recomiendo hacer una lista de confesiones o declaraciones, expresiones que puedan ser sustentadas con la Palabra de Dios, que pueda pronunciar en voz alta, y que se relacionen con su vida, su familia y su futuro.

 

SUSTENTADA EN CRISTO.

(1Juan 5: 11 -12). La vida eterna está asociada irrevocablemente con la persona de Jesucristo. Llegar a la vejez con salud es un objetivo loable, pero nada es más importante que recibir al Salvador y el don de la eternidad en su presencia.

 

DIOS CUMPLE SUS PROMESAS.

Está en la Biblia II Corintios 1:19-20

Dios nunca retrae o cambia sus promesas. Está en la Biblia, Salmo 89:34

Ninguna de las promesas de Dios falla jamás. Está en la Biblia, Josué 23:14

Se nos ha prometido vida eterna. Está en la Biblia, 1 Juan 2:25

Dios puede hacer lo imposible. Está en la Biblia, Lucas 18:27

Se nos ha prometido corazones y deseos nuevos. Está en la Biblia, Ezequiel 36:26.

Dios nos ha prometido el perdón. Está en la Biblia, 1 Juan 1:9

Él ha prometido libertad del temor. Está en la Biblia, Salmo 34:4

Dios ha prometido la salvación para nuestros hijos. Está en la Biblia, Isaías 49:25

Se nos promete el Espíritu Santo. Está en la Biblia, Lucas 11:13

Todas nuestras necesidades serán abastecidas. Está en la Biblia, Filipenses 4:19

Ninguna cosa buena será retenida. Está en la Biblia, Salmo 84:11

Él ha prometido sabiduría. Está en la Biblia, Santiago 1:5

Dios ha prometido paz. Está en la Biblia, Isaías 26:3

Dios ha prometido escape de la tentación. Está en la Biblia, 1 Corintios 10:13

Tenemos la promesa de la salud y la curación. Está en la Biblia, Jeremías 30:17

Se nos promete protección contra daños y peligros. Está en la Biblia, Salmo 91:10

La Biblia promete que los muertos volverán a vivir. Está en la Biblia, Juan 5:28-29

Jesús prometió que vendría otra vez. Está en la Biblia, Juan 14:2-3

Él ha prometido el fin de la muerte, la aflicción y el dolor. Está en la Biblia, Apocalipsis 21:4

 

EL CIELO ES TU HOGAR

Cuando se es joven, el cielo no nos atrae mucho. Tenemos demasiados sueños por delante, como enamorarnos, casarnos, tener hijos, una carrera, etc. El envejecimiento es la manera divina de hacernos pensar en el hogar celestial. Se cuenta la historia de un lorito. Se extravió y cuando nadie lo reclamó, la Sociedad de Protección de Animales se lo dio a Susana. Un día, el pájaro hizo algo increíble; colgado a los hombros de su nueva dueña le susurró al oído una dirección postal, con todos sus datos. Susana descubrió que la dirección existía y allá se dirigió. En la casa vivía su antiguo dueño. Cuando este señor vió a su lorito, no podía contener la alegría. Esta anécdota no es tan increíble como parece. Todos nosotros llevamos dentro una dirección. Dios “…ha puesto eternidad en el corazón del hombre…” (Eclesiastés 3:11).

Filipenses 3:20-21. En el fondo de nuestro corazón sabemos que nuestra ciudadanía no está en la tierra.

Que Dios te bendiga y tengas una semana de completa victoria!

Pastor Guillermo Decena

Centro Familiar Cristiano Eldorado

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