Eldorado: las mal llamadas “niñas-madres”, por Patricia López Espínola

Tanto para la ONU como en la Ley argentina vigente, se prevé que para todo embarazo de niñas menores de 14 años, no existe el consentimiento y lo califica, en consecuencia, como un acto de violación. “El protocolo vigente para los casos de embarazo por violación y abuso sexual infantil, en los cuales la Ley establece que se debe cumplir con el derecho de la víctima a interrumpir el embarazo”, explica en su artículo la periodista feminista Patricia López Espínola. “No son madres, son niñas obligadas a parir”, afirma en su informe.

 

La niña de 12 años, víctima de violación y embarazada de gemelos -actualmente con más de seis meses de gestación- no es un caso más de abuso infantil, de los que suceden con frecuencia en Misiones, sino también que resulta ser otra víctima más de un sistema del Estado que no logra aún su adecuada contención, como sucedió con otras niñas entre 11 y 13 años en Salta, Jujuy y Tucumán.
En Eldorado, la criatura tenía 11 años cuando comenzó a convivir con un hombre adulto de 28 años, que trabajaba como tarefero (identificado como Richard C. en el expediente judicial y que está prófugo). Antes, cuando vivía con su madre también fue abusada  por la pareja de ésta (Ariel R., de 40 años), tal como figura en la carátula del expediente  judicial «Abuso sexual con acceso carnal», que se tramita en el Juzgado de Instrucción 1, a cargo de Roberto Saldaña, que investiga el caso.
En diciembre pasado, cuando la niña cursaba varios meses de embarazo, a una vecina del barrio le llamó la atención que conviviera con un adulto y realizó la denuncia a la Dirección de Acción Social del Municipio local.

 

En aquel momento, inicialmente intervino la responsable del área, Florencia Leiva, junto con su equipo de trabajo (una psicóloga, un trabajador social y una abogada) quien elevó la denuncia al Juzgado de Familia y al de Instrucción 1. Ya con más de doce semanas de gestación, la niña fue internada en el Hospital del Samic de Eldorado, y una semana después la derivaron al Hospital Materno Neonatal, de Posadas, junto a su hermana de 23 años que tenía la guarda por orden de la Justicia.

 

La madre está denunciada en la causa por haber “entregado» a su hija al abusador. Además, la nena declaró en cámara Gesell que una pareja de su madre también abusó de ella.
Sobre ambos hombres, los medios de comunicación hablan poco. En cambio sí pusieron el foco en revictimizar a la niña. Ariel R. escapó hacia el monte misionero, y Richard C se profugó a Formosa, mientras el Juzgado de Saldaña libró la orden de buscarlos. Por cuestiones legales del expediente judicial que se lleva adelante, hasta tanto no se realice el estudio de ADN a los denunciados, no se permite la difusión de sus nombres.

 

No existe consentimiento en una violación

La niña tuvo su primer control médico a las pocas semanas de gestación. Sin embargo, ni la funcionaria municipal de la Dirección de Acción Social ni los médicos del Hospital del Samic de Eldorado tuvieron en cuenta el protocolo vigente para los casos de embarazo por violación y abuso sexual infantil, en los cuales la Ley argentina establece que se debe cumplir con el derecho de la víctima a interrumpir el embarazo.

También la Ley prevé que para todo embarazo de niñas menores de 14 años, no existe el consentimiento y lo califica, en consecuencia, como un acto de violación.

El Comité contra la Tortura de la Organización de Naciones Unidas (ONU), órgano de aplicación y el intérprete más autorizado de la Convención contra la Tortura de 1984, estipuló que los Estados que tienen una prohibición absoluta del aborto exponen a mujeres y niñas a la situación de ser humilladas y tratadas con crueldad.
En este caso, para la ONU, el embarazo de una chica de menos de 14 años es una violación -como lo estipula la ley- y permitir su avance es una forma de tortura.

 

Posturas de “conciencias”

Desde su ingreso al Hospital Materno Neonatal, la niña fue «reclutada» por el equipo de Salud Mental, dirigido por la psicóloga Quiroga, una mujer en edad de jubilarse y con posturas ya obsoletas.
Los médicos involucrados en el caso de la esta niña (psicóloga, médicas, abogada y voceros de la Iglesia) le habrían hablado bajo el concepto de que “si estaba enamorada, esos bebés eran fruto del amor», en la línea de los “Pro Vida”
Ni bien el Ministerio de Salud Pública tuvo conocimiento del caso, estaba previsto que la víctima se reuniera con el equipo del Programa Provincial de Salud Sexual y Procreación Responsable, a cargo de la licenciada Norma Miño, para intervenir en el asesoramiento, brindar información completa de los riesgos de la menor sobre su estado y sus derechos vigentes, y que -acompañada de una persona adulta- pudiera decidir en consecuencia.

 

Pero la psicóloga del Hospital Materno Neonatal habría interceptado a la niña antes de encuentro, y ecografía en mano le mostró sus «bebitos», incentivando de alguna manera a la niña la fantasía romántica de la maternidad, que no se condice con su realidad psíquica ni emocional, como tampoco con su madurez física: la nena ni siquiera tiene desarrollada las glándulas mamarias, lo que le impediría el ejercicio de amamantar. Además, por su pequeña contextura y su edad, sumado a su entorno psicosocial, los médicos señalaron que su embarazo es de muy alto riesgo.
Una vez en el nosocomio, los médicos y la psicóloga «Pro Vida» impidieron  que los responsables del Programa de Salud Sexual se acercaran a la criatura. Su hermana de 23 años, que la tenía a su cuidado, al principio no estuvo de acuerdo con la continuación del embarazo; pero después comenzó a dudar, asustada y hasta “presionada” tanto por profesionales de Salud como por desconocidos que la amenazaron por teléfono, exigiendo que sostenga el embarazo de la pequeña porque de lo contrario «ardería en el infierno», según relató.
«Esa fue una verdadera cruzada del horror donde la psicóloga y les médicos anti derechos no dejaban que nadie se acercara a la criatura, a la que también impidieron salir de la habitación del hospital», señaló una fuente del nosocomio que pidió la reserva de su identidad.

 

Vulneración de Derechos  

En este caso se repitió en Misiones la vulneración de los Derechos del Niño, Niña y Adolescentes en situación de abuso sexual. Las autoridades de Salud Pública y del Hospital Materno Neonatal hablaron sobre la situación de la niña de Eldorado con los medios de comunicación, contrariando todas las normas de resguardar la privacidad de la víctima, violando su intimidad y vulnerando sus derechos.

Algunos de los médicos incluso son declarados «objetores de conciencia», ya que públicamente se pronunciaron en contra del proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (ILE), como es el caso del director del Hospital.

Por lo tanto no sorprende que afirme en que «en ningún momento se habló de interrumpir el embarazo. Ella quiere tener a sus bebés. Nosotros simplemente la tenemos internada para control prenatal y en tratamiento, por su edad, y para hacerle todos los estudios”, dijo en sus declaraciones el doctor David Halac.

También el director del Hospital sostuvo ante los medios de comunicación que la niña «no recibirá el alta hasta el momento del parto, para darle el soporte médico que corresponde a un embarazo adolescente”. La niña tenía 11 años cuando fue abusada y embaraza, tendrá 12 años al momento de parir. Es una niña desde su desarrollo físico y desde lo emocional.

Sin embargo, desde la institución al tiempo le otorgaron el alta médica. “La hicieron esperar siete horas por una ambulancia que nunca llegó, que la trasladaría a Eldorado. Cansada de esperar, la hermana de la niña solicitó ayuda a una integrante del Colectivo de Acción Contra las Violencias de Géneros, quien se acercó al hospital y las llevó hasta Terminal de Ómnibus de Posadas, y tuvieron que regresar a Eldorado por sus propios medios”, relató una fuente.

Desde las organizaciones feministas, sociales y sindicales siguen de cerca la situación de la niña de Eldorado y sostienen a través de un comunicado que el Estado (desde los Ministerios de Salud Pública  y el Hospital Materno Neonatal que depende del área, Desarrollo Social; la Dirección de Acción Social y el Hospital del Samic de Eldorado), serían los responsables si a esta niña le sucediera algo porque “todo su accionar se encuadra en la mala praxis”, aseveran.

También se preguntan por qué el sector activista Pro Vida no está ayudando a solventar materialmente a la niña y a su familia, que carecen de recursos económicos. “Por qué no gestionan una vivienda digna ahora que carga con una gestación gemelar de riesgo, y que la obligarán a parir mediante una cesárea, como ocurrió con otra niña en Tucumán”, cuestionan.

 

 

Ahora, otra hermana se hizo cargo de la niña

En la actualidad, la niña de 12 años está al cuidado de la mayor de sus hermanas (30 años), que también vive en Eldorado, porque la joven de 23, que tiene un hijo pequeño y la acompañó en el hospital, carece de recursos económicos para sostenerla.
El lazo sanguíneo que une a la niña gestante con la mayor de sus hermanas es por parte del padre que murió hace alrededor de dos años, tiempo en que dejó de verla. «La traje a vivir conmigo porque en mi casa va a estar mejor. No la veía desde que murió mi papá porque no me gustaban las actitudes de la madre de mi hermanita. Ahora está conmigo. Ella necesita cuidados porque es muy chiquita», destaca esta mujer joven, humilde, que vive con otro hermano, trabaja de empleada doméstica, y no comprende muy bien la envergadura del delito cometido contra la criatura.

-¿Que te pasó cuando supiste que tu hermana estaba embarazada como consecuencia de una violación?
-Me sorprendí cuando me contaron sobre el embarazo, y me puse muy triste porque ella era mi sol, mi todo. Pero ya está, ahora estoy para apoyarla. Yo no tengo hijos. A lo mejor en su niñez, en su inocencia, ese hombre la manipuló. Pero no me habla de eso, y yo tampoco insisto; que hable cuando salga de ella y se sienta mejor.
-¿Cómo la ves de animo?
-Creo que está bien, tranquila. La gente de Acción Social (de Eldorado) nos está dando una mano con los alimentos y el traslado para el control médico. No sé hasta qué semana podrá aguantar cuanto tenga contracciones, lo más probable es que le hagan una cesárea.
-Y sabés algo del hombre que la violentó sexualmente?
-No. Yo ahora estoy enfocada más en ella. Dicen que hubo una denuncia; pero desde que está conmigo me enfoco en ella y en su salud, porque del tema del delito creo que tienen que ocuparse otras personas.  No lo conozco a ese hombre, nunca lo vi, no sé cómo es.
-¿ Creés que si su embarazo llega a término y prospera, estarías en condiciones de ocuparte de ella con todo lo que eso significa, no sólo emocional sino materialmente?
-Sí, nos vamos a ocupar con mi hermano. Sabemos que es muy feo lo que le pasó, pero ella va a salir adelante en mi casa con sus bebés. Vamos a hacer todo lo posible para ayudarla.
La niña de 12 años concurrió esta semana al hospital, acompañada por su hermana, porque estaba con contracciones y con una infección urinaria. Se la veía callada, y con tristeza en la mirada.

Es posible que los médicos del Hospital Materno Neonatal se esfuercen en sostener su embarazo hasta la semana 30 y la obliguen a parir. Su contextura física es la de una nena pequeña, y es difícil imaginar que con su falta de desarrollo, logre llegar a término con ese embarazo gemelar, y menos aún hacerse cargo de dos bebés.

Cuando volvió a Eldorado supo que su «historia de amor» es una falacia, que su violador está prófugo, y su madre implicada en ese delito.
La historia de esta nena está atada, también, a la de su madre, una mujer violentada, víctima de este sistema machista, patriarcal, sin la presencia del Estado que les garantice educación, salud, trabajo, para, al menos, una vida digna.

 

 

(*) Artículo de Patricia López Espínola, Periodista Feminista  

 

 

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