Ingenieros de nuestros puentes

Cada mañana somos constructores de la vida, construimos momentos, espacios, sonrisas y nos movemos en nuestro hacer cotidiano, conviviendo con otras personas, relacionándonos a través de distintas actividades.

En la vida  establecemos vínculos, realizamos acuerdos, comunicamos pedidos y nos ofrecemos  con las personas dentro de nuestro marco de cotidianeidad. La comunicación es parte de nuestros dias.

Ciertas veces nos vemos impedidos de comunicar, de poder establecer una común unión  clara entre lo que quiero decir y lo que realmente se interpreta. Entre lo que una persona dice y la otra persona escucha hay una brecha dado que no solo escuchamos con los sentidos sino que  también interpretamos aquellas palabras que salen del interlocutor. Y cuando decimos que interpretamos hacemos referencia a que la otra persona nos escucha con todo su cuerpo, con sus creencias, con su  manera de ver mundo.

De esta manera vamos atravesando realidades que nos disguntan por el hecho de considerar que lo que digo no es comprendido por el otro. Las cosas que suceden las vivo con disconformidad y  prefiero alejarme, creando surcos entre ambas partes donde difícilmente lograre relacionarme  e iniciar oportunidades.

¿Y como me relaciono entonces?, ¿si lo que quiero alcanzar esta del otro lado de esa conversación? ¿Si por falta de esa conversación me estoy perdiendo momentos importantes en los que me gustaría estar presente? ¿  y si  no puedo expresarle el amor que siento a la persona que amo simplemente porque yo estoy en mi propia conversación?

La respuesta quizás, este en mirar a nuestro alrededor y ver ¿como hicimos para comunicar ciudades, como llegamos a lugares donde estamos separados por accidentes geográficos, como supimos interrelacionar culturas?; a través de puentes.

Los puentes son diseñados, pensados estratégicamente, hay de distintos materiales, formas, tiene un propósito definido y por sobre todas las cosas su realización lleva un proceso y tiempo.  El resultado inmediato es medible en la culminación de la obra; el resultado en el tiempo es invaluable, dependerá de la utilidad, de las gestiones y sobre todo de los vínculos e intereses compartidos una vez que se finalice la obra.

En un puente dejamos de pertenecer a una orilla determinada, nos unimos, no es  una sola persona,  sino que es una obra compartida en intereses donde ambas partes pone todo el potencial es beneficio mutio.  Es un dejar pasar, transitar,  para poder fluir.

Y si tomamos  como referencias los puentes y establecemos  uno de conversación donde no solo se hable a la persona sino con la persona;  de confianza donde establezcamos la historia que nos llevo hasta donde estamos y construir desde allí.

Establecer un puente es  en principio un acuerdo, donde ambos vamos a conversar, bajo el respeto y la presencia.

Nada se realizara si me quedo paralizado en lo que considero que sucedió, en mi mirada, en mi orilla, solo se puede avanzar con el primer paso.

Desde la disciplina del coaching ontológico decimos que el lenguaje crea realidades, así como los puentes, formando realidades que no existen, acortando distancias. Todo empieza con  un deseo intenso, propulsor, de reconocer que estoy acá pero quiero llegar al otro lado   y si llego puedo no solo sumar sino multiplicar con el otro.

Los invito a vernos como ingenieros de nuestras conversaciones para poder crear nuestras realidades con entusiasmo, respeto y amor, salvando los abismos que generamos desde nuestros diálogos, no solo para nuestro bien, sino con un sentido de trascendencia, porque nunca sabemos cuan conectados estaremos a partir de un pequeño puente.

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Te invitamos a que conozcas nuestra escuela y te conviertas en un constructor de puentes inscribiéndote aquí con Compras Misiones

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(*) Por M. Natalia Ferreira- Coaching ontológica profesional

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