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Argentinos estafados en Río de Janeiro: “Cuando llegamos el lugar no existía”

Fueron 12 amigos de entre 25 y 35 años, oriundos de Córdoba capital, los que habían planificado un viaje de cinco días para ver los tradicionales carnavales de Brasil, pero terminaron siendo estafados por la persona que habían contactado para alquilar un departamento.

En la previa, que comenzó varios meses antes, Gabriel Batalla (25) fue quien se encargó de empezar a buscar dónde alojarse. Por medio de conocidos llegó a Diego Machado, un brasileño, dueño del Patagonia Río Hostel, quien además -según dijo- tenía varios departamentos para alquilar. Fue el hombre que los terminó estafando.

Machado le envió fotos con muchas opciones, le dijo que era difícil encontrar un espacio para 12 personas porque todos querían ir a los carnavales de Río, pero finalmente encontraron un lugar. El brasileño, que siempre se presentó como un intermediario, exigió entonces que le transfirieran una seña al dueño del lugar para concretar la reserva.

Los cordobeses estuvieron de acuerdo y fue el propio Batalla, según le relató a Infobae, quien tras acordarlo con sus compañeros de viaje, el 12 de noviembre del año pasado giró la suma total de 54.499,50 pesos a una cuenta a nombre de Antonio Carlos Gomes de Castro Junior, el supuesto dueño del departamento.

Hace unas semanas el cordobés volvió a comunicarse con Machado para pedirle la dirección del lugar y si bien se demoró unos días en dársela, finalmente se la envió. El día de la llegada el brasileño dijo que iba a estar esperándolos en el departamento.

Mantuvieron la comunicación hasta el día mismo de la llegada, el pasado 6 de marzo, pero cuando los 12 amigos se dirigieron al lugar en cuestión, se encontraron con que donde debía estar el edificio de departamentos había un hotel.

«Cuando llegamos el lugar no existía», explicó Gabriel, que entonces comenzó a enviarle mensajes a Machado, quien para ese momento ya lo había bloqueado de WhatsApp y todas las redes sociales. «A todos mis amigos no los atendía, inclusive un par de conserjes se solidarizaron y trataron de llamarlo, pero el flaco no apareció por ningún lado», agregó.

«Al principio pensamos en hacer una denuncia, pero teníamos un poco de miedo porque estábamos en Río, no sabíamos quién era este tipo que tenía mis datos, mi Instagram, mi celular, así que decidimos evitarnos un posible mal rato», le confió Gabriel a Infobae.

 

 

Fuente: Infobae

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