Reflexión del Pastor Guillermo Decena: Promesas de Dios IV

Somos como ovejas del Señor y su Palabra nos dice que “su vara y su cayado me infundirán aliento”, esto significa que el Señor usa armas poderosas para defendernos del maligno, por ejemplo la sangre de Cristo que nos cubre, ángeles que guardan todos nuestros caminos, el Espíritu Santo que nos protege como una coraza y por supuesto su Palabra que nos orienta y dirige para que vivamos sin temor.

 

 

SU VARA Y SU CAYADO ME INFUNDEN ALIENTO…

Había muchos peligros en los secos y escarpados valles y barrancos de Judá, los cuales presentaban a los rebaños de ovejas los elementos más peligrosos de su camino. A pesar de esto, los temores de las ovejas son disipados ante el reconocimiento de dos instrumentos que el pastor cargaba, una vara y un cayado, por medio de los cuales gobernaba su rebaño. La vara y el cayado pueden ser categorizados en general como elementos de protección y guía respectivamente. La vara protegía de los depredadores; el cayado era una herramienta de guía con un gancho en un extremo que al ponerla alrededor del pecho aseguraba a la oveja. Juntas, estas dos herramientas proveían tranquilidad a las ovejas.

Mientras David, el pastor hecho rey, asume el rol de una oveja, sus temores de todo mal son apaciguados al mirar al verdadero Pastor y Rey de Israel. David compara el cuidado gobernante de Dios de Su rebaño, Su providencia, a una vara y un cayado; un cuadro que debería calmar todo temor y darle seguridad al rebaño del cuidado de su fiel y poderoso Pastor.

Nosotros los cristianos somos ovejas peregrinas que vamos por el camino al hogar celestial.

“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.

Yo y el Padre uno somos.” (Juan 10:27-30)

Una providencia especial es ejercitada —podríamos llamarla una providencia pastoral— hacia el redil de Dios, el cual Él compró con Su propia sangre (Hechos 20:28).

La sangre de Cristo no solo nos da seguridad de nuestro rescate del pecado y de Satanás, sino que también nos asegura que hemos sido contados entre el redil del Buen Pastor de modo que ninguna calamidad puede ocurrirnos sin que sea ordenado por Dios, y aun estas providencias no placenteras, obran en conjunto para nuestra salvación (Romanos 8:31-39).

Las ovejas necesitan protección y para ello Dios tiene una vara: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. (Efesios 6:12)

 

Armas espirituales más poderosas para luchar contra el diablo.

I- DIRECTAS.

1- LOS ANGELES: “No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón.” (Salmo 91:11-13)

 

2- EL ESPIRITU DE DIOS: “Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza. (Salmo 3:3)

II- INDIRECTAS PORQUE DEPENDEN DE LA ACCION DEL CRISTIANO.

1 – LLEVA UNA VIDA ORDENADA. Es una arma poderosa de Dios enseñada por la Palabra de Dios, la vida ordenada aleja al maligno y protege al cristiano, eso podría ser tener ordenada la vida matrimonial, el sacerdocio familiar, la vida consagrada. Todas las palabras que el Padre nos da son para ordenar nuestros pasos. (Salmo 37:23-25)

 

2 – VIGILA Y RECHAZA INMEDIATAMENTE LA TENTACIÓN Y EL PECADO. Dios nos provee de astucia para pelear la batalla- Permanece despierto y ora para superar las tentaciones del diablo. La razón exacta de la caída de los Apóstoles, abandonando a Jesús en el huerto, era que no fueron vigilantes en la oración. Parte del problema en el combate espiritual es la respuesta aletargada, lenta y anémica a la tentación. La gracia de Dios siempre debe prevalecer a través del arma de la oración. Debemos comprometernos con nuestra propia voluntad rechazando virilmente y con fuerza la tentación desde el principio.

Frecuentemente las tentaciones obtienen fortaleza sobre nosotros. Porque abrimos un poco la puerta y la cola del diablo entra, siendo luego difícil echarlo. A menudo tenemos tentación porque nos colocamos en una situación cerca del pecado.
El Edén era un huerto no el pequeño patio de una casa. Una de las razones por las que Eva comió del fruto prohibido se debe a la sencilla razón que estaba cerca del árbol que Dios le dijo que no comieran de él.

 

3 –DIOS TE CONCEDE AUTORIDAD: ÚSALA.

“Estas señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios” (Marcos 16:17) ¡Usa tu boca para expulsar los enemigos espirituales que se te presentan! Cuando te das cuenta que el maligno te está tentando o quiere destruir tu economía, tu familia o tus sueños.

 

4 – DIOS NOS ENSEÑA LA PARTE LINDA DE LA VIDA Y COMBATE LA TRISTEZA.

“El corazón alegre constituye buen remedio; Mas el espíritu triste seca los huesos.” (Proverbios. 17:22) Es más fácil para el enemigo atacar al que está triste, y lo puede destruir, así que cante alabanzas.

 

5 – COMBATE LA PEREZA.

En una ocasión alguien increpó al diablo y le pidió que por obediencia a Jesús le dijera cuál era el mayor peligro para las cristianos. De mala gana el diablo respondió: las almas perezosas e indolentes, hemos escuchado el dicho: “La ociosidad es el taller del diablo”. Esto significa que si no tenemos nada que hacer entonces el diablo nos dará mucho que hacer. El tiempo de vacaciones es bueno pero espiritualmente peligroso.(Proverbios. 10:4)

 

6 – DIOS NOS DEJA PARA USAR LAS TRES ARMAS DE JESÚS EN EL DESIERTO.

Por supuesto, nuestro mejor ejemplo para todo es Jesús quien dijo: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”.

Al cabo de cuarenta días en el desierto, el diablo llegó para tentarlo. Jesús con fuerza y fácilmente conquistó al diablo con tres armas que tenemos que aprender a utilizar: la oración, el ayuno, y el uso de la Palabra de Dios.

La oración ferviente y prolongada, la abnegación constante y la familiaridad con la Palabra de Dios, tanto meditándola como poniéndola en práctica, son armas eficaces para combatir y vencer a satanás.

 

7 – ÁBRETE A TU LIDER ESPIRITUAL.

Al diablo le gusta el secreto, de modo que si uno se encuentra en un profundo estado de desolación y se abre a un director espiritual puede vencer la tentación. El silencio total es como un corte o una herida profunda que se oculta debajo de una curita. Hasta que esa herida no se expone al sol y se desinfecta no sólo no se curará sino que estará aún más infectada, se ulcerará y habrá riesgo de gangrena o peor aún de amputación. Una vez que la tentación se revela a un director espiritual, se adquiere poder. ¿Qué hubiera pasado con ella si hubiera seguido el consejo del diablo manteniendo el estado de su alma en secreto?

 

8 – INVOCA A JESÚS.

“Pues «todo el que invoque el nombre del SEÑOR será salvo»”. (Romanos 10:13)

Usando una revelación del profeta Joel dice que hay protección en el nombre de Jesús. En nuestra batalla con satanás debemos utilizar todas las armas en nuestro arsenal. No hay nombre más poderoso que el nombre de Jesús. Hay verdes pastos y aguas de reposo del otro lado del valle de esta vida. La confianza de David de que él terminaría en el lugar correcto en el momento correcto, habiendo atravesado el valle, descansaba en la gracia direccional del Pastor.

Nosotros somos ovejas del Señor y su palabra nos dice que “su vara y su cayado me infundirán aliento”, esto significa que el Señor usa armas poderosas para defendernos del maligno, por ejemplo la sangre de Cristo que nos cubre, ángeles que guardan todos nuestros caminos, el Espíritu Santo que nos protege como una coraza y por supuesto su Palabra que nos orienta y dirige para que vivamos sin temor. Que Dios te bendiga y tengas una semana de completa victoria!

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