Más agresivo y por momentos alejado de la realidad, Macri lanzó la campaña de Cambiemos en el Congreso

El presidente Mauricio Macri aprovechó la apertura de sesiones ordinarias del Congreso para lanzar su campaña por la reelección y mostrar una nueva faceta. Lejos de aquel personaje zen de tranquilidad inmutable que construyó durante sus primero años de mandato, el viernes pudo verse a un Macri mucho más enérgico, por momentos enojado y dispuesto a bajar a las trincheras de la confrontación política directa contra su enemigo favorito, el kirchnerismo. También se vio a un presidente desconectado de la realidad que llegó a sostener que durante su gobierno se logró reducir la inflación o que el país está en una mejor situación que la de 2015, afirmaciones que se dan de bruces contra absolutamente todos los indicadores.

 

En un juego dualista de contrastes con el gobierno anterior, el presidente buscó ubicarse en el lugar de la honestidad, la verdad y la justicia que vendría a romper con un proceso caracterizado por la corrupción y la mentira. En esos términos se refirió a la ley de extinción de dominio, cuyo apoyo o rechazo divide aguas entre justos y corruptos según la dialéctica oficialista, la normalización del INDEC y una supuesta baja en los costos de los contratos de obra pública.

 

A la hora de referirse a la economía, el presidente dejó el único anuncio del día: la AUH aumentará 46%, lo que brindará una bocanada de oxígeno para un sector de la población que lo venía necesitando desesperadamente, pero no alcanzará para motorizar algo parecido a una reactivación del consumo.

 

Evitó mencionar datos duros de la coyuntura y centró su discurso en hipotéticas modificaciones estructurales que estarían en curso y cuyos resultados se vería en el largo plazo, repitiendo así la fórmula del “segundo semestre” pero esta vez con la precaución de no establecer plazos ciertos. “Cuando hablo de resultados hablo del largo plazo”, “las transformaciones profundas llevan tiempo”, “estamos creando las condiciones para lograr ese crecimiento que necesitamos”, fueron algunas de las expresiones con las que buscó crear expectativas a futuro sin aportar argumentos racionales ni hablar nunca del presente, todo muy en línea con aquella frase de cabecera del segundo mandato menemista: “estamos mal pero vamos bien”.

 

El fragmento en el que el presidente dio su versión de la crisis de 2018 fue lo más cuestionado del discurso, por la ausencia total de autocrítica y de conexión con la realidad. “Propusimos un camino gradual que fue exitoso durante dos años y medio: creció la economía, bajó la inflación, aumentaron la inversión y las exportaciones, bajó la pobreza y creamos 700 mil puestos de trabajo… Cuando empezábamos a crecer y a asomar la cabeza como país, tuvimos tres shocks imprevistos: la salida de capitales de mercados emergentes, la sequía que afectó como nunca en 50 años al campo argentino y la causa de los cuadernos”, señaló mientras los legisladores opositores se levantaban de sus bancas para aplaudirlo con ironía.

 

Fueron muchos los economistas que observaron que los dichos de Macri en ese punto se dan de patadas con la realidad, porque el gradualismo no fue un “programa exitoso” sino más bien un fiasco catastrófico que terminó con una inflación desbocada, pérdida de empleos e incremento de la pobreza. Objetaron además que el Gobierno sigue sin aceptar la responsabilidad que le corresponde por la crisis desatada el año pasado y la atribuye exclusivamente a factores externos.

 

“El Gobierno no pegó una en la macroeconomía y el discurso estuvo mal porque le faltó autocrítica, puso todo afuera, los mercados emergentes, los cuadernos…”, señaló el economista Guillermo Nielsen.

 

Como cuando habló de “crecimiento invisible”, Macri volvió sobre la idea de una supuesta mejoría de carácter estructural que estaría pasando desapercibida para el grueso de la población. Sin el apoyo de nada parecido a un argumento racional, el presidente aseguró que Argentina hoy tiene bases más solidas para construir un proceso de crecimiento.

 

Uno de los que puso en duda esa afirmación presidencial fue Ariel Coremberg, el economista que calculó la dimensión de la corrupción de la década kirchnerista, quien dijo que “el discurso de Macri pareció el de un presidente que recién asume”. “Ante la profundización de la crisis económica y el conflicto distributivo, el Gobierno continúa sin ministro de economía y sin ministro de trabajo y sin un plan de estabilización y crecimiento que es un requisito básico para retomar la iniciativa política y económica”.

 

Más allá de las opiniones de los especialistas, los datos duros son los principales enemigos de los dichos del presidente. Un reciente informe de la Universidad Nacional de Avellaneda UNDAV que recorre las cifras económicas de los tres años de gestión de Macri señala que en términos de PBI la economía sufrió una contracción del 1,6%, en el empleo privado se perdieron 80.463 puestos de trabajo, la deuda pública medida como porcentaje del PBI se incrementó un 43% y como contracara la fuga de capitales alcanzó los 63 mil millones de dólares.

 

Como consecuencia de una inflación acumulada de 160% en tres años, el salario real acumuló una pérdida de poder adquisitivo del 13,5%, lo que impactó directamente en el consumo doméstico que se desplomó un 13,8%.

 

Estamos mal. ¿Vamos bien?

 

Los datos más recientes muestran que el país está lejos de un camino de mejoría. El INDEC calculó que el PBI cayó un 2,6% durante 2018 y dejó un arrastre estadístico del 3% negativo para este año. Sin contar todavía ese arrastre, Macri cerró sus primeros 36 meses de mandato con los peores indicadores desde la debacle de 2001/2002: en promedio, la economía se contrajo un 1% por año y la inflación fue del 32% por año.

 

En diciembre, hubo una caída de 7.200 puestos registrados y en los últimos 12 meses la baja fue de 191.300, según informó el Ministerio de Producción y Trabajo. Por otra parte, los salarios de los trabajadores privados registraron en diciembre una variación anual promedio de 34%, por debajo de la inflación de ese mes que fue del 47,6% interanual, lo que representa una caída de más de 13 puntos del poder adquisitivo.

 

La lluvia de inversiones prometida en la campaña nunca llegó, por el contrario la inversión privada se derrumbó 16,9% interanual en enero y de esta manera se ubicó en su menor nivel en cuatro años.

 

En diciembre último las ventas en supermercados descendieron 8,7%, en lo que fue la sexta baja consecutiva en comparación con igual mes del 2017. En los centros de compra o shoppings, las ventas por cantidades también se contrajeron por sexto mes consecutivo un 13,3% durante diciembre último en la comparación internanual.

 

La mala performance de la macroeconomía sigue teniendo su correlato en cierres de empresas y en trabajadores para quienes el único cambio que trajo Cambiemos fue el desempleo. Esta vez le tocó el turno a Metalpar, la fábrica de carrocerías para colectivos más importante de la Argentina, que anunció el cierre de sus puertas y el despido de los más de 600 trabajadores que allí se desempeñaban.

 

También se incrementó fuertemente la cantidad de compañías que comenzó a despedir empleados masivamente y/o que presentan el pedido de Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) ante el Ministerio de Trabajo. Según datos de la cartera laboral, en 2018 fueron presentados 146 PPC y durante los dos meses del año en curso, 21.

 

Festival de aumentos

 

Más allá de las declaraciones pletóricas de optimismo de los funcionarios nacionales que desde fines del año pasado vienen pronosticando una baja de la inflación que nunca se concreta, la política oficial de “sinceramiento de tarifas” sigue golpeando los bolsillos de las familias de todo el país y alimentando una espiral inflacionaria que no tiene visos de detenerse.

 

Siguiendo el principio de preservar las ganancias del exclusivo círculo de empresarios que prestan algún tipo de servicio público a costa de los castigados bolsillos de los usuarios, el Gobierno nacional castigó a los argentinos en marzo con aumentos en los peajes y los combustibles, que se suman a las subas en energía eléctrica, que seguirán durante casi todo el año, y del transporte.

 

Producto de esta política del Gobierno nacional, los misioneros recibieron el viernes una novedad inesperada: los peajes de Colonia Victoria y Santa Ana, que ya habían aumentado en diciembre, volverán a aumentar el domingo. A partir de ese día, los vehículos livianos deberán pagar 70 pesos y los camiones 200 y 240 pesos respectivamente. Desde que asumió Macri, los peajes sobre la ruta 12 en Misiones se incrementaron casi 800%, sin que los servicios que brinda la prestataria hayan mejorado en lo más mínimo.

 

Los combustibles también aumentaron. En las estaciones de servicio de bandera YPF de Posadas, la súper supera los 43 pesos y la Infinia está apenas por debajo de los 49 pesos. Desde que asumió Macri, los combustibles aumentaron más de 160%.

 

Otro de los servicios que aumentará es el de la telefonía celular, cuyo costo se incrementará entre 15% y 17% dependiendo de la prestataria y del tipo de plan.

 

En ese contexto, resultan fundamentales los esfuerzos que realiza el Gobierno provincial para contener el impacto social de las políticas inflacionarias que lleva adelante la Nación a través de medidas concretas como la instauración de una tarifa social de la energía que reemplace, aunque sea parcialmente, a la desaparecida tarifa social nacional o el desglose en tres y seis cuotas para usuarios domiciliarios e industriales respectivamente, del último aumento de la energía dispuesto por el Gobierno nacional.

 

También cobran importancia políticas provinciales sostenidas en el tiempo como los programas Ahora Misiones que ofrecen financiamiento en 12 cuotas sin intereses y reintegros de hasta 15%. Las novedades en ese sentido fueron los nuevos programas Ahora Textos y Ahora Escolar que facilitan a las familias misioneras comprar útiles, guardapolvos y manuales de textos con descuentos y en cuotas sin intereses. Por otra parte, el Plan Ahora Bebé permite acceder a reintegros de 10% en compras de leche en polvo, pañales y otros artículos con tarjetas de débito del Banco Macro y tarjetas sociales de los planes provinciales “Seguridad Alimentaria”, “Plan Pueblos Originarios” y “Hambre Cero”.

 

A clases

 

Siguiendo una tradición que lleva ya 15 años, Misiones será una de las pocas provincias que iniciará las clases con normalidad. Más de 42 mil personas (uno de cada tres misioneros) asistirán este año a una escuela, universidad o instituto en Misiones. Las clases comenzarán el 11 de marzo y este año la principal novedad educativa será la puesta en funcionamiento de la Escuela de la Innovación, una secundaria estatal de gestión pública que concentrará todas las innovaciones en materia de educación en las que Misiones está haciendo punta.

 

En diálogo con Misiones Online la ministra de Educación, Ivonne Aquino, detalló que “va a funcionar con modalidad de jornada extendida. Y el desafío más grande es lo que sucede al interior del trabajo, porque el grupo directivo y docente acepta el desafío de romper este molde de trabajar solo por asignatura y hacerlo ya desde primer año en espacios de proyectos donde se puedan desarrollar las capacidades y habilidades de cada alumno a partir de la resolución de problemas, trabajar en términos de la interdisciplina pero pensado ya como un proyecto de trabajo del primero hasta el quinto año de la escuela”.

 

La Escuela de la Innovación va a tener tres orientaciones: informática, turismo y agro-ambiente. El formato de la jornada diaria de los chicos permite dictar estos talleres y espacios de laboratorio y les va a permitir, sin perder de vista que es una escuela secundaria, apuntalar el perfil que el joven elija.

 

Ya se encuentra abierta la inscripción para jóvenes de 13 a 15 años a esta escuela que estará enfocada en capacidades, aprendizajes por objetivos personales, grupales, participación de las familias y el trabajo en equipo de los cuerpos docentes. La robótica, el aula inversa, la educación disruptiva y emocional serán puntales de este nuevo paradigma de la escuela del futuro.

 

Sesión inaugural

 

Mientras el presidente Macri daba su discurso de apertura de sesiones ordinarias del Congreso, el intendente de Posadas, Joaquín Losada hacía lo propio en el Concejo capitalino. En un discurso de alrededor de dos horas, repasó los diversos aspectos de su gestión y definió a Posadas como una ciudad universitaria con más de 200 carreras en media docena de universidades. Subrayó que en 2018 la Municipalidad hizo la inversión más grande de su historia en camiones recolectores de basura y se instalaron 20 alarmas comunitarias en acuerdo con los Foros de Seguridad.

 

En materia de anuncios, anticipó que cada posadeño tendrá su historia clínica digitalizada en los centros de salud municipales y que se construirá un Cementerio Parque Metropolitano para atender la demanda de Posadas, Garupá y Candelaria. Indicó que ese proyecto se encuentra en su fase de definición, localización y mensura.

 

Puso énfasis en la compra de una flota nueva de camiones recolectores de residuos, incluidos camiones de menor porte, que permiten entrar a asentamientos o barrios en los que nunca había ingresado un camión recolector de residuos. Mencionó los casos de la Chacras 181 y 145 y los barrios Belén, San Lorenzo y Los Lapachitos.

 

Agregó que el Fondo de Crédito Posadas fue lanzado esta semana para fortalecer a Pymes y emprendedores con créditos hasta $ 50,000 con una tasa del 12 por ciento. “Implica un gran esfuerzo, ya que representa casi un tercio de la tasa que acaba de anunciar el gobierno nacional para las Pymes”, dijo Losada.

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