Península, un área protegida de valor ambiental global por sus indicadores de biodiversidad en la selva misionera

El nuevo registro del paso de un yaguareté por el Parque Provincial Puerto Península fue un indicador de importancia en la gestión ambiental del área para continuar con los esfuerzos de conservación del ecosistema que garantiza la supervivencia de esta especie en peligro de extinción. El área natural protegida se ubica en Puerto Iguazú, al límite del Parque Nacional que protege las Cataratas del Iguazú, una de las Maravillas del Mundo. Con una extensión de 6.900 hectáreas de selva misionera, este parque cumple un rol estratégico al conectar el corredor con los parques públicos, reservas privadas, y otras áreas que conforman la ecorregión del Bosque Atlántico o Selva Paranaense que se extiende hasta Brasil y Paraguay y que preserva una valiosísima diversidad biológica , paisajística y de servicios ambientales para el planeta.

 

El yaguareté tiene un papel clave en la selva misionera, este felino silvestre es una especie indicadora de un ecosistema saludable, la base para un futuro sustentable para la vida silvestre y de la humanidad.

 

Península ofrece una recreación perfecta de la biodiversidad que existe en la ecorregión, con el mayor remanente boscoso continuo de selva. La noticia que se dio a conocer el fin de semana del registro de un yaguareté a través de un monitoreo que realizan los guardaparques con la instalación de cámaras trampa fue una grata sorpresa para los investigadores al revisar los videos, pero fundamentalmente fue una señal esperada después de varios meses de seguimientos de huellas y otros registros. El trabajo se lleva adelante en forma coordinada entre el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales de Misiones, los guardaparques, el Proyecto Yaguareté, la Red Yaguareté, sumado al compromiso de propietarios de reservas privadas e investigadores, todos con una visión compartida: promover la conservación de la biodiversidad en Misiones.

 

Por ello, detrás de la noticia del registro de un yaguareté, hay un futuro prometedor para el ambiente de la provincia, y cada área natural protegida es en sí mismo un sitio único y de alto valor para la conservación de la naturaleza y cultura ancestral.

 

El nombre yaguareté es de origen guaraní y significa “la verdadera fiera”. Desde Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA) explican que “este mamífero era considerado un animal sagrado. En Misiones, aborígenes y colonos no lo nombran porque dicen que al invocarlo, se aparece. Su fuerza, poderío y misterio protagonizan leyendas, mitos y también anécdotas e historias de nuestros pioneros, y de quienes hoy habitan cerca del monte, que se van transmitiendo de generación en generación”.

 

Su nombre científico es Panthera onca, es el felino más grande del continente americano y tercero en corpulencia a escala mundial, después del tigre de bengala y el león. Se destaca por su aspecto robusto y la cabeza proporcionalmente grande con poderosa estructura mandibular. Los machos alcanzan los 2,50 metros de longitud, incluida la cola, y hasta 140 kg de peso. Además el yaguareté es un excelente nadador, un caminador incansable, solitario y muy territorial, lo describieron desde la ONG ambiental.

 

 

Monitoreo y plan de acción

La nueva imagen del yaguareté en el Parque Península fue compartida por el ministro de Ecología de Misiones, Juan Manuel Díaz, el sábado (16), oportunidad en la que informó que a través de cámaras trampa se confirmó la presencia del felino en área natural. “Aún no tiene nombre, ya que debemos corroborar si no se trata de un ejemplar que se traslada a grandes distancias en la zona Norte. Valoro el trabajo de la Asociación de Guardaparques de Misiones (Agumis) y del equipo del Cuerpo de Guardaparques del organismo, por mantener el monitoreo de los mamíferos. El animal fue captado transitando en la zona de Puerto Península gracias a una cámara trampa de Agumis”, explicó el ministro Díaz.

Habitualmente, se dan a conocer registros de detección de estos ejemplares por ONGs o propietarios, con monitoreos entre el PN Iguazú, PP Urugua-í, la Reserva Natural Privada San Jorge de Arauco, en el PP Moconá, como también en el PP Salto Encantado del Valle del Cuña Pirú, en Aristóbulo del Valle. “Esta evidencia lograda (en Península) permitió documentar que el movimiento de estos ejemplares sigue ocurriendo”, confirmó el funcionario.

 

“Las cámaras están ubicadas en lugares que son naturales o en lugares donde hay algún tipo de salero, ya que eso atrae a la fauna. De esta forma, se va anotando y registrando los movimientos. Después se vuelca todo a una base de datos”, precisó.

 

 

El trabajo del Ministerio de Ecología se enmarca dentro del Plan de Acción para la Conservación de la Población de Yaguareté, cuyo objetivo es actualizar y generar información necesaria sobre la especie -que figura en la categoría de Peligro de Extinción-, conservar su hábitat, promover educación ambiental y extensión, y analizar el estado de conservación de las presas del felino para adecuar las estrategia a futuro.

 

En noviembre último, el Gobierno de Misiones, a través del decreto 1760/18, dispuso el Día Provincial del Yaguareté cada 29 de noviembre, alineándose la provincia al compromiso internacional asumido por países de América Latina en la Conferencia de las Partes (COP-14) del Convenio sobre Diversidad Biológica.

 

En la oportunidad, establecieron esa misma fecha como el “Día Internacional del Jaguar” (o yaguareté) para generar conciencia sobre las amenazas que enfrenta la especie para su supervivencia, y un Plan de Acción Global por la conservación de la especie, iniciativa de la que participa el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Wildlife Conservation Society (WCS) y Panthera, y los países de América Latina.

 

El Plan busca fortalecer el Corredor de estos felinos, que se extiende desde México hasta el norte de la Argentina, y propone asegurar 30 paisajes prioritarios de conservación de esta especie para el año 2030. Esta iniciativa cuenta con un enfoque regional y abrió también un nuevo camino para fortalecer la cooperación internacional y la concientización sobre las iniciativas de protección del mayor felino de Sudamérica, incluyendo aquellas que mitigan el conflicto entre humanos y la especie, conectan y protegen los hábitats del felino y estimulan oportunidades de desarrollo sustentable, como el ecoturismo, apoyando el bienestar de las comunidades locales y pueblos indígenas que coexisten con él.

 

 

Una joya ambiental en 6.900 hectáreas

 

El PP Puerto Península fue creado por Ley en 2004, por su ubicación ambiental estratégica, ya que limita en el Norte con zonas naturales en estado legal de protección, se ubica entre el río Paraná y el Parque Nacional Iguazú, conecta con el área boscosa del Parque do Iguazú (Brasil), el Parque Provincial Urugua-í (con 84 mil hectáreas de selva), la Reserva Privada Pto. Península bajo la administración del Ejercito Argentino y Parques Nacionales, y con predios de plantaciones forestales y de la Reserva Natural Privada San Jorge, de Arauco Argentina, entre otros pequeños lotes privados de propietarios conservacionistas en la zona. Del lado de Paraguay, cruzando el río, conecta con una pequeña reserva de la Fundación Moisés Bertoni. Todo este corredor natural conforma la Ecorregión del Bosque Atlántico, una de las de mayor diversidad biológica del mundo.

 

“Esta ubicación da cuenta del rol ambiental clave que cumple la preservación del Parque Puerto Península como conectora de bloques selváticos en el norte de Misiones”, explicó el guardaparque René Schieffer, uno de los custodios asignados en el Parque Provincial, además del naturalista e investigador Ernesto Krauckzuk, Perla Gavilán y César Núñez, entre otros profesionales y supervisores de zona que van rotando para reforzar en conjunto el control y monitoreo que llevan adelante en el área natural.

 

 

La conservación de un ecosistema único lo convierte en una “joya ambiental” para la provincia, ya que protegen manchones del Palo Rosa, árbol de una belleza particular y en peligro de extinción, de gran altura y declarado Monumento Natural Provincial. En combinación con los perobales – como se reconoce al ecosistema de palo rosa- se asocia la preservación de palmitos, cuyos frutos son requeridos por la diversidad de fauna que habita en el área.

Además, el sitio alberga una gran diversidad genética, como los bosques de Lapacho Negro, Cedro, Higuerones, Cañafistulas, Laurel y Guatambú, por mencionar algunas especies arbóreas. En el parque llevan registros de mamíferos como el yaguareté, ocelotes, venados, pecaríes de collar, conejos tapetí, agutíes, pacas, corzuelas, pumas, entre otros de importancia, como el Anta o Tapir, que también es Monumento Natural Provincial (Ley Nº 2589/Año 1988) y habita en el parque provincial.

 

 

Los biólogos y naturalistas se fascinan con la gran diversidad de plantas, anfibios, insectos, arácnidos, réptiles, artrópodos y aves que conviven en el sitio. Más del 50% de la diversidad de especies de aves de todo el país puede ser observadas en Península, convirtiendo al sitio entre otro de los elegidos para ser visitados por los observadores aficionados, ya que muchas de ellas son endémicas –no se encuentran en ningún otro lugar del planeta- y, para realizar las visitas siempre se solicita la coordinación previa, de manera de organizar las recorridas acompañados de los guía guardaparques. “Tenemos un sendero apto para caminatas de quienes se interesen por acercar a conocer el Parque. Hemos registrado aves muy bellas, como el águila Crestuda Real, o están presentes las cinco especies de tucanes, entre otras aves características de la biodiversidad de la selva misionera”, señaló el guardaparque Schieffer, en la entrevista con ArgentinaForestal.com.

 

 

 

Respecto al monitoreo y seguimiento de huellas de yaguareté, dijo que en el Parque hacía varios años que se inició el trabajo de relevamiento de mamíferos, y en la actualidad son un equipo que «entre todos se colabora en el aporte de datos y registros que se van sumando a una base de datos. El guardaparque Gabriel San Juan fue uno de los que inició el registro con cámaras trampa durante muchos años, con el objetivo exclusivo de monitorear yaguaretés en el área. Después comenzamos a trabajar en conjunto para unificar el relevamiento de Ecología, sumando al Proyecto Yaguareté y a la Red Yaguareté, que también realizan monitoreos con cámaras trampa en distintos puntos de la provincia, como en el PP Salto Encantado, en Aristóbulo del Valle”, precisó Schieffer.

 

Agregó que el apoyo en la investigación a Ecología, instituciones privadas y comunidad educativa, forma parte de las competencias de los guardaparques. “Entre las múltiples funciones que tenemos en el Parque, realizar estudios propios forma parte de nuestra obligación profesional ya que tenemos que conocer nuestra área de acción, estar en conocimiento de la biodiversidad existente y actualizar los datos a través del monitoreo de los mamíferos”, sostuvo el profesional.

 

 

En los años que se desempeña como guardaparque, Schieffer solo una sola vez tuvo contacto visual con un ejemplar de yaguareté en el año 2017. “Fue en una de las guardias, en el Destacamento Uruzú, puesto de control del Parque Provincial Urugua-í . Eran cerca de las 20 horas cuando se acercó un hombre con una camioneta en el destacamento, alertando que detectó un yaguareté a la vera de la ruta, con un cachorro. Rápidamente, encendimos la camioneta con otro colega, y ya a 100 metros con los faros encendidos del vehículo logré observar al yaguareté adulto desde la banquina, pero rápidamente se perdió en el monte, y no llegué a ver al cachorro. Fue la única vez que tuve un contacto visual directo, real, con un yaguareté. Después, realicé algunas fotografías del animal a través de cámaras trampa o huellas que en forma constante registramos en parques provinciales como Urugua-í o Península”, detalló en la entrevista.

 

Cuando se encontró en los últimos días, con el nuevo registro de felino en la cámara trampa, se conmovió: “Fue una gran alegría. La verdad es que se me erizó la piel de emoción, porque fue la primera vez que la cámara lo fotografiaba de día.  Es imponente. Captamos 3 imágenes, pasando por arriba de un tronco. Sin dudas, es el símbolo de la selva, el ícono de Misiones, el monumento natural nacional desplazándose en nuestro patrimonio natural, el de todos. En lo personal, fue una inolvidable jornada”, expresó  el guardaparque, quien junto a sus colegas diseñador el logo que identifica al área natural movilizados por este hallazgo.

 

 

En la actualidad, los guardaparques trabajan en equipo con los profesionales del Proyecto Yaguarete o de la Red Yaguarete, con quienes están en permanente comunicación, ya que el felino es un gran caminante y se desplaza en un rango de distancias extensas, lo que es bueno para su reproducción. “Es necesario el entrecruzamiento genético, para evitar la extinción de la especie. Son pocos ejemplares, y hay que lograr que no se genere la tan temida endogamia, uno de los principales riesgos para la supervivencia del yaguareté. Por eso, es una buena señal saber que se desplazan por toda la ecorregión, entre Argentina, Brasil y Paraguay, principalmente por el futuro de la biodiversidad de la selva misionera”, concluyó.

 

 

 

 

Por Patricia Escobar 

@argentinaforest

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