En el Día Del Redactor Publicitario brindamos diez consejos para estos profesionales

También se conoce como Copywriter. Se trata de una jornada dedicada a los especialistas de la escritura publicitaria, a aquellos que “venden” mediante la palabra escrita.

El trabajo de un redactor publicitario consiste en adaptar la información que las empresas, personas o instituciones desean dar a conocer a su público. En términos analógicos, es la correa de transmisión que media entre al anunciante (cliente del redactor) y su público (clientes de la empresa, persona o institución). Es decir, “debe comunicar de forma clara, breve y brillante aquellos conceptos o ideas que su cliente desea transmitir”.

El redactor publicitario no puede hacer el trabajo de un diseñador o de un encargado de marketing, pero a su vez, ninguno de estos dos, ni el cliente, puede suplir al primero. Aunque la redacción publicitaria no es un recurso demasiado utilizado en la actualidad, es un artífice esencial de la comunicación.

La importancia de esta actividad radica en que elabora los textos en función de los objetivos. Para eso, aplica distintos criterios y utiliza los vocablos, la estructura y el tono correcto para lograr el cometido del anunciante. De esta forma, quien trabaje con un redactor publicitario contará con una ventaja fundamental y diferenciadora, que lo pondrá en una situación preferencial.

Aquel que cuente con este profesional, logrará una comunicación mucho más efectiva y fluida con sus clientes, que se traducirá en el logro de sus metas de forma más rápida, significativa y por consiguiente, más económica.

¿Cómo conseguir resultados comerciales con lo que se escribe?

Tené en cuenta que la redacción publicitaria hace parte de una estrategia de mercadeo y tiene objetivos comerciales. No es una obra literaria.

Cuando escribas, pensá como lector cuestionándote: ¿provoqué la reacción que esperaba?.

Antes de escribir informate. Conocé la personalidad de la marca y asegurate de tener claro el objetivo que persigue la campaña. Indagá hasta el más mínimo detalle.

Se claro y concreto. Centrate en el objetivo de la marca al escribir.

Identificá quién será tu lector y asegurate de dirigirte a él.

Para escribir mejor hay que alimentarse del trabajo de otros autores. Es importante acercarse a la literatura, al cine y a otras propuestas publicitarias.

La creatividad publicitaria no da ‘permisos’ para omitir normas ortográficas. Si dentro de su estrategia está crear un nombre, asegurate de escribirlo correctamente.

Un redactor publicitario no trabaja solo. Esté siempre abierto a comentarios relacionados con el uso de la tipografía y la forma en que va a presentar el texto.

Probá el texto con personas que pertenezcan al grupo objetivo de la marca. Si no obtiene el resultado que esperás, no dudes en iniciar nuevamente; es mejor un grupo de prueba confundido que una campaña fracasada.

Para finalizar, una frase de Marshall McLuhan: “El espectador recibe mejor la información que se transmite en un lenguaje que le resulta familiar”.

AVD

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