Relaciones amorosas: «hasta que las redes sociales los separen»

La tecnología puede facilitarnos la vida, pero también puede ser perjudicial. Estudios revelan que redes sociales como Facebook, Instagram y otras más pueden separar a las parejas. En el marco del Día de San Valentín, le damos recomendaciones para sobreponerse a estas pruebas.

Hace unos años un estudio de la facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Nuevo León en México, sostenía que un 30% de los usuarios de Facebook habían tenido serios problemas con sus parejas por mensajes o contactos con algunas personas, y por el hecho de que uno de los cónyuges le dedique demasiado tiempo a esta actividad.

Otra investigación reveló que solo en el 2004, Facebook había provocado 28 millones de separaciones en el mundo. El informe también demuestra que el 95% de los usuarios de Facebook buscó en algún momento a su expareja a través de la red social, lo cual generó reencuentros que, en algunos casos, llevaron a infidelidades y rupturas de sus relaciones.

En ese sentido, ¿de qué manera podemos aprovechar la tecnología para reforzar nuestras relaciones y no para destruirlas? Según la psicóloga Vivian Vivero MP 525, las redes sociales no son en sí negativas, sino que el uso que se da de ellas es lo que puede interferir en la adecuada comunicación.

“Las redes sociales nos permiten acercarnos a diversidad de personas, reencontrarnos con personas que pensamos jamás volverlas a ver e incluso conocer a aquellas que no pensábamos que podríamos conocer debido a las distancias (…) En estos casos, la relación amorosa difícilmente se llevaría a cabo si no fuese por las redes sociales. El gran tema es el mal uso de éstas, es decir, cuando las redes sociales pasan a ser más importantes que la relación amorosa”.

Vivero citó el estudio de la investigadora Lauren Sherman, del Ahmanson-Lovelace Brain Mapping Center, quien explicó que durante su observación, los ‘me gusta’ de Facebook son capaces de activar las mismas regiones cerebrales que cuando ganamos dinero o comemos algo que nos produce placer, como el chocolate.

Agregó que para ello, los investigadores de UCLA han realizado una investigación basada en resonancias magnéticas sobre un grupo de voluntarios adolescentes. Su reacción ante el número de ‘Me gusta’ en una foto determinó que si el número era elevado, daba igual si estos provenían de conocidos o desconocidos, la sensación era de absoluto placer y el cerebro se mostraba muy activo.

“Entonces, si vivimos para las redes sociales, si nos volvemos adictos a ellas, sin dudas van a terminar afectando tanto las relaciones amorosas de pareja como cualquier otro tipo de relación interpersonal. El problema no es internet y las redes sociales, el problema está en nuestra dependencia a ellas”, aseveró.

Algunos consejos:

  • Ser más cautelosos y tener cuidado con la información que sube a las redes, ya que al hacer pública su vida privada, permitimos que aquellas personas conocidas y desconocidas puedan opinar, intervenir e invadir la relación de pareja.
  • Utilice las redes sociales como herramienta para el contacto con el otro, para conocer nuevas personas o reencontrarse con viejos vínculos, pero tener presente que un verdadero vínculo se lleva a cabo frente a frente. Ser sujetos que utilizan las redes sociales como un “medio para” construir un vínculo.
  • Estar atentos, no volverse dependientes; «que las redes sociales no nos utilicen a nosotros, que nuestra vida no dependa de la opinión de aquella persona conocida o desconocida que pone un “like” o hace comentarios sobre nuestra privacidad. Que un emoticón jamás podrá reemplazar a un abrazo, un beso o una caricia con la mirada», acotó.

 

SPM

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