Por qué aumentó y cuánto más aumentará la energía. Ganadores y perdedores del sinceramiento

La decisión del Gobierno provincial de trasladar en cuotas el último aumento de la tarifa eléctrica es una nueva respuesta para mitigar el enorme costo social del “sinceramiento de tarifas” que viene impulsando el Gobierno nacional desde que asumió en 2015. Esta política nacional, cuyo objetivo principal es garantizar la rentabilidad de las generadoras y las prestatarias de los grandes centros urbanos, combinada con una devaluación descontrolada y aplicada en un contexto recesivo de baja de los salarios, suspensiones y despidos, está provocando un deterioro social cada vez mayor y un descontento creciente en todo el país.

Aun después de la catástrofe económica de 2018, que impactó de lleno en el poder adquisitivo de los trabajadores y en un contexto de total incertidumbre de cara a 2019, el Gobierno de Macri optó por seguir el doloroso camino del sinceramiento tarifario y lo hizo con una medida que impactó de lleno en las clases sociales más vulnerables: desde el primer día de 2019 eliminó la tarifa social. Además autorizó a la distribuidora Cammesa a aplicar una suba en el costo mayorista de la energía que se traducirá en un incremento de alrededor de 25% en las boletas que llegarán a partir de fines de febrero.

Para Misiones la eliminación de la tarifa social fue un golpe a la mandíbula ya que más de 110 mil usuarios (cerca del 40% del total) eran beneficiados con ese régimen. El Gobierno de Passalacqua salió entonces a morigerar el impacto con una tarifa social provincial financiada con fondos propios.

Pero como los recursos de la Provincia son mucho más limitados que los de la Nación, ese nuevo beneficio cubre solamente la mitad de lo que cubría la tarifa social nacional, lo que hizo que los más de 110 mil misioneros alcanzados por ese régimen paguen por los consumos del primer mes del año aproximadamente el doble de dinero por kilovatio consumido, aunque el porcentaje varía según el nivel de consumo.

A ese aumento en el costo de la energía provocado por la caída de la tarifa social nacional se sumó el hecho de que los consumos se dispararon a causa de las altísimas temperaturas registradas durante un enero que fue caliente hasta para los parámetros de un clima subtropical como el misionero. De allí se explica que a muchos usuarios les hayan llegado a principios de febrero, boletas con montos que más que duplican a los de boletas anteriores.

En ese contexto deben entenderse las protestas que se sucedieron en distintos puntos de la provincia y encuentran su punto de mayor intensidad en Colonia Mado, donde se vienen registrando cortes de ruta.

Lo preocupante del caso es que todavía está pendiente de aplicación del último incremento tarifario de 25% dispuesto por Nación, que recién se reflejaría en las boletas que lleguen a partir de fines de febrero.

Anticipando este nuevo impacto, el Gobierno provincial decidió entonces trasladar el aumento en cuotas, siguiendo la misma política de contención de impacto social que lo llevó a aplicar una tarifa social propia. Para los usuarios residenciales, el aumento nacional recién impactará de lleno en la boleta correspondiente a los consumos de abril y para los usuarios industriales, el plazo se extenderá tres meses más.

Los ganadores del tarifazo

La política de sinceramiento de las tarifas eléctricas que impulsa el Gobierno nacional tiene costos sociales bien conocidos por los usuarios de todo el país, pero también –y esto es menos conocido- está reportando ganancias abultadas a los generadores de energía, sector en el que pueden encontrarse hombres muy cercanos al propio presidente Macri.

Las empresas con mayor crecimiento en el sector energía desde que asumió Cambiemos son Pampa Energía, de Marcelo Mindlin, empresario amigo del presidente que, entre otras firmas, se quedó con IECSA, la constructora de la familia Macri. El grupo Pampa Energía, un verdadero pulpo que concentra empresas como Transener, Edenor y TSG, registró en 2017 un incremento internanual de más de 2.300% en sus ganancias netas que ese año ascendieron a más de 5.576 millones de pesos, según el Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (OETEC).

El otro gran ganador del tarifazo es Central Puerto, de Nicolás “Niki” Caputo, que además es propietario de Central Mendoza y buena parte de Edesur. Caputo es amigo de Mauricio Macri desde tiempos en que ambos cursaban el secundario en el exclusivo Cardenal Newman y fue su socio en varias empresas. Según la OETEC, Central Puerto ganó casi 3.500 millones de pesos en 2017, lo que implicó un incremento interanual de 98%.

Una realidad muy distinta a estos enormes grupos empresarios liderados por amigos personales de Macri, se observa entre las prestatarias y distribuidoras del interior, la mayoría de las cuales no experimentaron una mejora económica a partir de los sucesivos tarifazos nacionales. En Misiones por ejemplo, tanto EMSA como las cooperativas eléctricas se limitaron a trasladar los aumentos nacionales y no incrementaron sustancialmente el Valor Agregado de Distribución (VAD) que es el monto que cobran para costear su funcionamiento.

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