La vida en puntas de pie

Las obras de ballet son sin dudas uno de mis programas favoritos, quizás por haber estado ligada a la vida del ballet muchos años, quizás por la belleza sublime que se da cuando se combina la música, el color, la delicadeza y la destreza de una bailarina.

Ver una escena completa donde los giros y los saltos forman una sinfonía perfecta que quizás los aplausos no alcancen a agradecer lo que esa bailarina  a través de su representación inspiro a una sala llena de corazones.  Este cuadro mágico en el cual por momentos hace incluso llorar de emoción al público.

Hay una serie de  elementos que entran en juego a la hora de que una  obra  brille en el escenario. Detengámonos en uno de esos elementos, porque sin dudas hablar de todos excedería estas líneas.

Las bailarinas que aparecen como hadas mágicas en el escenario, con su delicadeza mezclada con  fuerza y determinación,  las vemos realizar movimientos elegantes, estilizados, saltos coordinados y giros en un eje pequeño, sobre sus puntas de pie. Estos movimientos singulares, propios,  que después se traduce en algo maravilloso donde se conjugan la música los ritmos, ha llevado tiempo, dedicación, entrega, elección, acción, esfuerzo algo que desde afuera quizás no dimensionemos el camino recorrido.

La fuerza de mantenerse en puntas de pie tiene sin dudas un propósito,  que transciende el aplauso, el hecho de dedicarle tanto tiempo a que esos giros sean una perfecta combinación lleva practica; donde se van a conjugar varios elementos. Para llegar a volar finalmente  en el escenario fue necesario una vinculación con éstos, todos importantes ninguno de ellos insignificantes, porque si bien lo que nos asombra es la facilidad para volar, girar y danzar en puntas de pie, hay un trayecto recorrido .

Partiendo desde el cabello, totalmente peinado adecuadamente para que un mechón no distraiga y se robe la concentración,  las manos delicadas, continuadoras de líneas, las zapatilla de punta que no serian posibles sin contar con las cintas  de raso que entrelazan los tobillos, haciendo cada una de ellas particular y personalizada,  cuidando, protegiendo. Sin dudas en este enumerar hay componentes  que estamos pasado por alto, pero en definitiva todos ellos están reunidos con un propósito, bailar en el escenario en puntas de pie y mostrar una de las maravillas del arte.

Bailar en puntas de pie requiere equilibrio, disciplina, propósito y pasión por lo que se esta realizando. Y no significa que al haber pasión no hay cansancio ni lastimaduras. Estar en puntas de pie implica que los zapatos sean angostos, que se gire sobre un solo eje, que se ajusta y hasta quizás hasta sangre y se lastimen, sin embargo la pasión la entrega hace que todo eso sea solo una parte de la escena y que lo que  lo impulse sea aun mayor. Transciende el esfuerzo, el dolor, el mismo escenario.

Ver la vida desde pies de bailarina implica que vas a alcanzar el vuelo, los giros perfectos,  respirar el aire fresco de una salto, divertirte, y a la vez implica el equilibrio exacto para que una vez que desciendas tus pies toquen la tierra agradecidos sin sentir que han estado en el aire , como una caricia descendiendo.

Ver la vida desde la presentación final, sin perder de vista todo el proceso y el camino que se recorrió hasta llegar ahí.

En una actualidad como la de hoy donde todo es rápido, donde el tiempo apremia, la ansiedad  en  torno a realizar acciones excelentes, perfectas y eficaces ahora, seria importante empezar a reflexionar que para llegar a eso hay que aprender y practicar en el proceso. Porque lo que aprendo si no lo llevo a la práctica tampoco me va a llevar al salto final, al escenario.

¿Que te hace falta aprender? ¿Cuánto estas practicando? ¿Cuál es tu propósito?  ¿Cuál es tu obra favorita donde  sos  el protagonista?

Desde la disciplina del coaching conversamos a través de preguntas, las cuales  te acompañan, a que encuentres tus propias respuestas, el gran protagonista sos vos, aunque te queden los pies cansados, lastimados pero una sonrisa en los labios y el corazón. Diseña tu propia danza, tu  salto y mira la vida desde el equilibrio, de la entrega y la pasión.

 

 

Natalia Ferreira – Coaching Ontológica Profesional

 

 

 

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