«Chalecos amarillos» y policías volvieron a chocar en París

Una veintena de personas fueron detenidas en la capital. Según cifras del ministerio del Interior, 12.100 personas se manifestaron en todo el país.

Los «chalecos amarillos» volvieron a manifestarse en las calles de Francia, casi tres meses después del inicio de las protestas, en una jornada con una participación cada vez menor, pero marcada nuevamente por enfrentamientos con las fuerzas del orden.

A media tarde, la Prefectura de Policía informó que 21 personas habían sido detenidas en la capital. Según cifras del ministerio del Interior, 12.100 personas se manifestaron en todo el país, de las cuales 4.000 dentro de la capital.

En París, el cortejo recorría las principales instituciones del país, desde el Arco del Triunfo hasta los Campos de Marte, pasando por la Cancillería, la Asamblea Nacional (Diputados) y el Senado.

Un par de horas después de un comienzo tranquilo, los enfrentamientos entre manifestantes y antidisturbios tuvieron por escenario las puertas de la Asamblea Nacional, cuya fachada se encuentra en obras.

Un grupo trató de forzar las vallas del Parlamento a lo que los agentes respondieron con granadas de gases lacrimógenos.

Según la versión de uno de los agentes recogida en el canal de noticias BFM TV, un hombre de unos 30 años recuperó el artilugio para lanzarlo contra los antidisturbios pero éste le explotó en la mano, lo que le arrancó cuatro de sus dedos.

La marcha siguió su recorrido sin incidentes durante un par de horas, hasta media tarde, cuando volvieron a registrarse destrozos en torno a la Torre Eiffel y en los alrededores de la Plaza de Trocadero.

Las tensiones se repitieron en las ciudades de Burdeos y Lyon, donde las manifestaciones habían sido convocadas después del mediodía.

Desde que el Gobierno retrasara la subida de los impuestos sobre el carburante -el origen de la contestación de los chalecos amarillos- y el presidente francés, Emmanuel Macron, anunciara medidas en favor del poder adquisitivo, el número de participantes ha caído significativamente (287.710 personas el primer sábado frente a 58.600 la semana pasada).

Por su parte, el presidente de la Asamblea Nacional (Diputados), Richard Ferrand, denunció que hubo un intento por incendiar su casa de Finistere, en el noroeste del país, hecho que provocó el respaldo inmediato de Macron.

«Nada de violencia legítima o intimidación contra un parlamentario», dijo el presidente francés. Y, afirmó: «Richard Ferrand tienen toda mi solidaridad».

Desde la oposición también expresaron su solidaridad con Ferrand el líder socialista Olivier Faure y el presidente de Reagrupación Nacional (RN, ex Frente Nacional), la ultraderechista Marine Le Pen.

El presidente de la Asamblea Nacional (Diputados), del partido La República en Marcha (LRM) dijo que fue «un acto grave» el intento de incendiar su propiedad, cuyo «origen doloso no está en duda».

Ferrand, de 56 años, un aliado político de Macron, publicó dos fotos en la red social Twitter que muestran una ventana quemada en su morada.

La Gendarmería, por su parte, encontró en el lugar una manta, los restos de un neumático y un trapo empapado en gasolina.

Durante las últimas semanas de protesta social en Francia con los «chalecos amarillos», cerca de cincuenta diputados fueron víctimas de acciones similares, según fuentes parlamentarias.

(Ambito)

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