Análisis semanal: el ejercicio de endurecer el discurso cuando la economía no funciona

Mientras las estadísticas oficiales y privadas siguen exhibiendo el fracaso de la gestión de la economía nacional en los primeros tres años de la era Macri, se hace más evidente el esfuerzo del oficialismo y de sus voceros de cabecera por orientar la atención de la opinión pública hacia episodios que remitan al problema de la inseguridad y que preferentemente involucren a extranjeros. Entienden que en ese territorio el discurso punitivista que adoptó el Gobierno y que tiene en la ministra de Seguridad Patricia Bullrich su principal emblema, le saca varios cuerpos de ventaja al garantismo zafaronista que cultivó el kirchnerismo durante sus 12 años de mandato.

 

Con esa lógica, el presidente Mauricio Macri y más tarde su sucesor en la CABA, Horacio Rodríguez Larreta, salieron a cuestionar abiertamente el accionar de una jueza en dos casos menores. Casi al mismo tiempo, organismos oficiales informaban que en los primeros once meses de 2018 se habían perdido más de 200 mil puestos de trabajo registrados, el poder de compra de los salarios cayó 13,9% en un año y la recaudación viene perdiendo por 9 puntos contra la inflación a pesar de que se crearon nuevos impuestos.

 

“Es indignante el caso de la jueza que nuevamente liberó a motochorros con antecedentes penales y prohibición del ingreso al país. Las fuerzas de seguridad están haciendo su trabajo en la calle pero con una justicia así no hay policía que alcance”, tuiteó el presidente Macri haciendo eco de un artículo periodístico de Clarín que afirmaba que la jueza Patricia Guichandut  liberó a un “motochorro” uruguayo que tenía pedido de expulsión del país y que días antes hizo lo mismo, previa imposición de una irrisoria multa de 700 pesos, con un colombiano que había intentado robar un teléfono.

 

 

Más allá de que luego la mencionada jueza aclaró a través de un comunicado que no había tenido intervención alguna en el caso del uruguayo –el rigor informativo pareciera haberse convertido en un detalle insignificante en tiempos de la posverdad-  las contundentes declaraciones del jefe de Estado sirvieron para un episodio judicial bastante menor se convirtiera en tema de tapa y ganara espacio rápidamente en redes sociales.

 

Pero para el discurso oficial no solo es importante el tema sino también el abordaje. Entonces el problema de la inseguridad siempre es culpa de un exceso de garantismo por parte de los jueces y de cierta actitud permisiva con “los extranjeros que vienen a delinquir” y jamás se relaciona con el crecimiento de la pobreza y de la indigencia o con el aumento del desempleo producto del colapso de la economía.

 

De la efectividad de ese discurso depende que la tendencia hacia el punitivismo que propone el Gobierno sea vista como una solución factible para un problema que afecta a cada vez más argentinos y ello le aporte a Cambiemos una ventaja comparativa frente al kirchnerismo, que durante buena parte de su gestión le quitó relevancia a la cuestión al punto de hablar de la inseguridad como una “sensación” y no como un problema real.

 

Barranca abajo

 

Pero si de problemas se trata, Argentina tiene otros además de la inseguridad. Por ejemplo la economía, que sigue dando muestras de deterioro con el consiguiente impacto social.

 

Según datos del INDEC, el promedio de los salarios del total de los trabajadores aumentó 27,9% en noviembre último con relación a igual mes del año pasado, en el mismo lapso la inflación ascendió a la friolera de 48,5%. Esta diferencia de 20,6 puntos equivale a una pérdida salarial del 13,9%.

 

Pero en el duro contexto que imponen la crisis y el camino de ajuste que eligió el Gobierno tras el fracaso del gradualismo, los trabajadores que asisten impávidos cómo el poder de compra de sus salarios se desmorona mes a mes no son los que se llevan la peor parte. Ellos al menos siguen teniendo trabajo, algo de lo no pueden presumir los más de 209 mil argentinos que se quedaron en la calle durante los primeros once meses del año pasado. Solamente en octubre se perdieron 38 mil puestos formales.

 

Los datos corresponden al Reporte del Trabajo Registrado que elabora mensualmente la Secretaría de Trabajo que indica que al comenzar 2018 había 12.387.100 puestos, número que bajó a 12.177.900 en noviembre.

 

El informe revela además que la mayor parte del ajuste recae sobre el sector privado, ya que solo 7,8 mil de los más de 209 mil puestos que se perdieron corresponden al sector público.

 

La Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), en tanto, no parece anticipar un cambio de tendencia. La tasa de creación de empleo registró una baja del 2,3% en diciembre, respecto de igual mes del año pasado. Las tasas de entrada y de salida fueron del 1,4% y del 2% respectivamente. Las expectativas netas de creación de empleo en el primer trimestre de 2019 cayeron 0,6%. El 5,8% de las empresas estima sumar gente a sus planteles, mientras que 6,4% cree que disminuirá.

 

Los datos de recaudación que se conocieron esta semana también fueron negativos y revelan que el fisco está recaudando menos a pesar de que se crearon nuevos impuestos.

 

Según informó la AFIP, en enero se recaudaron 363.927 millones de pesos, un 38,9 por ciento más que en igual mes del año pasado. Aplicado a cualquier otro país del mundo, el dato indicaría un crecimiento explosivo, pero en el contexto inflacionario que caracteriza a la Argentina de Cambiemos, la lectura es bastante diferente.

 

Tomando en cuenta que la inflación interanual de enero fue de 47,7 por ciento, el dato referido a la recaudación se queda 9 puntos por debajo. Y el dato resulta todavía más negativo si se toma en cuenta que gracias al incremento aplicado a las retenciones a las exportaciones, la recaudación de ese tributo aumentó 327 por ciento.

 

Otro impuesto cuya recaudación creció por encima del promedio fue Ganancias, gracias a que –contrariamente a las promesas de campaña- la cantidad de contribuyentes aumentó producto de que las escalas y los mínimos no imponibles no se actualizaron de acuerdo a la inflación y las empresas siguen sin poder ajustar sus balances de acuerdo al IPC.

 

Con los salarios avanzando a un paso bastante más lento que los precios, en un contexto de creciente incertidumbre con relación a la continuidad de muchas fuentes de trabajo y con tasas de interés que se ubican entre las más altas del mundo, no sorprende que el consumo de bienes durables se derrumbe. La venta de autos nuevos, por ejemplo, cayó en enero más de 50% interanual según datos de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara).

 

El dato es particularmente malo para las concesionarias porque tradicionalmente en enero venden el doble que en cualquier otro mes, ya que generalmente quienes deciden comprar un auto nuevo durante los últimos meses, postergan la operación hasta el inicio del año siguiente para que su vehículo sea un modelo más nuevo.

 

De allí que la caída de 50% de enero, que en términos absolutos se traduce en 60 mil patentamientos menos que en enero de 2018, resulte muy difícil de remontar en lo que resta del año.

 

Las dificultades que impone el contexto obligan a los vendedores a agudizar el ingenio en búsqueda de alternativas novedosas. La concesionaria Lowe que tiene la representación de Volkswagen en toda la provincia y de Ford en la zona Norte comenzó a ofrecer esta semana la posibilidad de comprar camionetas con yerba canchada, modalidad que no se veía desde hace más de 30 años.

 

En sintonía

 

En materia de política provincial, la enésima visita a Misiones del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, que el martes recorrió obras en la cabecera del puente Posadas – Encarnación y en la zona del El Zaimán, sirvió para confirmar la relación constructiva que sostienen los gobiernos provincial y nacional a pesar de las diferencias entre ambos, que no se limitan a cuestiones de color partidario sino también a la forma de entender a la política y de concebir el rol del Estado.

 

El funcionario nacional llegó flanqueado por el vicegobernador Oscar Herrera y destacó los efectos positivos logrados a partir del trabajo conjunto con la Provincia. También participaron del recorrido el diputado nacional Ricardo Wellbach  y referentes del PRO misionero como el director de la EBY, Martín Goerling; el diputado provincial Miguel “Tati” López Vedoya y el coordinador de la cartera que conduce Frigerio, Alfredo Schiavoni. Más que el implacable sol de la siesta misionera de enero, brillaron por su ausencia los socios radicales de la alianza Cambiemos.

 

Más allá de las coincidencias entre los Gobiernos de la Nación y de la Provincia en lo que respecta a avanzar en obras y gestiones tendientes a mejorar la calidad de vida de los misioneros, el inicio de año dejó en evidencia las diferencias a la hora de entender las responsabilidades del Estado. Mientras el gobierno de Macri continúa con su política de “sinceramiento” que consiste en que todos los usuarios paguen tarifas que garanticen la rentabilidad de las prestatarias aun cuando estas tarifas excedan la capacidad de pago de los usuarios, el gobierno de la provincia agudiza el ingenio para morigerar los efectos negativos de esa política nacional.

 

A la eliminación de los subsidios en energía y transporte que aplicó la Nación, la Provincia respondió con la aplicación de una tarifa social de energía y aportes para evitar que los precios del boleto se disparen. Mientras el gobierno de Macri se limita a esperar que una muy hipotética reactivación económica recomponga el consumo interno, dé alivio a las pymes que dependen de él y frene los despidos; el gobierno de Passalacqua apuesta a una intervención más activa del Estado a través programas como el Ahora Misiones o de líneas de créditos blandos como los que ofrece el Fondo de Crédito de Misiones.

 

El motor que no para

 

Mientras la gran mayoría de los sectores de la economía real argentina se contentan con no perder demasiado y envidian las abultadas ganancias que todos los días reparte la timba financiera, hay una actividad que en Misiones sigue creciendo al punto de lograr cifras récord. Se trata del turismo que está teniendo el mejor verano de su historia.

 

El buen momento de la industria sin chimeneas se explica por varios factores, el principal tiene que ver con una muy provechosa sinergia lograda en la interacción entre el sector público provincial –que viene sosteniendo a la promoción del turismo como política de Estado en la última década y media- y un sector privado que invierte constantemente para mejorar la oferta en todos los puntos de interés turístico. A eso se sumó la muy acertada política de apertura de los cielos que adoptó el Gobierno nacional, lo que sirvió para mejorar la conectividad aérea en la provincia, una de las principales limitantes que todavía tiene Misiones para convertirse en un destino internacional con todas las letras.

 

Según estadística elaborada por el ministerio de Turismo de Misiones, durante el primer mes del año los visitantes dejaron más 892 millones de pesos en hoteles, restaurantes y comercios de distintos puntos de la provincia.

 

Uno de los datos más positivos que está mostrando la temporada de verano tiene que ver con la estadía promedio que rozó las 6 noches y media. Se trata de un número que viene creciendo año a año lo que revela que los turistas encuentran en la multiplicidad de atractivos que ofrece Misiones, motivos para quedarse cada vez más tiempo.

 

El incremento de la estadía promedio está directamente relacionado con el crecimiento de atractivos que antes tenían una participación menor. El turista que visita Misiones ya no se queda solo con Cataratas, también visita otros puntos en un periplo que se hace cada vez más largo y con ello más redituable para el sector turístico local.

 

Ello quedó en evidencia a partir de los datos de ocupación hotelera. Puerto Iguazú, la maravilla natural del mundo que tiene Argentina, sigue siendo el faro que atrae a los visitantes, los hoteles en ese municipio registraron una ocupación promedio de 87,5% durante todo el mes. Pero el número también fue alto en San Ignacio (83,5%) y Oberá (60,4%), lo que llevó a una ocupación promedio en todo el territorio misionero de 68,15%.

 

La última edición de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) de Madrid fue testigo de la continuidad del apoyo al turismo como política de Estado de Misiones. Allí el gobernador Hugo Passalacqua realizó gestiones con el objetivo de aprovechar cabalmente la oportunidad que representará para la provincia recibir por primera vez un vuelo regular directo desde Madrid, que operará desde junio próximo y que será la conexión más rápida entre Argentina y cualquier punto de Europa.

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