Brasil: más de 3,5 millones de personas viven en áreas de mineras con represas en riesgo de fallas

La represa de contención de residuos la minera Vale SA, que se rompió en Brumadinho (Minas Gerais) el pasado viernes (25), era considerada de bajo riesgo, sin embargo, un informe de la Agencia Nacional de Aguas de Brasil -dado a conocer a fines de 2018- ya advertía que más de 3,5 millones de personas viven en áreas que cuentan con represas de riesgo en el país brasileño.

 

«Se trata de cerca del 2% de la población de Brasil que vive en ciudades en las que habría represas de riesgo de desborde», indicó el documento de la Agencia Nacional de Aguas, basándose en un relevamiento de datos de 2017. En el informe apuntaron que «45 estructuras de este tipo, en al menos 13 estados y más de 30 municipios, presentaban fallas estructurales».

 

Las ciudades más pobladas que cuentan con represas en este estado son Campo Grande (MS), Cariacica (ES) y Pelotas (RS). Entre los problemas citados en el informe constaban infiltraciones, agujeros, grietas y falta de documentos que garanticen la seguridad de la estructura.

 

La represa que se desplomó en Brumadinho el pasado viernes (25) era considerada de bajo riesgo. Hasta hoy (31), se habían contabilizado 110 muertos y 238 desaparecidos.

 

La tragedia sacó a la luz el debate sobre la proximidad de las represas a las comunidades. Actualmente, no hay distancia mínima establecida. «Uno nunca se acostumbra. Las personas viven con miedo «, afirma Iury Bezerra, del Movimiento de los Afectados por Represas.

 

 

Confirman contaminación del agua del Río Paraopeba

Paralelamente, en la jornada de hoy informaron que se fue detectado «una alta concentración de metales pesados ​​en el río Paraopeba, tras el rompimiento de la represa de los desechos de los minerales B1 de la Corriente del Frijol, de la Vale. La contaminación fue confirmada en un boletín divulgado por el Instituto Minero de Gestión de las aguas (IGAM) sobre el monitoreo de la calidad del agua del río, realizado por el órgano, junto con la Agencia Nacional de Aguas (IGAM), el Servicio Geológico de Brasil (CPMR) Copasa, desde el desastre, ocurrido el viernes pasado.

 

Se verificaron las mayores concentraciones de plomo total y mercurio total en el Río Paraopeba – 21 veces mayor que el límite permitido por las normas ambientales. También se constató la presencia en el río de otros metales como níquel, cadmio y cinco, por encima de los valores que pueden ser tolerados. El Gobierno del Estado divulgó una nota oficial, informando que, debido a los «resultados iniciales» del monitoreo realizado en Río Paraopeba, tras el rompimiento de la represa de residuos de mineral de la Vale, el agua del manantial «presenta riesgos para la salud humana y animal «.

 

El sitio EM Mina Gerais publicó el comunicado en que «el Gobierno Estatal informó que, ante los resultados y, por seguridad a la población, los órganos responsables del monitoreo no indican la utilización del agua bruta del Río Paraopeba para cualquier propósito, hasta que la situación sea normalizada».

 

 

Ibama mide el impacto ambiental

 

De acuerdo con el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (Ibama), el alud de lodo devastó 133,27 hectáreas de bosques, 70,65 hectáreas de áreas de Protección Permanente ubicadas a lo largo de los cursos de agua que fueron afectados y 65,92 hectáreas de otras categorías de terrenos como pastizales o cultivos.

La ruptura de la presa, de la que el hoy se cumple una semana, dio origen a una ola de residuos minerales que se esparcieron por una amplia área rural, sepultaron cultivos, bosques y cursos de ríos, y que amenazan con llegar al Sao Francisco, uno de los principales ríos de Brasil.

 

Según el Ibama, los datos preliminares obtenidos por imágenes de satélite indican que la ruptura de la presa de la compañía minera Vale causó la destrucción de al menos 269,84 hectáreas en la región.

 

No obstante, el área devastada puede ser superior porque, de acuerdo con el Instituto, la zona afectada por los residuos en las márgenes del río Paraopeba fue estimada hasta el momento debido a las nubes que dificultan las imágenes satelitales.

El estudio comparó las imágenes de satélite obtenidas dos días después de la tragedia con imágenes de 3 y 7 días antes de la catástrofe.

 

Esta semana, el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), que también está monitoreando los daños en la región, señaló que el área afectada en el primer día de la tragedia es de formación forestal del Bosque Atlántico, uno de los principales ecosistemas de Brasil.

 

Eso significa que el vertido dejó desconectados o aislados bosques interdependientes por lo que ‘la pérdida forestal, las especies amenazadas y los impactos ambientales serán sentidos por años’, explicaron a la Agencia EFE desde la organización ambiental.

 

 

ONU pidió a Brasil una «investigación urgente» 

 

La Organización de Naciones Unidas (ONU) pidió hoy una investigación ‘rápida, profunda e imparcial’ sobre el accidente ocurrido el pasado viernes en Brasil en el que el rompimiento de los diques de contención de un depósito de residuos mineros dejó a una semana del tragedia el número de 110 muertos y 238 desaparecidos.

 

En un comunicado, un grupo formado por expertos y relatores de la ONU, entre los que hay los relatores de derechos humanos y medio ambiente Baskut Tuncak, Léo Heller y David Boyd, instó al Gobierno brasileño a actuar para evitar tragedias similares.Recordó que es la segunda vez en menos de tres años y medio que un depósito de residuos mineros revienta en Brasil y deja un saldo de muchas víctimas y provoca una catástrofe ambiental.

 

‘Pedimos al Gobierno a actuar en forma urgente, decididamente en su compromiso de hacer todo lo posible para evitar que se repitan estas tragedias y para llevar a sus responsables a la justicia’, asegura el texto que dieron a conocer las agencias de noticias internacionales, en el que también exponen su preocupación por varias decisiones recientes adoptadas en Brasil para reducir la regulación en materia ambiental y las exigencias para las empresas.

 

La nota también pide al Gobierno brasileño que inspeccione la seguridad en todas las represas y depósitos de residuos mineros del país para corregir posibles fallos estructurales y evitar nuevas tragedias.’Pedimos al Gobierno brasileño que no autorice nuevas presas de residuos ni actividades que afecten a la integridad de las que ya existen hasta que no se garantice su seguridad’, apunta el texto.

 

Por último, el grupo de expertos y relatores de la ONU pide una completa cooperación de la minera Vale con las autoridades durante la investigación y ‘actuar de acuerdo con sus responsabilidades para identificar, prevenir y mitigar los adversos impactos en los derechos humanos’.

 

Fuente: Fohla de Sao Paulo, EFE, Estado, EM Minas Gerais

 

 

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