Tragedia en Mar Azul: quién era el hombre que murió ahogado tras salvar a su hijo en el mar

Ignacio José Greco tenía 49 años y era fundador de una empresa naval. Desde allí lo despidieron “con admiración y respeto”. Estaba casado y tenía dos hijos.

En Mar Azul todo es conmoción. Es que este domingo murió ahogado un hombre de 49 años luego de rescatar a su hijo de ocho que había quedado atrapado en un chupón. Ocurrió cerca de las 17, cuando Ignacio José Greco se dio cuenta de que su nene no lograba salir del mar.

“El padre entró al agua y logró empujar al niño hasta la orilla. Al pequeño le hicieron RCP y recuperó la conciencia. Pero el adulto no pudo salir y falleció”, contó a Clarín la fiscal Verónica Zamboni, que interviene en la causa. Esa zona del partido de Villa Gesell, a la altura del Faro Querandí, es de difícil acceso. Está prohibido bañarse porque no hay guardavidas.

Greco, que era empresario y vivía en Tigre, estaba de vacaciones en Mar Azul con su esposa, sus hijos (el nene al que salvó y una chica más grande) y su madre, según detalló la fiscal. El accidente en el que perdió la vida se dio un día antes de que el pequeño al que rescató cumpliera años.

“Todas las personas que se encontraban en el lugar, tanto familiares como desconocidos que pasaban por ahí, intentaron sacar al hombre del agua, pero resultó imposible. Al final, el propio mar lo acercó a la arena”, precisó Zamboni. Y agregó: “La hija mayor de la víctima fue a buscar a un guardavidas en camioneta. El bañero le practicó maniobras de RCP”.

Intervinieron agentes de la localidad de Mar de las Pampas, luego de recibir un llamado al 911 que alertaba sobre una persona convulsionando en la playa.

La Policía se encontró en el lugar con el hombre «sin signos vitales» y con el guardavidas intentando reanimarlo. El SAME, que arribó unos minutos después, constató el fallecimiento. También asistió al nene, que se encuentra fuera de peligro.

El hombre era socio fundador de Power Marine, una empresa del rubro naval que se especializa en la comercialización y distribución de combustibles y lubricantes marinos.​ Desde la cuenta de Facebook de la firma confirmaron la tragedia. «Quienes han tenido la dicha de tratar con él, sabrán que su nobleza, generosidad y espíritu emprendedor nos acompañaran por siempre. Lo despedimos con admiración y respecto», dice el texto publicado en la red social.

Se realizaron las pericias en la zona, donde también trabajó durante la tarde del domingo un médico forense. El caso lo lleva la Unidad Funcional de Instrucción descentralizada N° 6 de Villa Gesell y la carátula es «averiguación de causales de muerte».

La autopsia arrojó que Greco murió por «asfixia por sumersión» y que tenía costillas rotas, consecuencia del trabajo de RCP. Este lunes se le entregó el cuerpo a la familia. También se le tomó declaración a los allegados y testigos que se encontraban al momento de la tragedia.

La importancia del guardavidas y el peligro de los chupones

“Por temporada sacamos a varias personas que quedan atrapadas en el mar. Si no las rescatamos, se mueren. Por eso es importante entrar siempre en lugares que estén vigilados por profesionales”, explica a Clarín Federico Ávila, que es guardavidas en Mar de Ostende.

Dice que la cantidad de rescates varía según las condiciones del mar:tuvimos una temporada en la que sacamos a más de 50 personas sólo en nuestra playa. Este año, por suerte, el mar está tranquilo y, por ahora, rescatamos a ocho.

Los bancos de arena son como murallas abajo del agua que se forman paralelo al mar. En algunos casos son extensas y forman un piso de arena sobre el que la gente hace pie por más que esté lejos de la orilla. Cuando se rompe parte de esa pared subacuática se da el mismo efecto que al abrirse la compuerta de un dique: el agua empieza a correr con más fuerza por ese «carril». Cuando la corriente tira para el fondo hablamos de chupones, explica Ávila y asegura que son bastante frecuentes.

La forma de alertar sobre su presencia es colocar en la orilla una banderita roja. “Con esa señal alertamos que es una zona en la que está prohibido bañarse. Si hay una en general es por chupones”, cuenta.

Dice que las personas se desesperan y eso hace que se torne más complejo salir. “No se le gana a la corriente así que hay que dejar que te lleve y no perder energías en intentar evitarlo. Mar adentro, el poder del agua disminuye. Ahí lo mejor es hacer la plancha, descansar y poner la mente en frío”, precisa Ávila. El paso siguiente es ver para qué lado va el oleaje y empezar a avanzar como el viento o, por lo menos, no en contra. (Clarin)

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