Biorrefinería, tecnología que avanza para agregar mayor valor a la materia prima del sector forestal y aportar a la sostenibilidad de la actividad

“El proceso permite obtener fracciones diferentes de biomasa que pueden ser usadas como materias primas para la producción de bioproductos, biomateriales y bioenergía. Bajo este concepto, el aprovechamiento de los residuos generados por la propia actividad industrial como materia prima para la obtención de productos con valor agregado es una estrategia para mejorar la rentabilidad del sector y atenuar su impacto ambiental”, explicó la Dra. María Cristina Área (CONICET-UNaM), representante de la REDFOR.ar

 

 

El clúster forestal incluye a toda la cadena de valor de la actividad, desde la forestación, actividades de transformación primaria como aserrío, chapas, tableros, pulpa celulósica, actividades de transformación secundaria como carpintería, mobiliario, papel y cartón, y finalmente comercialización, actividades de suministros complementarios, de bienes de equipamiento y servicios de apoyo. “Pero la industria de base forestal más allá de la madera y el mueble, genera oportunidades en el proceso con el uso integral de la materia prima, para que la actividad sea ambiental y económicamente sostenible”, reflexiona la investigadora de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) y representante titular por CONICET en el Consejo Directivo de la REDFOR.ar (Red Argentina de Ciencia y Tecnología Forestal).

 

Se estima que el 40-50% de la madera procesada industrialmente se convierte en aserrín y otros residuos. Los residuos de buena calidad producidos por los aserraderos (costaneros) se astillan y se utilizan también en el pulpado, mientras que con la madera y los residuos de calidad inferior se producen tableros reconstituidos (MDF, aglomerado, etc.).

En ese contexto, la especialista destacó en un artículo publicado para ArgentinaForestal.com el avance que presenta la tecnología relacionada a la biorrefinería forestal.

 

“Este concepto de industria integrada puede definirse como el uso eficiente del potencial total de la materia prima y procesos del sector forestal, para conferir valor añadido a sus productos y residuos, por cooperación dentro y entre las cadenas de valor”, definió Área.

Este concepto involucraría el logro de una producción forestal sostenible, aprovechando la totalidad del árbol y de los residuos, para generar, además de los productos tradicionales, una gama de productos químicos de alto valor agregado a partir del mismo recurso. “La biorrefinería genera mayor valor a la materia prima del sector forestal”, sostiene la especialista en su artículo.

 

Sobre el proceso tecnológica, explicó que “se realiza un fraccionamiento y conversión empleados en la biorrefinería que permiten separar los diferentes componentes de la biomasa (celulosa, hemicelulosas, lignina y extractivos) de manera que pueda ser aprovechada integralmente. Estas biorrefinerías no compiten por los insumos destinados a la producción de alimentos y permite el aprovechamiento integral de la biomasa, incluyendo los residuos. Esto involucra el logro de una producción sostenible, aprovechando la totalidad del recurso”, detalló Área.

 

“Las fracciones obtenidas pueden ser usadas como materias primas para la producción de bioproductos, biomateriales y bioenergía. Bajo este concepto, el aprovechamiento de los residuos generados por la propia actividad industrial como materia prima para la obtención de productos con valor agregado es una estrategia para mejorar la rentabilidad del sector y atenuar su impacto ambiental”, resumió la investigadora.

 

Conocimiento y competitividad

 

Las biorrefinerías forestales que se encuentran actualmente en operación se ubican mayormente en países como Suecia, Noruega, Finlandia, Austria, Canadá y Estados Unidos. Se basan en la producción de pulpas celulósicas, aprovechan el licor residual para la producción de lignina técnica y los residuos de biomasa para producir bioenergía. Existen algunos proyectos en los mismos países para producir bioetanol a partir de residuos forestales por procesos fermentativos (tratamiento de la biomasa con microorganismos) y bio-oil por procesos pirolíticos (tratamiento térmico de la biomasa en ausencia de oxígeno).

 

Sin embargo, para la Dra. Área el potencial real de las biorrefinerías apunta a los bioproductos y biomateriales más vanguardistas. “Entre los productos pueden nombrarse a sustitutos de los derivados del petróleo, como nuevos adhesivos, productos para el encapsulado de fármacos, productos cosméticos, aditivos alimentarios, etcétera, y entre los biomateriales pueden mencionarse los plásticos biodegradables, papeles para envases inteligentes, fibras textiles ambientalmente amigables, materiales compuestos total o parcialmente biodegradables para muebles, palets, herramientas de mano, partes automotrices, entre otros”.

 

Al respecto, indicó que “por el momento la producción de estos productos y materiales novedosos se encuentra en escala demostrativa, pero la perspectiva es que algunos de estos productos comiencen a aparecer en el mercado en el mediano plazo”.

 

Algunos de estos bioproductos y biomateriales pueden fabricarse en biorrefinerías de pequeña escala, menos intensivas en capital, con menor costo de transporte, y procesos más sencillos que las de gran tamaño. “Debido a su pequeña escala y mayor valor de los productos, ocupan más mano de obra y pueden situarse en zonas rurales, cerca de la fuente de materia prima. Además, el aprovechamiento de todos los componentes químicos de la madera disminuye la carga contaminante de los efluentes”, precisó la representante de la REDFOR.ar.

 

Para la especialista, todo lo mencionado anteriomente puede concretarse utilizando residuos de madera, no solo de especies implantadas sino también de la industrialización de especies de bosque nativo. “Para ello es necesario seguir investigando para optimizar los procesos de producción y lograr competir con los productos y materiales derivados del petróleo. Con esto estaremos cumpliendo con los principios de la “economía circular” (estrategia que tiene por objetivo reducir tanto la entrada de los materiales como la producción de desechos) y los tres pilares de la sostenibilidad (económico, ambiental y social)”, concluyó.

 

 

 

 

 

Por Patricia Escobar 

@argentinaforest

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