Según el último informe sobre Perspectivas de la Economía Mundial. Respecto a Argentina, la entidad que conduce Christine Lagarde estima que la economía «se contraerá».
Como venía señalando en anteriores informes, el Fondo ratifica que “la economía de Argentina se contraerá en 2019 debido a que las políticas más estrictas dirigidas a reducir los desequilibrios frenarán la demanda interna, antes de volver a crecer en 2020”. De acuerdo con el último informe sobre el país del organismo internacional, la economía argentina sufriría una caída de 1,7% en el año en curso y registraría un crecimiento de 2,7% en 2020.
El pronóstico de crecimiento global para 2019 y 2020 ya se había revisado a la baja en el último informe del Fondo, en parte debido a los efectos negativos de los aumentos de aranceles promulgados en los Estados Unidos y China a principios de año.
La revisión a un menor crecimiento mundial desde octubre refleja en parte la menor actividad a la prevista tiene en cuenta distintos factores. Entre ellos:
- Alemania tras la introducción de nuevos estándares de emisiones de combustible para automóviles, para 2019 la proyeccion de crecimiento se redujo a 1.3% con un recorte de 0.6% con relación al anterior pronostico.
- Italia, donde las preocupaciones sobre los riesgos soberanos y financieros han afectado a la demanda interna, pero también debilitando el sentimiento del mercado financiero. El crecimiento estimado ahora es 0.6% cuando antes era 1%.
- una contracción en Turquía que será más profunda de lo previsto.
Riesgos
El Fondo advierte que “los riesgos para el crecimiento global se inclinan a la baja”. Al respecto, señala que una escalada de las tensiones comerciales más allá de las ya incorporadas en el pronóstico, sigue siendo una fuente clave de riesgo para la perspectiva. También puntualiza que se han endurecido las condiciones financieras globales.
“Una gama de factores desencadenantes más allá de la escalada de las tensiones comerciales podría provocar un mayor deterioro en el sentimiento de riesgo con implicaciones adversas para el crecimiento, especialmente dados los altos niveles de deuda pública y privada”, según alerta el FMI.
Estos posibles desencadenantes incluyen una retirada «sin acuerdo» del Reino Unido de la Unión Europea y una desaceleración mayor a la prevista en China.
Ante este escenario, el FMI considera que “la principal prioridad política compartida es que los países resuelvan de manera cooperativa y rápida sus desacuerdos comerciales y la incertidumbre política resultante, en lugar de elevar aún más las barreras dañinas y desestabilizar una economía global que ya se está desacelerando”.
Y califica de “imperativas” para todas las economías, “las medidas para impulsar el crecimiento potencial de la producción, mejorar la inclusión y fortalecer las reservas fiscales y financieras en un entorno de grandes cargas de deuda y condiciones financieras más estrictas”.
El documento del Fondo sostiene que “este patrón de crecimiento refleja una disminución persistente en la tasa de crecimiento de las economías avanzadas con respecto a los niveles por encima de la tendencia, lo que ocurre más rápidamente de lo que se había anticipado, junto con una disminución temporal en la tasa de crecimiento de las economías de mercados emergentes y en desarrollo en 2019, lo que refleja las contracciones en Argentina y México”.
Las proyecciones del FMI contemplan que, a pesar del estímulo fiscal que compensa parte del impacto de los aranceles estadounidenses más altos, la economía de China se desacelerará debido a la influencia combinada de la necesaria regulación regulatoria financiera y el comercio. Así, espera que el crecimiento de la economía china caiga de 6,6% en 2018 a 6,2% para el presente año y el próximo, disminución que previsiblemente impactará de manera negativa sobre los precios de las materias primas, ya que el gigante asiático es el mayor demandante en este mercado.