A pesar del contexto complejo que vive el país y de que las ventas a nivel nacional se han depreciado en un 50% en el último año, el presidente del Centro Industriales de Panaderos de Misiones, Omar Acosta, mira el futuro con esperanza y apunta a la diversificación de los negocios panaderos como medida para palear la crisis.
La depreciación de la moneda local sigue impactando en el bolsillo de los consumidores y en especial de los usuarios quienes se han visto afectados con los constantes incrementos de los productos de la canasta básica, entre ellos el pan. Noticias como la extensión del Ahora Pan, promueven ayudar al bolsillo del usuario, según sostienen fuentes del sector. No obstante, los empresarios del sector de panaderías, no solo enfrentan el desafío de una economía desacelerada (que impacta en el abastecimiento y precios de los insumos básicos como la harina), sino que enfrentan otros desafíos propios de la provincia.
Primero hay que tener en cuenta que Misiones y el NEA en general presentan particularidades. Según el presidente del Centro de Industriales de Panaderos de Misiones, Omar Acosta, la panadería y pastelería es un negocio estacional, donde naturalmente disminuye el consumo en épocas como verano (después de la campaña navideña se ve una reducción de un 20% aproximadamente).
“En Misiones tenemos una asimetría con respecto al resto del país, tenemos 8 o 9 meses de calor intenso porque la gente consume menos estos productos, el costo de nuestro gas es 5 veces mayor al de la Capital, los servicios de energía son caros, entre otros”, comentó el presidente del gremio.
Precisó que las ventas se han depreciado a nivel nacional en un 50% y que los meses de invierno representan la mayor cantidad de las ventas anuales, que también han mostrado una baja. La campaña navideña tampoco fue favorable mostrando una reducción en las ventas de hasta un 30% respecto del 2017.
Insumos básicos
A pesar de encontrarse en época de cosecha, el valor de la harina se ha encarecido, para muchos, esto es impulsado por el crecimiento de las exportaciones. La preocupación es que al seguir creciendo los envíos de harina al exterior, y de elevarse en un 30% o 40% más, se generaría un desabastecimiento para la Argentina, que se traduce en un alza aún mayor de los precios. Por ejemplo, el precio de una bolsa de harina de trigo se ha disparado, incrementando su valor en más de un 300% (el costo actual es de $1,000 cuando años anteriores el saco de harina 0000 valía $300).
Esto coincide con las cifras nacionales del FAIM (Federación Argentina de la Industria Molinera),donde se evidencia una baja en el consumo per cápita de harina en los últimos años. Según cuadros estimativos, a pesar del incremento poblacional, desde el 2014 se evidencia que el consumo era de 90 kilogramos anuales, mientras que el 2017 cerró en 84 kilogramos. Se puede estimar que en gran parte debido a la situación económica que la población atraviesa.
Diversificación
Para Acosta, la oportunidad para poder palear esto radica en la diversificación. En el caso del Tahona (Empresa que fundó), se han abierto nuevas líneas de negocios como eventos, productos alimenticios, entre otros.“Facturas, tortas, son productos rentables (…) el pan es un subproducto que hay que tenerlo, no es el que te da margen”, afirmó.
Agregó que del total de la ganancia los pasteles representaban más del 50%, no obstante, se ha ido evidenciando una reducción de la demanda. Las facturas siguen siendo las más solicitadas, a pesar de que sus ventas se han reducido notablemente. “Por la situación económica hemos empezado a diversificar (…) por ejemplo de mi empresa dependen unas 65 familias y hay que sostenerlas”
Acosta sostuvo que un 30% del pan que se consume a nivel nacional proviene del sector informal, una realidad que está perjudicando a los negocios formales por la competencia desleal de precios, en vista que ellos no asumen gastos como impuestos y salarios justos.
Efemérides
El arte de hacer panes y masas no es tarea fácil, por ello a través de esta efeméride queremos reconocer la labor de estos trabajadores, quienes a través de su servicio brindan los mejores productos a la población, aún en tiempos económicos complejos. Acosta recuerda sus inicios. Uruguayo de nacimiento, criado en la Capital, su afición por el mundo de la panadería dio grandes frutos cuando vio en las provincias la oportunidad para desarrollar un buen negocio.
«Empezamos con lo primordial, trabajando mi señora en la caja y yo en la parte de elaboración: ahí cocinábamos y vendíamos; hacíamos todo junto, con la suerte de que teníamos mucha experiencia en el rubro ya que veníamos de Buenos Aires y yo había recorrido gran parte de la provincia y el país dando cursos”, recordaba Omar Acosta, en una entrevista anterior con Misiones Online, quien rememoró haber llegado tan sólo “con una mochila cargada de aspiraciones”.
Esta fecha de celebración coincide con la Fundación del Sindicato de Argentina perteneciente a dicho gremio. La pizza y los pasteles están entre los alimentos preferidos y de mayor consumo entre grandes y pequeños, ambos productos exigen una preparación mayormente artesanal, por lo que las personas que lo elaboran generalmente tienen una amplia experiencia y creatividad que les permite perfeccionar técnicas y hacer nuevas creaciones, pensando en ellos cada 12 de enero diversos países latinoamericanos celebran el Día del Pizzero y Pastelero.
Acosta sostiene que el mejor secreto para ser un buen panadero es que te guste, te comprometas con este trabajo y ser aliado de esa masa.
EP/SPM
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