El sector de la industria de la madera cierra uno de sus peores años de las últimas dos décadas

 

Ante los principales obstáculos de 2018, por la inflación, la falta de acceso al crédito, sumado a las marchas y contramarchas del Gobierno Nacional en algunos temas y la ausencia de coordinación en política económica -con un impacto directo en las tasas de interés altas-, la actividad primaria forestal y de la industria de la madera -principalmente las pequeñas y medianas fábricas de aserrado de primera y segunda transformación- pasaron uno de los peores años, según se desprende de las distintas opiniones entre productores, empresarios y dirigentes sectoriales en varias entrevistas con ArgentinaForestal.com en los últimos meses, sumadas a las respuestas que también se publicarán este lunes 31 de diciembre, con el tradicional anuario Visión Misionera 2019, de la editorial Misiones Online.

 

Analizar con urgencia cambios relacionados a la reforma impositiva y bajar la presión fiscal,  lograr la reducción de tasas de intereses de los bancos, acelerar la demanda, recuperar rentabilidad, son algunos de los puntos que coinciden en las medidas “macro” que se necesitan del Estado Nacional.

Hay también opiniones de empresarios que consideran que se continúa en un proceso de crecimiento y confían en que se puede revertir la situación, con firmes políticas de Comercio Exterior y un plan de competitividad nacional.
La inflación descontrolada sobre los precios de combustibles, tarifas de servicios, las políticas crediticias y las desmesuradas tasas de interés de los bancos y financieras, la quita de los incentivos para ser competitivos en las exportaciones,  la crisis del mercado interno, la caída de la obra pública en el último año, la presión tributaria nacional que impacta sobre los impuestos totales, el corte en financiamiento con créditos y tarjetas y el estancamiento actual provocado por el plan económico del presidente Mauricio Macri impactan en todos los sectores Pymes, productivos e industriales.

 

Según datos de la Federación Argentina de Industria de la Madera y Afines (FAIMA), las Pymes registran una capacidad ociosa del 60% en sus instalaciones a diciembre del corriente año, con un récord de sobre stock de madera en galpones, con una drástica caída en la demanda de los productos madereros y muebleros.

 

Por otra parte, desde los aserraderos pequeños y algunos medianos de la región (Misiones, Corrientes y Entre Ríos) sostienen que la cadena de pago está colapsada con deudas acumuladas y cheques rechazados, y advierten posibles cierres de fábricas y despidos inevitables.

 

La crisis de mercado de la foresto-industria tiene arrastre desde el 2008, y a diferencia de lo que muchos sostienen, el cambio impulsado por Macri con medidas adoptadas para favorecer a las exportaciones solo benefició a un bajo porcentaje de empresas del sector, ya que el problema financiero de fondo no tuvo solución, la inflación consumió la rentabilidad de las empresas, los costos de logísticas y la falta de incentivos –ante la quita de los reintegros y vuelta de las retenciones a las exportaciones- se sumó a la falta de inversión en tecnología y mejoras de gestión para enfrentar un nuevo escenario, por lo que el 2019 será “otro año” donde la recuperación de la mentada “competitividad” está pendiente.

 

 

Perspectivas desalentadoras

 

El empresario Matias Baumgart, director de Lipsia SA (Puerto Esperanza), cierra un balance de año con un desempeño “regular” de la actividad y se mostró cauto a los pronósticos para el nuevo año. “Es difícil hacer previsiones a futuro en el contexto que estamos. Hay que esperar por más estabilidad para poder proyectar”, indicó. A su vez, consideró que el Gobierno Nacional y la Provincia deberían reducir la presión impositiva para las PyMES.

En tanto, el gerente de administración y finanzas de Laharrague Chodorgue SA (Montecarlo), Carlos Grosse, coincidió en su opinión en que en la Argentina se está una vez más frente a un “futuro incierto”. Esto se debe a “la característica que nos marca como país, que genera la dificultad de no poder pensar los negocios a mediano o largo plazo con claridad en sus reglas. Pese a eso, en la empresa en 2018 nos fue bien, seguimos apostando al desarrollo y al crecimiento de nuestra industria con nuevas inversiones”, precisó.

Respecto a lo que espera del Estado para mejorar su sector, respondió que “la provincia tampoco muestra señales claras, mantiene su status quo sin apostar al desarrollo, ni a notables mejoras”.

Para el ejecutivo, el principal desafío con un año que termina con una economía en recesión y un mercado deprimido, será lograr recuperarse en el segundo o tercer trimestre del año 2019. “Para esa fecha esperamos una recuperación del acceso al crédito.  En cuanto a la empresa, el desafío estará en mantener y mejorar volúmenes de producción como también optimizar el canal exportador serán parte de los desafíos del año próximo.

 

El propietario de Coama Sud América SA (Eldorado), Román Queiroz, consideró que el 2018 fue un año “regular” para su actividad y no espera mayores cambios para el 2019.

Sin embargo, percibe que “será un año donde se sentirá una mayor recesión que la que se vivió en 2018, por lo tanto será un año en el que, si la exportación no es una salida, va a ser de mucha dificultad sostener la mano de obra contratada. La provincia depende de la recaudación de sus impuestos, por lo tanto corre la misma suerte que los privados. También se verá un ajuste en la administración pública”, consideró en contacto con Misiones Online.

 

Carlos Berninger, exportador de madera de la firma Carber SRL (Eldorado) y especialista en comercio internacional, sostuvo que “la recuperación dependerá mucho del Gobierno, no de la gestión particular de las empresas misioneras, en lo que tiene que ver con la exportación, ya que aplicaron medidas anti-exportadoras que de no ser eliminadas van a causar la pérdida de los mercados y clientes que con mucho esfuerzo se lograron abrir este año”, dijo.

Al 2019, consideró que “habrá que seguir adaptándonos a los vaivenes de las medidas del gobierno para poder seguir trabajando. En vez de preocuparnos en cómo conseguir más clientes, mejorar las condiciones de venta, productos, etcétera, estamos siempre a las expectativas de los cambios de condiciones del gobierno de turno. Muy diferente a como se trabaja desde otros países”, indicó Berninger.

 

 

 

Por Patricia Escobar 

@argentinaforest

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