Tragedia en Mendoza: «Era evidente que no iba a sobrevivir, lo cargué en mis brazos y oré con él»

Esteban Arredondo es el padre de un niño de 10 años que murió en el accidente del micro de Ahumada en alta montaña. Viajaba con su familia a un encuentro religioso en Uruguay.

Tras asistir a su mujer, Arredondo comenzó a buscar con desesperación a Esteban Felipe. «Nos faltaba un hijo y empezamos a buscar, a gritar. Lo busqué por todo el bus y no había caso, hasta que alguien me avisó que estaba atrás», indicó el hombre, que es misionero de una iglesia adventista y viajaba con su familia a Uruguay para particiar de un encuentro religioso.

Esteban fue en busca de su hijo de 10 años, pero el escenario fue desolador. «La situación era evidente. No iba a sobrevivir, entonces yo le liberé sus piernas debajo del bus, lo cargué en mis brazos y oré con él. Le expresé el amor que yo tenía hacia él y el amor que Dios tenía hacia él, también, para que si tenía algo de consciencia pusiese ir al descanso tranquilo».

«Dejé a mi hijo, fui a buscar a mi esposa y le conté lo sucedido para poder estar un momento con nuestro hijo y juntos orar y buscar la paz que nosotros no podíamos fabricar en ese momento», dijo el hombre, quien agregó: «Mientras yo estaba con eso, el chofer se acercó y me preguntó: ‘¿Cómo está él?’. Yo le dije que ha fallecido y le pregunté qué pasó. ¿Un temblor, reventaron los neumáticos? Él ahí expresó: ‘Mira, perdí el control'».

Según había relatado la hermana de Arredondo y tía de la víctima fatal, en ese momento el chofer Víctor Ramos había respondido: «Perdón flaco, me dormí».

Al dolor por la pérdida de uno de sus hijos, se sumó la preocupación por la evolución de Uriel, otro de sus hijos que se encuentra internado en el Hospital Notti.

Además, Esteban sintió la desazón de su amigo Carlos Calderón, que perdió a su hija de 3 años y a su esposa, embaraza de tan solo dos meses. «Nos subimos al bus y él ahí me dio la noticia con mucha alegría. Estábamos muy contentos, y claro, su situación es difícil, porque ya perdió a su esposa, con el bebé que venía en camino y también a su hijita», dijo Arredondo.

«Él está muy shockeado, muy golpeado. La situación no es fácil para él y estamos tratando de fortalecerlo todo lo que podemos. No creo que haya padre que esté preparado para sostener tal situación, sólo Dios puede sostenernos en circunstancias semejantes», concluyó.

(El Sol) A. C

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