Pero para Agustín, los habituales temores del primer día en la escuela Monseñor Abel Bazán y Bustos, no fueron tales, hace seis años atrás. Su compañero inseparable, Ciro, su mascota, lo escoltó y día a día, repitió la rutina, durante toda la secundaria.
Docentes de la institución dieron a conocer esta particular historia a Elonce. «Su mascota fue todos los días, los 6 años de secundaria a estudiar con él», detallaron.
Compañía y contención
Al perro se le ha permitido incluso entrar a las aulas y los docentes no se han incomodado con su presencia. A los estudiantes les encantaba tenerlo como compañero de clase.
Desde la Escuela Bazán y Bustos indicaron que «es muy común que los alumnos lleven sus mascotas a la escuela». Lo permiten porque los perros «funcionan como compañía y contención».
Y Ciro, tras seis años de acompañar a su dueño, no se perdió «su último día de clase». Estuvo en la colación de Agustín y sus compañeros que fue la semana pasada. Agustín celebró junto a su mascota, el titulo obtenido.