El abogado del colectivero comparó el vuelco del micro con la Tragedia de Once y pidió la absolución de Zarski

Para el defensor del colectivero juzgado por el trágico vuelco del micro de Águila Viajes que el 7 de noviembre de 2012 dejó cuatro muertos cerca de Apóstoles, tenían que haber sido juzgados, además del chofer Víctor Zarski, el entonces Secretario de Transporte de la Provincia y los dueños de la compañía.

Eduardo Paredes habló de controles ineficientes y fallas de infraestructura. «El colectivo tenía que haber salido de circulación seis años antes del accidente. Esa curva donde sucedió el hecho no debería estar allí, cualquier ingeniero lo sabe. El primer garante de que viajemos seguros es el Estado», afirmó.

«Tenían que haber sido imputados por comisión por omisión el Secretario de Transporte y a los dueños de Águila Viajes», reiteró.

Opinó que «las condenas que se están aplicando en la provincia por accidentes de tránsito son excesivas. Misiones está yendo a contramano».

«Marcos Córdoba, el maquinista de la Tragedia de Once, con 51 muertos y 800 heridos, recibió una pena de tres años y tres meses de prisión por la parte de Cámara nacional de Casación Penal», ejemplificó.

«Zarski es el último eslabón de una cadena de errores y está pagando sólo. Era más fácil acusar al chofer», argumentó.

Según Paredes, «la pericia accidentológica fue mal hecha. El ómnibus no podía llegar a la velocidad que indica ese estudio, porque una unidad de esas, 0km, llega a 113 km por hora».

Afirmó que «el caso fue mal caratulado. El colectivero parece el acusado principal, pero es el secundario».

«El colectivo tenía antecedentes de problemas de freno. Incluso había chocado un peaje. Zarski quiso frenar, pero el micro no frenó. Él no era suicida, iba arriba del micro. No estaba afuera, iba dentro del vehículo, se pudo haber muerto. No murió porque se agarró del volante», detalló.

Añadió que el chofer, «manejaba sin tacógrafo y sin velocímetro, calculaba la velocidad por las vueltas del motor, a ojo de buen cubero».

Paredes sostuvo que el caso del Vuelco de Águila Viajes es similar a las tragedias de Lapa y a la de Once.

«Mi cliente entró para ser guarda y como un día faltó un chofer, lo pusieron a manejar, porque tenía carnet. Trabajaba casi todo el día y dormía en el colectivo», remató.

Pidió la absolución por el beneficio de la duda, «porque no se determinó nunca si el freno del colectivo andaba o no». O subsidiariamente el mínimo de la pena por «homicidio culposo», en suspenso.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas