El “semáforo” de CONINAGRO enciende una mayoría de luces rojas para las economías regionales

En su informe de noviembre la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada concluyó que 11 actividades productivas terminaron con resultados en rojo, 4 en amarillo y solo 4 en verde. La entidad afirmó que la falta de financiamiento, las altas tasas de interés y la elevada presión fiscal conforman un combo desalentador para el agro argentino.

 

 

Las cadenas de la leche y la del vino fueron las más afectadas de 2018, según un informe de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (CONINAGRO) titulado “Semáforo de las Economías Regionales”, que en su edición de noviembre reveló que 11 producciones regionales terminaron con resultados en rojo, 4 en amarillo y solo 4 en verde.

De las actividades comprometidas sobresalen la lechería, que acumula siete meses consecutivos en crisis, con caída de la rentabilidad en la mayoría de los eslabones, cierres de tambos y contracción de las inversiones.

La vitivinicultura, según el semáforo de los cooperativistas, suma diez meses seguidos de bajas, donde la sobreoferta y la baja del precio interno se suman a las dificultades de cosecha de la próxima campaña.

El resto de las actividades en situación de rojo, indican un mercado interno importante con consumo estancado, costos creciendo más rápido que los precios de venta y exportaciones que no arrancan o repuntan. La mayoría de los costos se acomodaron a un dólar de 42 pesos, mientras que los precios a uno de 33 pesos.

Según el informe, en amarillo aparecen las producciones de yerba mate, hortalizas, maní y bovinos. Este último rubro está afectado por la suba alimentos para el caso de feedlots y el estancamiento del precio de venta de la hacienda.

“Si se analizan todos los semáforos realizados durante el año, más de la mitad de las actividades de economías regionales han mostrado una situación de crisis. Todas las actividades sufren la falta de financiamiento, las altas tasas de interés y elevada presión fiscal”, destacó la entidad cooperativa.

“Fundamentalmente la crisis se debe a una situación de quebranto, desfinanciación y de alta presión impositiva. Todo esto repercute en el bolsillo del productor. Nuestras economías, de a poco, provocan que o bien deje de generar, alguno abandone la actividad, o se convierta en ineficiente porque no alcanza a innovar en tecnología”, indicó el presidente de CONINAGRO, Carlos Iannizzotto.

“Nosotros pregonamos por una mayor cantidad de siembra, una cantidad mayor de hectáreas plantadas y sembradas, y pregonamos también una mayor cantidad de productores”, aclaró, a la inversa de lo que viene sucediendo.

Por el lado de las actividades que están en verde (algodón, granos, mandioca y miel), el informe destaca que son producciones que tienen una buena perspectiva internacional.

CP/RR

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