Tendencias ¿para qué sirven?

El análisis de tendencias se convierte así en una alerta temprana de amenazas y oportunidades de manera que los empresarios pueden crear estrategias proactivas, para potenciar sus negocios.

Habitualmente, una tendencia se asocia técnicamente al análisis de mercado, con el objetivo de detectar y medir el comportamiento del precio y así determinar acciones de compra-venta para participar en él. Por ejemplo: análisis de la tendencia en el precio del dólar o de acciones de empresas para saber si es conveniente comprar o vender. Sin embargo, la tendencia no se limita a los mercados financieros; en un sentido más amplio, una tendencia es un patrón, dinámica o comportamiento con impacto global en múltiples sectores. En su forma más simple, una tendencia ayuda a responder la pregunta «¿Qué está pasando?” No es una moda a corto plazo; más bien, es un nuevo patrón que se manifiesta a largo plazo y que representa un cambio de paradigmas tanto en la producción como en el consumo.

Los ecosistemas empresariales se enfrentan a requerimientos de mejora contínua y generación de procesos de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) que les garanticen su posicionamiento en un entorno global. El mundo está cambiando más rápido que nunca, y cada vez es más difícil preservar la posición en los mercados, ya que la tecnología estimula la tasa de I+D+i. En medio de este cambio, es difícil para los empresarios entender por qué las industrias están evolucionando en la forma en que están hoy, y mucho menos predecir cómo evolucionarán en el futuro. El análisis de tendencias se convierte así en una alerta temprana de amenazas y oportunidades de manera que los empresarios pueden crear estrategias proactivas, para potenciar sus negocios.

Hoy en día, los consumidores buscan reevaluar sus prioridades y se centran en obtener lo mejor de la vida, ya sea priorizando la experiencia sobre las posesiones, compartiendo sobre la propiedad o el tiempo sobre el dinero. La tecnología permite nuevos comportamientos de compra, permitiendo a los consumidores tratar directamente con otros consumidores, comparar precios y obtener la mejor oferta con solo tocar un botón. En un entorno operativo dinámico como este, obtener una visión profunda de las vidas, actitudes y motivaciones de los consumidores es una ventaja competitiva. Sin embargo, esto es bastante difícil ya que implica identificar las fuerzas subyacentes que impulsan el cambio en los modelos de comportamiento y los problemas existentes que impulsan esos cambios a largo plazo en las actitudes de los consumidores. A nivel global, se han identificado cinco impulsores de tendencias:

Poder económico cambiante Con la creciente importancia de los mercados emergentes, el creciente interés en los mercados fronterizos y los temores sobre el estancamiento de las economías desarrolladas, el mundo ha sido testigo de un cambio de paradigma. Estas dinámicas cambiantes están afectando a todos los niveles de la sociedad, desde gobiernos en riesgo de incumplimiento hasta trabajadores inseguros en el trabajo.

Tecnología La tecnología desempeña un papel fundamental en la toma de decisiones del consumidor y en la capacidad de los fabricantes y minoristas para satisfacer las necesidades del consumidor actual. Abarca todo, desde el desarrollo de Internet móvil hasta la impresión 3D y la inteligencia artificial. La innovación constante dentro de la tecnología y los procesos tecnológicos cada vez más rápidos están impulsando las tendencias de los consumidores.

Cambio poblacional A medida que la población mundial se acerca a 8 mil millones, los cambios demográficos, como la urbanización, la migración, la mayor esperanza de vida, la caída de las tasas de natalidad y el aumento de la población de personas mayores, se combinan para reformar los estilos de vida de los consumidores y las decisiones de compra.

Cambios y presiones ambientales Las demandas en conflicto y las restricciones de oferta combinadas con los riesgos económicos, ambientales y geopolíticos crean presiones sobre los recursos ambientales. Esto resulta en un enfoque creciente de agencias internacionales, gobiernos, empresas y sociedades más amplias sobre el cambio climático. La demanda global de recursos naturales ha crecido junto con el PIB mundial, impulsado por la expansión de la población y la demanda de los mercados emergentes. Esto ha dado lugar a un crecimiento correspondiente en la demanda de electricidad y las emisiones de CO2.

Valores cambiantes Además de los impulsores más materiales que hemos explorado, los impulsores ideológicos ayudan a alimentar y dar forma a las grandes tendencias. Desde los consumidores hasta los gobiernos, las creencias sobre el mundo evolucionan constantemente, configurando prioridades, percepciones, actitudes y motivaciones.

Estos cinco impulsores, dan forma a las grandes tendencias de demarcarán los mercados y que les voy a ir contando en las próximas columnas. Mientras tanto les adelanto algunos ejemplos como los consumidores frugales, que exigen a las empresas diseñar productos que aseguren la longevidad, enfatizar la buena calidad, la reutilización y la facilidad de mantenimiento. Otro patrón de comportamiento es la valoración de la experiencia por sobre la propiedad, con lo cual se espera que la producción de servicios aumente mas que la producción de bienes en los próximos años. De esta manera, las empresas que incorporen el análisis de estas grandes tendencias estarán en condiciones de anticipar las transformaciones de sus mercado y liderar los cambios disruptivos necesarios para posicionarse en sus industrias. Y esto incluye desde la redefinición de la  misión y visión a largo plazo, el desarrollo de nuevos modelos de negocios que satisfagan mejor las demandas de los consumidores del futuro, hasta la innovación en procesos de producción.

Fuente de datos Euromonitor Internacional

*Eva Muguerza Economista – Empresaria – Docente

 

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