Rugby: Ganaron todo lo que jugaron, pero para ellos lo importante fue “haber podido formar un grupo de amigos”

La categoría M-16 del Club Tacurú se coronó campeón en los cuatro torneos que disputó esta temporada, pero sus protagonistas señalan que lo más destacado del 2018 son las “nuevas amistades” que lograron.

 

«No pasa por el resultado final. Creo que hemos ayudado a estos chicos a ser un poco mejor de lo que eran hace cuatro meses, o por lo menos lo intentamos. Intentamos que no solo sea dentro de la cancha, que sean educados, respetuosos… Si termina con un título eso se ve. Si no termina con un título eso no se ve, pero el trabajo estaba hecho».

 

La frase anterior le pertenece al ex futbolista de River Pablo Aimar, quien la pronunció segundos después de consagrarse campeón como entrenador con la selección argentina Sub 15, hace poco más de un año en San Juan.

 

Hoy, a más de 1600km del lugar en el que el “Payasito” emitió ese enunciado, el mensaje que intenta transmitir Diego Martínez a sus jóvenes dirigidos en el Club Tacurú es el mismo, aunque con una salvedad: este año en vez de una,  han dado cuatro vueltas olímpicas.

 

La categoría M-16 de “La Hormiga” sin lugar a dudas ha logrado cerrar un 2018 de oro.   Los torneos Apertura URUMI, Oficial Urumi,  Clausura y Seven provincial tienen en común que fueron alzadas por las mismas manos, que hoy están arrancando a escribir su historia de vida.

 

“Es cierto que logramos ganar todos los campeonatos que disputamos en la categoría, pero lo importante es haber podido formar un grupo de amigos que utiliza al rugby como una excusa para juntarse, disfrutar y pasarla bien”,  resalta Diego Martínez, que junto a su hermano Sebastián  forman la dupla técnica, que se ve en el desafío de “formar” a chicos de categorías  2002.

El mensaje del entrenador más que un slogan, es una realidad, ya que los jugadores lo han adoptado como propios y lo resaltan tanto enfrente como afuera de la cámara

– ¿Qué es lo que más destacas de este año?-

– “Creo que se pueden juntar muchas cosas, como los viajes, las risas, los buenos logros. Más allá de todo lo que ganamos hice nuevos amigos y formamos un grupo muy unido, que espero mantener el año que viene”, responde sin dudar Ignacio Zamora, uno de los pilares y de las promesas del rugby juvenil misionero. “Nosotros no solamente somos amigos entre nosotros sino también tenemos una amistad con los jugadores de otro equipo, lo que hace por ahí si alguien se cae todos nos reímos. Eso también nos deja el 2018, anécdotas que nos va a acompañar toda la vida”,  agrega Miqueas Mouesca, otras de las “joyas” que tiene ese deporte a nivel provincial.

“Sabemos que estamos en divisiones juveniles y que podemos llegar a ser los segundos padres de estos chicos.  Tratamos de ser una voz que los ayuda con asuntos que tienen que ver con el deporte directamente e indirectamente con cuestiones personales. Nosotros somos exigentes con ellos en los hábitos para que sean estudiosos, respetuosos, sencillos, humildes, buenos compañeros y leales en la competencia”,  sentenció el DT, cuyo legado busca trascender la pelota ovalada.

 

L.D

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