En el verano de 1815 Andrés Guacurarí y Artigas fue designado Comandante General de Misiones en un hecho de absoluta relevancia revolucionaria: era la primera y será la única vez en la historia argentina que un originario gobernará una provincia. Esto pone en evidencia el alcance radicalizado que José Artigas pretendía darle al proceso revolucionario e independentista.
Andrés instaló su capital en Santo Tomé, debido a que el resto de la provincia estaba ocupada por el Paraguay. Por lo tanto, al momento de asumir, apenas controlaba tres pueblos: La Cruz, Yapeyú y Santo Tomé. Lo primero que hizo al arribar a la localidad, fue retirar los símbolos de la monarquía española, en una clara actitud independentista.
Por lo pronto, Andresito debía lograr el reconocimiento a su liderazgo por parte de los cabildos de los pueblos y sus respectivos caciques, algo que solo lograría con el correr del tiempo y gracias a sus triunfos militares.