Violencia en París: graves choques con la policía en las protestas contra el gobierno

Mientras el presidete Emmanuel Macron está en Buenos Aires, la protesta de los “chalecos amarillos” fue duramente reprimida por la policía. Gases lacrimógenos y fuego frente al Arco de Triunfo. El movimiento se extiende en el país.

Violencia extrema y combates de guerrilla urbana de los anarquistas contra la policía francesa en el Arco del Triunfo este sábado a la mañana, rodeado de gases lacrimógenos, un bulldozer que trata de desarmar las barricadas, un avión hidratante, que busca disuadir a los manifestantes, balas de goma, un auto ardiendo en los Campos Elíseos y un deseo de quebrar a las fuerzas de seguridad. Los Chalecos Amarillos y sus reclamos originales de frenar una “ecología punitiva” para los más pobres están siendo ahogados por los “casseurs”  (vándalos), que tomaron su movilización como rehén, en un sábado helado en Paris. La cólera y la rebelión han reemplazado al inicial movimiento.

Hasta el momento hay 180 detenidos, 10 heridos y tres policías graves en la capital francesa pero el movimiento se extiende por el país. La violencia continúa y amenaza con generar una aún más grave crisis política, si no encuentran una rápida respuesta de calma. “Los Chalecos Amarrillos triunfantes” se lee en letras negras en las paredes del Arco del Triunfo.

Al menos 3.000 vándalos consiguieron llegar al Arco del Triunfo y la plaza de la Etoile el sábado temprano y forzaron el dispositivo de seguridad organizado por el gobierno. Así separaron la manifestación de los 3000 Chalecos Amarrillos, que marchan en paz en los Campos Elíseos, de su brutal violencia. Un grupo de manifestantes le pegó a un policía de CRS hasta tirarlo al piso. Lo rescataron sus compañeros en una imagen extrema.

El presidente Emmanuel Macron está en Buenos Aires y sigue desde allí los incidentes en Francia. Los manifestantes exigen su renuncia, en una “insurrección civil”, que ya ha superado el inicial pedido de frenar los aumentos de combustible para transformarse en una peligrosa y amorfa furia huérfana.

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Violencia extrema y combates de guerrilla urbana de los anarquistas contra la policía francesa en el Arco del Triunfo este sábado a la mañana, rodeado de gases lacrimógenos, un bulldozer que trata de desarmar las barricadas, un avión hidratante, que busca disuadir a los manifestantes, balas de goma, un auto ardiendo en los Campos Elíseos y un deseo de quebrar a las fuerzas de seguridad. Los Chalecos Amarillos y sus reclamos originales de frenar una “ecología punitiva” para los más pobres están siendo ahogados por los “casseurs”  (vándalos), que tomaron su movilización como rehén, en un sábado helado en Paris. La cólera y la rebelión han reemplazado al inicial movimiento.

Hasta el momento hay 180 detenidos, 10 heridos y tres policías graves en la capital francesa pero el movimiento se extiende por el país. La violencia continúa y amenaza con generar una aún más grave crisis política, si no encuentran una rápida respuesta de calma. “Los Chalecos Amarrillos triunfantes” se lee en letras negras en las paredes del Arco del Triunfo.

Al menos 3.000 vándalos consiguieron llegar al Arco del Triunfo y la plaza de la Etoile el sábado temprano y forzaron el dispositivo de seguridad organizado por el gobierno. Así separaron la manifestación de los 3000 Chalecos Amarrillos, que marchan en paz en los Campos Elíseos, de su brutal violencia. Un grupo de manifestantes le pegó a un policía de CRS hasta tirarlo al piso. Lo rescataron sus compañeros en una imagen extrema.

El presidente Emmanuel Macron está en Buenos Aires y sigue desde allí los incidentes en Francia. Los manifestantes exigen su renuncia, en una “insurrección civil”, que ya ha superado el inicial pedido de frenar los aumentos de combustible para transformarse en una peligrosa y amorfa furia huérfana.

No son los Chalecos Amarillos. Usan chalecos de camuflaje Son únicamente los casseurs, que han llegado para enfrentar las fuerzas del orden”, dijo el secretario de estado del ministro del interior Laurent Núñez, buscando minimizar el movimiento.

En la avenida más linda del mundo dos estilos son evidentes: en el Arco del Triunfo, en medio de un gas lacrimógeno surrealista que lo rodea como una nube, los vándalos conocen las técnicas de guerrilla urbana y enfrentan a la policía con ellas. Los Chalecos Amarillos marchan despacio, por el otro lado de la avenida, separados, no son más de 300 y reclaman en sus cantos la dimisión presidencial sin violencia.

“Macron no nos tomes por boludos”, es la banderola naranja, que marcha mientras los Chalecos avanzan cantando La Marsellesa y con banderas francesas. La movilización oficial de los Chalecos estaba autorizada para después de las 2 de la tarde (hora de París) en la plaza de la Bastilla y la República. Pero comenzó mucho antes.

Cuando una larga caravana protegía al primer ministro Edouard Philippe hacia la Prefectura de la Policía, las fuerzas de seguridad buscaban poder desalojar la plaza de la Etoile, que ha sido copada por los casseurs desde las 8 de la mañana y rodean la tumba del soldado desconocido en el Arco del Triunfo.

Pero fue retomado a las 2 de la tarde, en medio de extrema tensión. El primer ministro Edouard Philippe ofreció “diálogo“ y se comprometió a “defender la libertad de expresión”, tras cancelar su desplazamiento a Nogent sur Marne para asistir a la elección del nuevo presidente de LRTEM, el movimiento presidencial.

Philippe dijo que al menos hay 5000 manifestantes en París. La policía y la gendarmería tienen un solo objetivo en estas horas: preservar la vida de los manifestantes, no cargar contra ellos, no provocar un muerto. Una misión muy delicada para las fuerzas de seguridad, en un país con alerta atentado.

“Nosotros estamos abiertos al diálogo con aquellos que sinceramente están dispuestos al diálogo” dijo Benjamín Griveaux, portavoz del gobierno. Por primera vez , el gobierno anuncia que va a “dialogar”. Significa, de alguna manera, ceder a las reivindicaciones, que hasta ahora han sido ignoradas por Macron.

Pero el presidente y su primer ministro se encuentran bajo fuertes críticas porque este fenómeno lleva tres semanas y no han conseguido elaborar un mecanismo de comunicación y escucha con los manifestantes ni encontrar un camino para calmarlos. Una señal clara, política, es indispensable por parte del presidente Emmanuel Macron y no llega aun, cuando la bronca y la irritación aumenta en la calle.

“Yo no soy violenta, soy profesora jubilada. Este gobierno no escucha, están aislados en su torre de Marfil. Lo grave es que no saben lo que nos pasa y hasta donde esta rabia crece. Me asusta su autismo. Van a perder toda la confianza de la gente porque no escuchan ni respetan», dijo Amelie, profesora de la Picardie, refugiada en la avenida Marceau de los gases lacrimógenos.

Pierre, agricultor, la acompaña: ”No entienden que no nosotros no podemos vivir más con nuestro sueldo. Hay empobrecimiento generalizado”. En su tercera semana de movilización, el intento de los Chalecos Amarillos era reunirse en Paris en la Bastilla y la plaza de la República este sábado.

Las fuerzas de seguridad instalaron un filtro para que los peatones pudieran entrar a los Campos Elíseos. Pero los comerciante estaban preparados el viernes para otro sábado negro, cubriendo sus locales con madera, como si pudiera llegar un huracán Pero a las 8 y 45 de la mañana del sábado, un grupo de vándalos intentó forzar un punto de control cerca de la plaza de la Etoile, antes de que la policía los tratara de desalojar con gas lacrimógeno. Los vándalos tenían la cara cubierta, se replegaron hacia las siete avenidas que nacen en la plaza de la Etoile. Desde allí comenzaron a incendiar los tarros verdes de basura con ruedas, que tiene cada edificio en Francia. A las 10 de la mañana se produjo la gran carga, al pie del Arco del Triunfo.

Al menos hay 5.000 agentes de las fuerzas del orden desplegadas en París. Dos de los manifestantes fueron detenidos con armas de fuego y hay policía de civil que utilizan chalecos amarillos, infiltrada entre los manifestantes.

En Nantes, sobre el Atlántico, también la situación se degrada y hay violencia.

El malestar que originó la protesta

El Acto III del grupo, organizado por las redes sociales, que comenzó reclamando frenar el alza de combustible, copó violentamente los Campos Elíseos una semana atrás y se transformó en un movimiento, amplio, que cuestiona la ecología punitiva sin consenso con los más desprotegidos en la transición ecológica, la pérdida del poder de compra y exige la dimisión del presidente Emmanuel Macron . La protesta crece en todo el país.

Fuente: Clarín

APF

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