Intentó escaparse de un juzgado el principal sospechoso por el asesinato del yerbatero Pizl

Oscar Z., de 29 años, imputado por el homicidio del yerbatero Vladimiro Pizl, ocurrido a principios de este año en Bonpland, intentó escapar esta mañana cuando lo llevaron al juzgado de Instrucción Cinco de Alem. Llegó a correr por unos techos, pero finalmente lo recapturaron.
Alrededor de las 9, efectivos del Servicio Penitenciario (de la Unidad Penal 8) custodiaban al sospechoso. Pero en un momento determinado, logró fugarse, saltó por una ventana y una vez que ganó los techos llegó hacia la calle.
Los penitenciarios, con apoyo de los policías de la Unidad Regional 6, iniciaron la persecución hasta un predio situado en calles Suipacha y Primera Junta, donde, tras efectuar disparos intimidatorios tomando los recaudos preventivos, cercaron al Oscar, quien fue recapturado pese una tenaz resistencia que dejó por lo menos dos efectivos lesionados.
El juzgado dispuso una serie de medidas periciales para determinar el accionar de los uniformados durante el procedimiento.
El hombre recapturado es sindicado como el autor material del asesinato. Todos los indicios lo colocan como quien mató a golpes al anciano en el acceso a su chacra de Bonpland, el 27 de enero. Oscar le habría confiado a allegados que habría trabajando en una época en la chacra de Pizl y por eso sabía sus movimientos. Por eso sabía qué día y a qué hora podía encontrarlo solo y con plata. Habría dicho además que esperó al yerbatero detrás de un árbol y para que el anciano bajara de su camioneta y demorara afuera más tiempo de lo habitual, habría colocado un candado en la tranquera de ingreso al campo. En esas circunstancias, Oscar habría sorprendido a la víctima, a la que golpeó sin piedad. Para los detectives, no está claro si quería asesinar a la víctima o se le fue la mano con los golpes. Lo que sí están casi seguros es que el asaltante habría actuado encapuchado.
La investigación tuvo un avance importante cuando los peritos de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas del Poder Judicial, a través de programas informáticos y de informes remitidos por las compañías de telefonía celular, ubicaron el teléfono móvil de la víctima en la Picada Yapeyú de Guaraní. Lo tenía un vecino que se lo había comprado al ahora preso.
A Pizl lo mataron para robarle los 7.000 pesos que llevaba encima para entregarle a algunos empleados y también el celular.

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