Este lunes serán indagados los padres del nene de 12 años que murió tras recibir un balazo en la cabeza en Posadas

Los padres del nene de 12 años que murió la semana pasadas luego de recibir un balazo en la cabeza en su casa del barrio Cocomarola Oeste de Posadas serán citados a indagatoria este lunes por parte del juez de Instrucción Tres, Fernando Verón.
En la ocasión, se los imputará del delito de «homicidio calificado por el vínculo» y se les dará la chance de declarar. Pueden abstenerse si así lo desean.
El suboficial de la Policía y la empleada pública fueron detenidos el viernes porque su versión de los hechos no coincide con los elementos que la Secretaría de Apoyo para los Delitos Complejos del Poder Judicial detectó en la residencia. Se cree, por estas horas, que el chico, que se llamaba Rodrigo, pudo haber recibido un disparo accidental cuando forcejeaba con el papá policía, quien intentaba sacarle la pistola reglamentaria.
Hasta ese día, al menos, la hipótesis era que el chico se disparó en la cabeza con el arma laboral del padre deprimido porque no había aprobado el examen para ingresar al colegio secundario en el que deseaba estudiar el año que viene.
El juez Verón consideró que hay indicios que tanto el hombre (que trabajaba en la comisaría Tercera) como su esposa llevaron adelante acciones para entorpecer la investigación, como dar un relato diferente del sucedido y de haber manipulado el arma luego de ocurrido el episodio.
El trabajo pericial de los expertos también arrojó otra novedad, que el hallazgo de un proyectil intacto. Esto hace suponer a los detectives que, como declararon algunos vecinos del barrio, hubo más de un disparo la noche del hecho en la casa de la víctima.
El caso se registró el pasado domingo 18 de noviembre cuando cerca de la medianoche. El niño fue hospitalizado con una herida de arma de fuego en la cabeza. El paciente fue trasladado por sus propios padres desde su casa del barrio Cocomarola Oeste, donde se había producido el hecho. El deceso se produjo al día siguiente.
En primer término, había tomado intervención en el caso la jueza Correccional y de Menores Uno, Marcela Leiva, quien luego de recibir el informe preliminar de los peritos, se declaró incompetente y remitió las actuaciones a su colega Verón.
Leiva consideró que existían demasiadas incongruencias entre los dichos de los padres, las evidencias físicas encontradas por la secretaría de Delitos Complejos del Poder Judicial y los primeros datos surgidos de la autopsia realizada al niño.
Es que el padre insistió reiteradas veces que el niño se había disparado con la mano derecha. El lado del orificio de entrada de la bala, desmentiría esa afirmación del progenitor, quien además habría dado positivo en el examen de alcoholemia que se le practicó.
Otro dato llamativo, es que la policía tardó más de tres horas en avisar el hecho a la magistrada.
Después de un primer relevamiento, se hizo uno más exhaustivo con gente de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas del Poder Judicial y la Policía Científica de la Unidad Regional X. Se pudo encontrar así nuevas pruebas logradas, a partir de la incorporación de otros elementos que ayudaron a la búsqueda.
Con todos esos elementos, ya no había dudas que la investigación debería realizarse de otra manera. Leiva debió apartarse de la causa y la misma pasó a Verón.
Fue el juez quien ordenó las detenciones. El sumario judicial está caratulado de manera preventiva como «homicidio agravado por el vínculo».
A la víctima fatal se le tomó una muestra para realizar un estudio que se llama barrido electrónico, a fin de determinar si él efectuó un disparo con la pistola reglamentaria del padre. Ese estudio se hace en la provincia del Chaco y demandará unos días.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas