Juicio del caso Santa Cruz: un testigo fue puesto en duda por su parentesco con un abogado y se conoció que la acusada sufre «estrés postraumático»

La tercera audiencia del juicio a la abogada y Miss Argentina Rocío Santa Cruz, acusada de haber atropellado y matado al inspector de tránsito municipal Ramón Cabrera, el 31 de enero de 2016, en Posadas, tuvo algunas particularidades que llamaron la atención de los presentes.
Primero fue el cruce entre la fiscal y el abogado Paredes durante la declaración del kinesiólogo Roberto Gisin, presentado por el letrado como «experto en traumas». Descolocó al testigo la pregunta de Álvarez acerca de qué parentesco lo unía a Paredes: «Soy el marido de la hermana», dijo el facultativo. El abogado se ofuscó y dijo que tal pregunta, improcedente, le debía valer una sanción a la fiscal, pero que él no iba a pedirla. Fue un momento tenso.
Otro momento particular fue cuando declaró la psicóloga Roxana Kredlbleck, con la que se trata Santa Cruz desde febrero de 2016. Por pedido de la defensa, todos los presentes tuvieron que desalojar la sala. Entonces, ante las partes y el juez Jiménez, la profesional contó que su paciente padece estrés postraumático y amnesia disociativa, y que estima que necesita un tratamiento de entre 3 y 5 años.
También el miércoles, a pedido de la fiscal, se leyó en la sala de audiencias del Juzgado Correccional y de Menores de Posadas, la declaración que prestó durante la instrucción de la causa. Fue la única vez que dio su versión. Así pudo escucharse que ella jamás admitió haber impactado con su Peugeot 408 blanco la moto de 110cc que guiaba Cabrera, en avenida Quaranta casi Zapiola.
“El sábado 30 de enero de 2016, fui al restaurante La Ruedita a cenar con unas amigas y luego fuimos a bailar a Cristóbal. Hasta la 5 estuve allí. Después salí en dirección a mi domicilio en mi auto. Frente a la estatua de Andresito, golpeo contra un lomo de burro”, dijo la abogada en esa declaración.
Contó que en el resto del trayecto hacia su residencia, no pasó nada extraordinario. Jamás mencionó siquiera haber visto la moto del inspector de tránsito municipal.
Admitió que discutió con su marido Claudio Ferreyra por el estado en que llevó el auto (con los daños) y que luego él se fue de la casa.
Agregó que después fue a acompañarla una amiga, Josefina Dei Castelli, quien para calmarla le preparó con café cargado con Tía María.
Josefina Dei Castelli, amiga de la imputada y quien estuvo con la abogada en los momentos posteriores al choque, sí compareció en la jornada de ayer.
“A mi me llamó Claudio, el esposo de Rocío, para avisarme que habían peleado. Me pidió que fuera a calmarla, porque él había salido de la casa. También Rocío me llamó. Ella estaba muy mal. Para calmarla tomamos un café. Al de ella, para que se tranquilice, le puse un poco de licor Tía María. En eso llega la Policía y me pregunta si era dueña de la casa. Les digo que no y aviso de inmediato a Claudio”, narró.

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