Análisis semanal: Campeones del ajuste

Lo que en campaña era negado con énfasis se convirtió en motivo de orgullo luego de casi tres años de Gobierno. Al disertar en el 50° aniversario de la Comisión Nacional de Valores, el súper ministro de hacienda, Nicolás Dujovne, resumió los “logros” de la gestión de Cambiemos en materia de economía con un sincericidio de magnitud bíblica: “En la Argentina nunca se hizo un ajuste de esta magnitud sin que caiga el gobierno”, dijo sin ponerse colorado. A pesar de la aplicación de una política contractiva del gasto que tanto orgullo insufla al capitán del equipo económico de Macri, la inflación no cede -en octubre marcó 5,4%- y la de 2018 será la más alta desde 1991, cuando el país salía de la híper alfonsinista.

 

El combo extremo de mega tasas, suba de impuestos y apretón monetario ideado por el presidente del Central, Guido Sandleris, para frenar la corrida cambiaria está generando los efectos esperados y eso no es poca cosa para un Gobierno nacional que desde el fracaso del gradualismo hasta la fecha no había conseguido controlar ni una de las variables de la economía. La mala noticia es que ni el crecimiento económico y ni la mejora de la calidad de vida de los habitantes figuran entre los objetivos del programa de contingencia de Sandleris, que se contenta con aquietar al dólar y esperar que la inflación vaya por el mismo camino aunque ello implique derrumbar la actividad, los salarios y el empleo.

 

El ajuste del gasto combinado con una mayor recaudación producto de la suba de impuestos y la inflación galopante, permitió que en octubre el déficit primario cayera a la mitad en comparación a igual mes del año pasado. Pero lo que se ahorra a costa de austeridad y más impuestos se termina dilapidando en pagar la cuenta del festival de endeudamiento que llevó adelante el Gobierno nacional para financiar el gradualismo. A tal punto que en octubre el pago de intereses aumentó 110% interanual, lo que provocó que el déficit financiero aumentara 25,5% en la misma comparación.

 

Mientras tanto, las tasas exorbitantes siguen haciendo lo suyo para aspirar pesos del mercado y con ello apaciguar al dólar y profundizar la recesión. Según informó el organismo que conduce Sandleris, en la primera quincena de noviembre el monto promedio del circulante y de los depósitos en pesos que integran la base monetaria se redujo en 28.000 millones respecto de igual período del mes anterior hasta los 1,23 billones de pesos.

 

Con la calle seca de plata de cualquier color y los bancos y especuladores de toda laya distraídos por las ganancias desmesuradas que prometen las tasas en pesos, el dólar sigue coqueteando con tocar el piso de las bandas establecidas por el Central aunque esta semana registró una muy leve suba de 53 centavos. La tranquilidad cambiaria, sumada a una moderación en las expectativas de inflación que mide el REM, permitieron a la autoridad monetaria continuar el camino de reducción de la tasa de referencia que bajó 4,4 puntos porcentuales y se ubicó al final de la semana en 62,2%, casi 12 puntos por debajo del pico de principios de octubre, pero 34 puntos por encima de la tasa de referencia a inicios de año. Si los patitos siguen nadando en hilera, todo indica que en diciembre la tasa se ubicará por debajo de los 60 puntos.

 

A pesar de que para la gran mayoría de los argentinos la política de sequía de pesos resulta asfixiante, la inflación sigue siendo un problema. Esta semana el INDEC dio a conocer el dato de octubre: 5,4%, más baja que la de septiembre (6,5%) pero altísima incluso para los parámetros de un país con problemas crónicos de aumento de precios como lo es Argentina.

 

Las consultoras privadas señalan que durante la primera quincena de septiembre la inflación continuó bajando, para Ecolatina por ejemplo, fue de 3,7%. Pero eso no impedirá que 2018 termine siendo el año de mayor inflación desde 1991, cuando el país todavía peleaba para salir de la híper alfonsinista, ni que el aumento del IPC acumulado durante los cuatro años de gobierno de Macri sea muy superior al registrado en cualquiera de los mandatos de Cristina, que se perfila como su principal opositora de cara a 2019.

 

Proféticas suenan por estos días las palabras del por entonces candidato a presidente Mauricio Macri cuando en 2015 sentenciaba en Bahía Blanca que “la inflación es la demostración de tu incapacidad para gobernar”.

 

Aquella figura de los precios subiendo por el ascensor y los salarios por las escaleras con la que se solía explicar en los 80 el efecto que tiene la inflación en el poder adquisitivo de la gente cobró renovada actualidad en tiempos de Cambiemos. En el mejor de los casos, el poder adquisitivo de los asalariados en blanco habrá perdido al final del mandato de Macri más 15% de su poder de compra frente a diciembre de 2015. Según los datos del economista Federico Furiase, de EcoView, solo este año los salarios promedio habrán perdido un promedio de 11% de su poder adquisitivo frente al aumento de la inflación.

 

Para trabajadores que tuvieron menos suerte en sus paritarias, los que no tuvieron paritarias, los del sector informal, los cuentapropistas y los empresarios pyme, la caída de sus ingresos con relación a la inflación será bastante mayor a esos números, por no mencionar a los que alimentan todos los meses la estadística de despidos cuyos ingresos pasan a depender de la asistencia social y eventuales changas.

 

100 mil puestos perdidos en la industria

 

Hablar de desempleo en Argentina es hablar de industria. La industria manufacturera estuvo entre las mayores perdedoras en el paraíso para la especulación financiera en que se convirtió Argentina durante el gobierno de Macri. De acuerdo a un informe de la consultora Radar dado a conocer esta semana, ese sector perdió casi 100 mil puestos de trabajo en todo el país desde que asumió Cambiemos.

 

Desde esa consultora advierten que los sectores más afectados por la apertura de importaciones y la caída del consumo interno son los que demandan mayor cantidad de mano de obra, como la industria textil, la del calzado o la de alimentos. Para estos rubros se pronostica una continuidad en la caída que alcanzaría al menos hasta mediados del año próximo, aunque nadie se anima a anticipar qué ocurrirá después.

 

Según el informe de la consultora que encabeza el economista Martín Alfie, los que sí pueden esperar alguna mejoría en 2019 son aquellos sectores relacionados al agro y a las exportaciones a Brasil, pero anticipó que ello no llegará a compensar la caída de los demás rubros.

 

Que la única posibilidad de crecimiento esté relacionada a las exportaciones indica que una eventual recuperación del consumo interno no aparece en los radares de ningún analista. La política de contracción monetaria conspira contra cualquier atisbo de recuperación. Según la misma consultora Radar, en el primer mes del programa de Sandleris, los préstamos al sector privado cayeron 7,6% en términos reales, lo que representa el mayor desplome desde junio de 2002, cuando los préstamos al sector privado habían caído 10,4% en términos reales.

 

“Como consecuencia del apretón monetario, no solo se observa una disminución de los créditos, sino también un racionamiento. Son varias las entidades que dan de baja líneas de créditos por temor a la mora”, detalla el trabajo que agrega que la mayor baja se observó en los créditos comerciales, que cayeron 10,6% en términos reales mientras que los préstamos al consumo se contrajeron 5% y los créditos con garantía real descendieron 3,9%.

 

En este contexto no sorprende que el rumbo de la economía aparezca en las encuestas de opinión pública como una preocupación creciente en todos los sectores de la sociedad. Según una reciente medición de la consultora Trendsity la inflación fue mencionada como una de sus principales preocupaciones por 80% de los encuestados (15% más respecto de la medición anterior), los bajos salarios al 58% (14% más) y el dólar al 44%. Este último indicador no representaba importancia en la medición anterior de noviembre de 2017.

 

Según el informe, casi 6 de cada 10 argentinos cree que su situación económica actual es regular o mala. El 95% de la muestra cree que tendrá que disminuir su consumo durante los próximos 6 meses de alguna categoría. Las categorías más perjudicadas son las vinculadas al placer o indulgencia (turismo – vacaciones 65%, salidas y entretenimiento 75% , indumentaria y calzado 60%, peluquería 39%, etc).

 

La novedad es que cada vez más gente se resigna a recortar gastos en dos áreas tradicionalmente consideradas sagradas para la clase media, como la salud y la educación. “Las expectativas de mejora cedieron ante una realidad preocupante y tenemos un consumidor exigido, que debe redoblar los múltiples esfuerzos en defenderse de la inflación. Comienza a evidenciarse una proyección de ajuste sobre categorías como salud y educación evaluando alternativas que no impliquen una pérdida en términos de calidad. Se extreman medidas de control sobre el gasto. Se trata de un consumidor adaptado aunque angustiado, alejado del placer y el impulso”, concluye el trabajo.

 

Barrera de contención

Mientras desde el Gobierno nacional celebran el ajustazo como un logro de gestión y se resignan a que la actividad y el consumo se desplomen y que la pobreza y el desempleo sigan aumentando, el Gobierno provincial tiene ideas diferentes. Decidido a hacer cuanto sea necesario para potenciar el poder de compra de los misioneros y mejorar la situación de las pymes, el gobierno de Hugo Passalacqua anunció esta semana dos nuevas versiones del programa Ahora Misiones, mientras que desde el sector privado hicieron lo propio con la realización del Posadas Buen Finde, una promoción de descuentos y actividades gratuitas organizada por la Cámara de Comercio e Industria de Posadas.

 

El primero de los programas anunciados por el gobernador fue el Ahora Pymes que busca sacar a las empresas misioneras del ahogo financiero en que las sumergió la política de súper tasas que impulsa el Banco Central y que llevó al orden del 100 por ciento anual la tasa promedio que aplican los bancos en descuento de valores.

 

El Ahora Pymes tendrá dos operatorias, la primera se realizará con los bancos Macro, Credicoop e Hipotecario y a través de ella la Provincia subsidiará 30 por ciento de la tasa que cobran los bancos para descuentos de cheques posdatados en hasta 90 días. En este caso, se establecerán topes a los montos a los que podrá acceder cada empresa interesada y estará disponible a partir de la semana que viene.

 

La segunda operatoria se iniciará en diciembre en convenio con el Fondo de Crédito y permitirá a las pequeñas y medianas empresas acceder a la garantía de Acindar SGR o Garantizar SGR, lo que les permitirá a las pymes acceder al mercado de valores con un trámite sencillo para descontar cheques a una tasa anual cercana hoy al 40 por ciento.

 

El gobernador Passalacqua destacó la importancia de este nuevo lanzamiento, particularmente por la función que cumple el sector de las pequeñas y medianas empresas “que son las grandes proveedoras de empleo”. Agradeció de manera especial a las Sociedades de Garantía Recíprocas (SGR), a los bancos participantes, a la Cámara de Comercio y la CEM por asociarse con el Estado provincial para hacer posible esta importante inversión porque “de este estado de crisis, no se sale solos…sino juntos, como ahora…juntos y hacia adelante”, dijo el mandatario.

 

Por su parte, Alejandro Haene, titular de la CEM, evaluó como “una buena noticia más que nos da el Gobierno de la Provincia, porque sin lugar a dudas, colaborar con la cadena de pagos que hoy está seriamente dañada”.

 

Para Fernando Vely, de la Cámara de Comercio e Industria de Posadas, el Ahora Pymes “es una medida muy alentadora para un sector que está muy golpeado y que hoy por hoy, tener la posibilidad de descontar valores por un 30 por ciento menos de lo que se puede hacer habitualmente, termina siendo una herramienta importante para el sector y una posibilidad para financiarse…así que celebramos la propuesta, que se haya concretado y sobre todo la participación de los bancos, que ya son tres y próximamente se va a confirmar un cuarto banco”.

 

Días después se lanzó el programa Ahora Turismo que se realizó en conjunto con dos cámaras que nuclean a las empresas del sector y prevé reintegros de 15 por ciento y financiación hasta en seis cuotas sin intereses en los pagos realizados en gastronomía y hotelería, exclusivamente para misioneros que tengan tarjetas del Banco Macro, dentro del territorio de la provincia.

 

La nueva propuesta busca paliar los efectos de la situación general económica que vive el país, brindando beneficios para los consumidores y para los distintos rubros del comercio y la producción. “Una vez más, la unión de lo público con el sector privado, busca dar una respuesta a un sector de la sociedad que lo requiere…juntos, trabajando para que cada misionero pueda ser un poquito más feliz”, dijo el mandatario provincial al inicio del encuentro realizado en la Sala de Situación de Casa de Gobierno.

 

Para el titular de la Asociación de Bares, Restaurantes, Hoteles y Afines (AMBRHA), Martín Oria,  “los Ahora son un éxito y ayudaron mucho en estos tiempos de vacas flacas; ahora me toca celebrar el inicio de este nuevo programa, porque es momento que los misioneros se muevan dentro de la provincia y la gente necesita un poco de esta alegría. Pedimos a los empresarios del sector que se adhieran a esta propuesta que es muy positiva para todos”.

 

Patricia Durán Vaca, en representación de la Federación de Cámaras de Turismo de la provincia evaluó “como muy buena este programa para todos los gastronómicos y para los propietarios de hoteles grandes y pequeños, además de facilitarle a los misioneros vacacionar en su provincia…Esto es regeneración del turismo a nivel local”. La reconocida empresaria del rubro se mostró confiada en el éxito del “Ahora Turismo” en todo el territorio provincial e invitó a los empresarios del sector a sumarse. “Esto es ganar-ganar, gana el misionero y gana el pequeño empresario o emprendedor que lucha en baja temporada, cuando la actividad desciende considerablemente”.

 

Una noticia inesperada

Luego de un año y un día de su desaparición, el submarino Ara San Juan fue encontrado a 500 kilómetros de la costa de Comodoro Rivadavia y sumergido más de 900 metros bajo el océano Atlántico. El Gobierno nacional decretó tres días de duelo para honrar a las víctimas y el propio presidente Macri prometió iniciar “una etapa de serias investigaciones para saber la verdad”.

 

Para ello dependerá de la información que le pueda suministrar la empresa estadounidense que realizó el hallazgo, ya que según reconoció el ministro de Defensa, Oscar Ahuad, Argentina no tiene los medios ni los recursos para reflotar la nave, ni siquiera para bajar hasta las profundidades en las que se encuentra.

 

Los familiares de las 44 tripulantes pidieron recuperar los cuerpos, como respuesta recibieron un llamado a la prudencia por parte del jefe de la Armada, José Luis Villán, quien advirtió respecto a complicaciones legales e impedimentos técnicos que dificultarían la recuperación de los cuerpos de las víctimas. “No podemos afirmar ni negar” que se puedan extraer los restos de la embarcación, concluyó Villán.

 

Más allá de la enorme tragedia nacional que representó el naufragio del Ara San Juan y la tristeza que conlleva la confirmación de la muerte de sus 44 tripulantes, al presidente Macri le cabe el mérito de haber persistido durante todo un año en la búsqueda del submarino a pesar de que su hallazgo parecía casi imposible.

 

A partir de los datos que aporten las pericias volverán las discusiones correspondientes al reparto de las culpas entre representantes y partidarios del gobierno actual y su antecesor, no solo por la tragedia del submarino sino también por el calamitoso estado general del equipamiento que tiene el país para su defensa.

 

Fumata blanca

El Presupuesto 2019 diseñado a medida de los requerimientos del FMI se convirtió en ley esta semana luego de un paso por Senadores bastante más tranquilo que el que había tenido el proyecto en la Cámara baja. Así el Gobierno nacional logró abrochar una victoria en su pelea por demostrarle a los mercados y organismos de crédito que pese a la crisis económica que atraviesa el país todavía puede manejar la variable política.

 

El Presupuesto del ajuste prevé reducir el déficit primario de cerca de 3 por ciento del producto interno bruto (PIB) de este año a cero en 2019, con un escenario de recesión económica en el que la actividad caería un 0,5 por ciento y se registraría una inflación de 23 por ciento, frente al 45 por ciento estimado para este año por diferentes consultoras privadas.

 

La reducción del gasto será del 6 por ciento en servicios sociales; del 23 por ciento en educación y cultura; del 48 por ciento en vivienda y urbanismo; del 20 por ciento en promoción y asistencia social; del 8 por ciento en salud; del 17 por ciento en ciencia y técnica; y del 20 por ciento en agua potable y alcantarillado.

 

El plan prevé, asimismo, una caída del consumo privado y una bajada del 9,7 por ciento en la inversión, al tiempo que la deuda pública a fin de año representará el 87 por ciento del PIB, con un stock de 315.698 millones de dólares.

 

En la misma sesión en la que se sancionó el Presupuesto, fueron aprobadas también las modificaciones a la Ley de Monotributo que alcanza a pequeños productores tabacaleros, yerbateros, tealeros y cañeros, cuyas facturaciones no superen los 322 mil pesos anuales.

 

La iniciativa fue impulsada por los legisladores misioneros, tanto en la Cámara Baja como en Senadores, en respuesta a un planteo del sector productivo que necesitaba de un esquema diferencial ante el fisco; particularmente por la manera en que desarrollan sus actividades.

 

Una vez que la AFIP emita las resoluciones correspondientes, todos los agricultores que pertenezcan a la categoría D del monotributo, y dentro límite de facturación mencionado, no abonarán el componente impositivo del monotributo (bonificado 100%) y pagarán solamente el 50% del componente de obra social y jubilación.

 

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