Un mundo mejor: Almifiquemos

“El gran desafío consiste en promover pequeñas comunidades en las que reine la paz, el respeto y la solidaridad. 
En el mundo, existen miles de estas pequeñas comunidades. Si logramos formar una red que conecte a pequeñas comunidades que sostienen estos valores,  podremos entonces avanzar hacia un mundo distinto.” 
Brother David Steindl-Rast

 

Raúl era jardinero de un barrio, tenía 49 años, le diagnosticaron una enfermedad avanzada. Cuando lo conocimos su tratamiento estaba interrumpido. Se formó una red de cuidados en torno a él y a su familia. Vivía con su esposa y sus dos hijos. Una persona llamó a un médico de Cuidados Paliativos quien pudo tratar los síntomas del dolor que sufría. Otra persona se ocupó de agilizar en La Plata las medicaciones de quimioterapia, otro grupo de gente realizó una colecta de dinero ya que él no podía trabajar: se pasaba más tiempo internado que en su casa. Hubo donaciones de ropa, alimentos. Tuvo contención emocional y espiritual. Luego de una larga luchar falleció rodeado de su familia y muchas personas que él nunca conoció que se ocuparon de él y su familia.

Felipe, era un hombre de 74 años, vivía solo sin familia en una situación indigna. Una vecina pidió ayuda porque lo veía muy deteriorado. Se formó una red de veinte voluntarios quienes lo visitaron en el Hospital que estaba internado todos los días, le compraron lo que iba necesitando, se ocuparon de los trámites de Pami para ver la posibilidad de llevarlo a un tercer nivel. Al mes de estar internado, falleció. Pudo experimentar el amor de muchas personas que lo visitaron, lo mimaron, lo acompañaron.

Roberto, hombre de 74 años, también vive solo en un lugar sin baño ni agua potable que con parte de su jubilación alquila y la familia, que le alquila, le cocina. Esta con problemas de visión, un ojo lo tiene perdido, el otro puede ser que recupere algo de la vista. Un grupo de personas lo estamos llevando a los médicos, a hacerse los estudios necesarios con la posibilidad que se pueda operar. Para llegar a esta instancia es necesario que viva en un lugar donde pueda contar con higiene para el cuidado de su ojo. En este momento se están realizando los trámites para que esto ocurra y pueda ir a vivir a un tercer nivel. Para él es muy difícil darse cuenta si quiere esto ya que lo que él conoce es donde está viviendo. Tendrá que optar por operarse o no. No tiene la certeza que con la operación pueda ver un poco mejor.

Muchas veces las familias consultan sobre distintas situaciones, pidiendo cuidadores, o sugerencias sobre qué sería bueno hacer con ese familiar. Hace poco una persona se comunicó porque su papá, postrado y también con problemas de visión, no quería vivir más, solicitaba la eutanasia. A la hija le costó mucho. Fui a verlo y fuimos juntos descubriendo que le gustaba de la vida. Sugerí un kinesiólogo que lo ayudara a caminar. Con la ayuda del profesional hoy este hombre camina con el andador, y descubrió que todavía su vida vale la pena.

Frente la gran necesidad que hay en torno a los adultos mayores, la enfermedad, final de vida y la etapa del duelo me animé a formar una Asociación Civil, Almificar – Acariciando el Alma donde podamos unirnos distintas voluntades con ganas de poder acompañar, orientar, contener, escuchar a adultos mayores en esta etapa a veces tan difícil para ellos, a personas que estén viviendo una enfermedad, o estén en el final de vida, a sus familiares.

Invité a formarla a una gran amiga, Patricia Arnozis, y nos pusimos a trabajar para lograrlo. El 26 de octubre pasado, con el apoyo de la Municipalidad de San Isidro, pudimos llevar a cabo el lanzamiento con una obra de teatro “La Señora Mayor”.

Fue una noche maravillosa donde pudimos sentirnos reflejados en la obra, donde pudimos tomar conciencia que la enfermedad y el final de vida es algo que nos va a tocar a todos y que importante es mirar estos temas y no barrerlos debajo de la alfombra. Son temas difíciles, tristes, estoy de acuerdo. Negar nos hace peor, mirarlos…pedir ayuda es lo más sabio. En esta noche surgió un grupo de voluntarios que quieren dar un tiempo de sus vidas a esta realidad. Vamos a ir teniendo encuentros para formamos en la escucha, en temas como la enfermedad, la muerte, los duelos y así poder estar de una manera plena con la realidad de las personas que estén viviendo algunas de estas situaciones.

Las personas que viven una enfermedad tienen la atención sanitaria y social. Es por eso que es muy importante que la comunidad se mueva. En nuestros barrios hay personas que viven la realidad de la enfermedad o la edad adulta  en soledad porque no tienen redes de cuidados o porque a sus familiares, por cuestiones de trabajo se les hace difícil sobrellevarlo.  Y esa es la misión de Almificar: acompañar estas situaciones.

Como le decía el otro día a un amigo: quienes estamos más livianos podemos «alivianar» la mochila de otros y si estamos con nuestras mochilas pesadas por cosas de la vida, ver estas realidades nos ayuda a mirar la vida de otro modo: valorar lo que tenemos, si tenemos salud dar gracias, si tenemos buen vínculo familiar cuidarlo, valorar la vida.

Creemos que en muchísimos casos falta la parte de la atención comunitaria. ¿Que sería? Que podamos tomar conciencia si vivimos alguna experiencia de enfermedad y/o proceso de duelo por la partida del ser querido que acompañados por otros lo pudimos transitar mejor, que acompañados pudo disminuir el dolor. Hay personas que no cuentan con redes, con familia y/o amigos. Es por eso que como comunidad podamos ponernos en marcha en  acompañarlos, ayudarlos con un trámite, orientarlos en lo que hace el proceso de la enfermedad…..En sí aliviar lo que estén viviendo con la presencia de la comunidad, de los vecinos, de ese desconocido que pasa a ser conocido.

Para comenzar a trabajar desde donde estés: estar atentos si hay alguna persona al lado nuestro, vecino, en el trabajo que esté viviendo una situación de enfermedad o en algún familiar, o esté viviendo un proceso de duelo. La gran tarea escucharlo, ofrecernos si necesitan algo, ofrecer buscar soluciones de la problemática…..»alivianar» la mochila del dolor a otro, es ayudar a florecer la flor que está en esa persona que por esta realidad se siente en un pantano estancado si encontrar su sentido.

En Almificar – Acariciando el alma elegimos que nuestro logro represente nuestra misión: acompañar para que en esa persona florezca la flor que tiene dentro y encontrarle el sentido a lo que esté viviendo. Almifiquemos estando atentos a nuestro entorno, en nuestro barrio, en nuestro trabajo, en nuestra comunidad.

 

 

Por Mariana Soiza Piñeyro (*)

(*) Licenciada en Relaciones Públicas y Consultora Psicológica.

Especializada en Cuidados al final de la vida y orientación a familiares, en Buenos Aires.

Mail: [email protected]

 

 

 

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