Para el FMI, lo peor de la economía argentina se vivirá en el cuarto trimestre y mejorará en 2019

Roberto Cardarelli, jefe de la misión del Fondo Monetario Internacional en la Argentina, señaló, en una charla con periodistas, que el repunte de la economía vendría después de marzo, con la cosecha y la baja de las tasas por la caída de la inflación. “La estabilización tiene un costo”, admitió.

El funcionario anticipó que “el cuarto trimestre será el peor”, en coincidencia con analistas locales y de Wall Street según han manifestado en las últimas horas. El FMI prevé una contracción del consumo privado de 9,9% este año y de 4,6% el próximo, según detalló en las planillas de su último staff report. Distintos indicadores de la economía muestran un deterioro del panorama en los últimos meses.

Cardarelli admitió las consecuencias recesivas del plan actual. “Las políticas fiscal y monetaria actuales son de estabilización y la estabilización macroeconómica tiene un costo”. Y agregó: “Se puede decir que el programa monetario ha funcionado en estabilizar el peso, ahora es cuestión de seguir implementándolo y esperar que bajen las expectativas de inflación de manera más contundente”. El stand by prevé que las tasas de interés podrán perforar el 60% tras dos caídas consecutivas del promedio de las expectativas de inflación.

El programa de Argentina con el FMI entiende además una serie extra de cuestiones técnicas, de calibración, que explican su mayor o menor dureza. Cardarelli explicó por ejemplo qué ocurre si el precio del dólar continuara bajando como sucedió en las últimas jornadas y eventualmente ingresara a la zona de intervención. “El nuevo marco tiene una cláusula que si la política monetaria se vuelve demasiado o muy restrictiva, algo que puede verse con la apreciación del tipo de cambio, las autoridades tienen la posibilidad de comprar dólares e inyectar pesos en la economía para relajar la política monetaria”. El economista se desmarcó de cualquier tipo de recomendación para relajar o no la política monetaria (y cuando) en ese caso.

El viernes el dólar mayorista cerró en $35,45 y la banda de no intervención el lunes arrancará en $35,402. Muchos analistas privados creen por estas horas que el dólar cruzará el límite inferior pronto y el BCRA debería comprar divisas. “Esa decisión es la que tiene que tomar el banco”, aclaró Cardarelli una y otra vez en la charla. “Evaluar si la política monetaria actual es la apropiada para lograr el objetivo fundamental de reducir la inflación es tema del Banco Central”.

Sobre el impacto del plan en la actividad, el funcionario del FMI recalcó: “Esperamos que la recesión no dure mucho, dos o tres trimestres a lo sumo”. Pronosticó que “en el segundo de 2019” habrá un crecimiento de la mano del campo y una baja de la tasa de interés (“si es que la inflación sigue bajando”, condicionó). “Eso dará un efecto de confianza. Un tipo de cambio más competitivo y la recuperación del campo significarán un crecimiento de las exportaciones netas muy significativo”.

¿Y qué ocurre con la caída del precio del dólar? El italiano señaló al respecto que “hemos visto la apreciación del peso que es más o menos la que se tenía como objetivo”. Se mostró conforme con otros aspectos del plan también: un declive de las expectativas inflacionarias según la última encuesta del BCRA, la aprobación del Presupuesto en Diputados y “ahora esperamos la del Senado”.

“No vemos cuestiones controversiales”, dijo sobre la agenda de la misión que pasa por Buenos Aires. “Se trata de hacer sólo un chequeo. El programa cambió mucho con la segunda revisión, no creemos que cambiará mucho ahora. Discutiremos sobre las perspectivas de cómo está yendo el programa. Hemos visto claramente buenos resultados”.

El FMI ve una recuperación en V para el año que viene: el campo repuntará, la inflación cederá y las tasas bajarán. “Tenemos una recuperación que empieza en el segundo trimestre y no se interrumpe. Claro que hay riesgos, hay muchos. Que la inflación no baje tan pronto como esperamos y entonces haga falta una política monetaria más restrictiva”. Pero también menciona la situación de los mercados emergentes, EE.UU. y la incertidumbre del ciclo político en Argentina que agregue volatilidad. “Pero en nuestro escenario base nada de esto detiene la recuperación”.

Consultado sobre el uso de los desembolsos, el funcionario de FMI comentó ayer que “los dólares que vayan al Tesoro son para hacer frente las obligaciones en dólares. Según el FMI, Hacienda no necesita convertirlos a pesos porque tiene una necesidad importante en dólares y un saldo inicial en pesos alto hasta inicios de 2019”. Explicó además que las divisas pueden “pasarse a pesos a través dos vías”. Una es vendiéndolas en el mercado como se hizo en julio de 2018 y la otra directamente al Banco Central. Si lo hacen así, explicó, deberían esterilizar los pesos para reducir el impacto de la base monetaria. Tienen la opción de vender al mercado o al BCRA. Se analizará en el momento”.

Fuente Clarín

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