Análisis semanal: Operativo verano y confianza ciega en el principio de la última variación

El apretón monetario de Sandleris empieza a mostrar con más firmeza los resultados esperados: el dólar sigue cediendo terreno lentamente, lo que permite una tibia baja en las tasas de interés y establece condiciones para que la inflación comience a descender a partir de noviembre y para que el Central eventualmente pueda comprar dólares para recomponer reservas. El precio de esta incipiente tranquilidad financiera es la paralización de la economía real que acarrea cierre de empresas, despidos, pérdida del poder adquisitivo del salario, crecimiento de la pobreza y del desempleo y un largo etcétera de datos negativos que se acumula en el debe del balance de la economía en la gestión Macri.

 

La tendencia hacia una normalización en el plano financiero podrá ser útil para recuperar la confianza de los mercados, siempre y cuando se sostenga en el tiempo, pero de poco sirve para recomponer salarios, reactivar el consumo, generar fuentes de trabajo o de alguna otra manera, mejorar la vida de ese colectivo heterogéneo dado en llamar “la gente” cuya suerte está mucho más ligada a los vaivenes de la economía real.

 

Lo malo para el Gobierno nacional es que en 2019 hay elecciones en las que vota la gente, no los mercados, de allí la necesidad de recuperar también el favor del argentino de a pie, el que pelea para llegar a fin de mes y no tiene plazos fijos, ni lebacs, ni lelics, ni letes ni ninguna otra de las generosas inversiones financieras que ofrece el paraíso de la especulación en que se ha convertido Argentina.

 

Para ellos el equipo de gobierno de Macri preparó un plan de contención cuyo único objetivo es llegar a marzo sin conflictos sociales de gravedad. Ocurre que los últimos meses del año suelen ser complicados en contextos inflacionarios porque es el período en el que los salarios arrastran mayor retraso.

 

En esa línea, el Presidente ya tiene listo el decreto mediante el cual obligará a todas las empresas del país a pagarle a cada uno de sus empleados en relación de dependencia un bono no remunerativo de 5.000 pesos pagadero en dos cuotas iguales, en diciembre y febrero, un mes antes y uno después del aguinaldo. Para diciembre y marzo también están previstos incrementos en las jubilaciones y la AUH.

 

Con el bono el Gobierno nacional se garantiza desactivar la amenaza de paro general de la CGT –que había amagado con una medida fuerza en contra de las “políticas de ajuste” y luego accedió a desactivarla a cambio de un bono que no cambia en nada las políticas contras las que iban a protestar originalmente- sin necesidad de resignar un solo peso de las arcas del Estado. El único saldo negativo que le quedará al Gobierno después de esta jugada es el descontento del sector privado, especialmente los empresarios pymes, que deberán costear el gesto de beneficencia del Estado en un momento pésimo para sus compañías.

 

Desde la CAME –entidad más representativa del sector pyme- y prácticamente todas las cámaras empresariales del interior del país emitieron comunicados advirtiendo respecto a la imposibilidad de la gran mayoría de las empresas pequeñas o medianas de pagar el bono. Convencido de que el empresariado no encontrará en el panorama político actual una opción más atractiva que Cambiemos, el Gobierno nacional priorizará el valor de conservar la paz social y todo indica que desoirá los reclamos del sector privado.

 

Pero los empresarios que deberán pagar el bono no serán los únicos perjudicados de la fiesta de fin de año que prepara el Gobierno nacional. El combo integrado por el bono de fin de año, aumento de jubilaciones y AUH y aguinaldos generará una inyección de dinero en la calle que se traducirá en un repunte del consumo, lo que será bueno para los comerciantes, pero al insertarse en un contexto de recesión y de baja de la producción, también impactará en la inflación que suele ser un problema en esa parte del año.

 

Poco importará esto a los trabajadores que cobren el bono y el aguinaldo, porque ganarán mucho más de lo que perderán. Pero a aquellos que no accedan a uno o ninguno de los beneficios, les tocará ver la fiesta de afuera. Los empleados del sector público no cobrarán el bono pero si el aguinaldo, mientras que al siempre relegado espectro de monotributistas, cuentapropistas y trabajadores del sector informal les tocará un fin de año sin el pan y sin la torta, pero con la inflación agregada.

 

Por otra parte, el bono vuelve a plantear dudas respecto a la consistencia de un Gobierno integrado por un equipo económico que pretende “secar la plaza de pesos” como anunciaran alegremente el presidente del Central y el superministro de Hacienda en septiembre y un ala política que exige a los empresarios que salgan a repartir plata en noviembre. Aunque haya fracasado estrepitosamente en la práctica, la idea de gradualismo parece persistir en las cabezas de Cambiemos.

 

Con la primera cuota del bono y el aumento de las jubilaciones y AUH, el Gobierno espera mantener tranquilas las aguas en diciembre, para enero el plato fuerte será el aguinaldo, en febrero llegará la segunda cuota del bono y en marzo un nuevo aumento en las jubilaciones.

 

El objetivo de apelar a medidas más propias de un programa tipo “estado de bienestar” que de un plan de ajuste como el que viene llevando adelante la gestión de Macri, es garantizar la gobernabilidad hasta marzo–abril y sostener la lenta recuperación de la imagen del presidente que inició en septiembre de la mano de la frágil pax cambiaria de Sandleris.

 

La última variación

 

Los más optimistas dentro de Cambiemos confían en que a partir de abril la situación económica general mejore de la mano del ingreso de los dólares de una cosecha cerealera que los especialistas anticipan marcará un récord y la llegada del último desembolso de los previstos en el Stand By del FMI.

 

A partir de estos elementos, el Gobierno nacional espera alimentar una sensación de mejoría que alcance su climax en el bimestre septiembre – octubre en coincidencia con las elecciones. El plan dependerá en gran medida de que el Central finalmente consiga reducir la inflación a niveles inferiores a los 2 puntos mensuales en el segundo semestre de 2019.

 

Pero por más esfuerzos que haga el equipo de Macri y aunque consiga desactivar todas las amenazas que encuentre en el camino, la primavera electoral de 2019 será bastante austera. El estado actual de la economía con una inflación corriendo a 6 puntos por mes en un contexto de recesión y de pérdida del poder adquisitivo del salario establece un punto de partida muy desfavorable que no se podrá revertir significativamente en menos de un año.

 

Siempre optimistas, los arquitectos de campaña de Cambiemos confían en que eso no represente un impedimento para la reelección de Mauricio Macri. Entienden que a la hora de evaluar su situación presente y establecer proyecciones a futuro, la gente se apoyará mayoritariamente en la comparación de corto plazo.

 

El psicólogo Daniel Kahneman –premio Nobel de economía- es uno de los autores más estudiados por los politólogos para entender cómo reacciona “la gente común” ante los vaivenes de la economía. Una de sus ideas más difundidas sostiene que la gente suele hacer sus evaluaciones tomando como referencia principal la última variación que percibe. Es decir que luego un deterioro de años seguido por una mejora de –digamos- un trimestre, en la mayoría de las personas primará una sensación de mejoría antes que una de pérdida.

 

Para graficar esta teoría, muchos conferencistas de Compol gustan del ejemplo de la palangana según el cual si un sujeto sumergiera una mano en agua muy fría, la otra en agua muy caliente y luego metiera las dos en una palangana con agua a temperatura ambiente, en una mano sentiría tibieza y en la otra, frescura. Dos sensaciones distintas ante una misma realidad gracias a una percepción influenciada por el estado inmediatamente anterior. Lo que prima en ese caso no es la temperatura del agua de la palangana sino la última variación de temperatura que percibe el sujeto en cada una de sus manos.

 

Llevando este razonamiento al plano de la percepción de la gestión de Gobierno, a Macri le bastaría un período no necesariamente largo de mejoría antes de las elecciones para recuperar el favor de los votantes desencantados y volver a generar una sensación de expectativa positiva. El principal problema que enfrenta es que para empezar a crecer, la economía primero tiene que dejar de caer, cosa que a menos de un año de las elecciones todavía está lejos de suceder.

 

Calvario industrial

 

Reflejo cabal del momento que atraviesan las fábricas en todo el país, el Estimador Mensual Industrial (EMI) se contrajo 11,5% en septiembre en relación a igual mes del año pasado en lo que significó la retracción interanual más significativa en casi una década.

 

Según la consultora Ecolatina “muchos factores negativos confluyeron para el peor dato de la industria en mucho tiempo”. Entre lo que destacó, “el desplome de la demanda interna, el elevado costo del financiamiento que hace muy costoso tener stock de producción, la incertidumbre, una menor molienda oleaginosa debido a la caída de oferta por la sequía, junto a una menor demanda de actividades conexas, como por ejemplo, la construcción”.

 

En el marco del informe del EMI, el Indec consultó a las empresas industriales sobre las perspectivas para el último trimestre de la demanda interna y el 60,7% anticipó que habrá una baja, 30,5% prevé un ritmo estable y 8,8% espera un aumento.

 

En tanto, entre las firmas exportadoras, el 54,7% de los consultados no anticipa mayores cambios hasta diciembre inclusive, 28,6% espera una suba, 16,7% vislumbra una disminución.

 

Detrás de la abstracción de la estadística hay casos concretos. A los cierres confirmados la semana pasada de una planta de la metalúrgica Acindar en Rosario y otra de la empresa de alimentos Canale en Lavallol, se sumaron esta semana el cese de actividades de la fábrica de Alpargatas en Chaco –que en los últimos dos años y medio cerró también sus plantas de Catamarca, La Pampa y Tucumán- y de la de la brasileña Paquetá en Chivilcoy, también del rubro calzados.

 

El caso de Chivilcoy es particularmente preocupante dado que Paquetá es la principal empleadora privada de la localidad. La compañía ya anunció en la prensa brasileña que cerrará el 5 de diciembre.

 

La construcción también arrojó estadística negativa. El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) registró una baja de 4,2% respecto a igual mes del año anterior, la peor en más de un año y medio, según informó el INDEC.

 

Las expectativas para este sector también son negativas. El Indec consultó a las empresas que se dedican mayormente a realizar obra pública y el 69,1% de los encuestados estimaron que la actividad descenderá en el último trimestre del año, contra solo un 1,5% que anticipa un crecimiento, mientras que el 29,4% restante no prevé mayores cambios.

 

En tanto, entre los que mayormente realizan obra privada, el 48,8% de los consultados consideraron que la actividad estará en baja hasta diciembre, contra un 7,3% que prevé una suba y un 43,9% que no avizora mayores cambios.

 

Verde paz

 

El único aspecto positivo que muestra la economía es la pax cambiaria. Por tercera semana consecutiva la moneda estadounidense cerró a la baja y se llegó a ubicar apenas un centavo por encima de la banda inferior de flotación. Durante toda la semana cayó 22 centavos hasta llegar a los 36,38 para la venta en bancos, mientras que el mayorista se ubicó en 35,40.

 

La tranquilidad del dólar permitió al Central continuar bajando la tasa de interés de referencia (la de las Leliq) que llegó el viernes a 66,65%, una enormidad para cualquier otro país del mundo pero casi 7 puntos por debajo de la máxima registrada el mes pasado que fue de 73,52%. Para no caer en el citado efecto de la última variación, vale recordar que en diciembre último, hace menos de un año, la tasa de referencia no llegaba a 28%.

 

La estabilidad del dólar en un contexto de recesión permite presagiar una reducción en la inflación, que de todas maneras seguirá siendo alta. Para las consultoras privadas –el INDEC todavía no difundió su número- el comportamiento de los precios en octubre fue similar al de septiembre, del orden de 6%. Estiman que a partir de noviembre la inflación bajará a la mitad, siempre y cuando el dólar no vuelva a despegarse.

 

Advierten empero que todavía queda una brecha de entre 25 y 30 por ciento entre la inflación mayorista y la minorista, brecha que tarde o temprano tenderá a cerrarse mediante la progresiva suba de los precios de venta al público.

 

Los logros del Central en materia de contener al dólar no impresionaron a las calificadoras de riesgo, que volvieron a bajarle la nota al país. Durante la semana Fitch bajó su perspectiva para la calificación de deuda soberana de la Argentina a negativa por la debilidad de la economía y un incierto panorama para la consolidación fiscal en los próximos años. Standard & Poors ya había bajado la calificación del país de estable a negativo en agosto.

 

Mientras el Gobierno nacional se concentra en pasar el verano, desde afuera observan con preocupación el panorama que le deparará al próximo presidente. Ocurre que en 2020 se terminarán los desembolsos del FMI y habrá que salir a buscar dinero para afrontar los vencimientos de la abultada deuda con una relación deuda–producto muy poco atractiva a los ojos de cualquier inversor. El fantasma de un nuevo default ya agita sus alas.

 

Falta de mérito

 

En el plano político, la agenda la sigue marcando la Justicia. Durante la semana Cristina recibió una buena noticia de Comodoro Py: el juez federal Sebastián Casanello le dictó la falta de mérito en el marco de la causa conocida como “la ruta del dinero K” y que investiga el supuesto lavado de dinero. Concretamente el juez entendió que las pruebas reunidas no eran suficientes para procesar a la expresidente, pero tampoco tan débiles como para sobreseerla. En consecuencia ordenó una serie de diligencias para poder resolver la situación entre las que figuran exhortos, informes a la AFIP y a la Unidad de Información Financiera.

 

En la resolución el magistrado afirmó que “debe continuarse la investigación para determinar la concreta intervención que ha tenido Cristina Fernández en la conformación de la estructura cuyo grueso se ha elevado a juicio, pues la atribución de responsabilidad penal como consecuencia de un proceso respetuoso de la Constitución y las leyes se basa en la evidencia”.

 

Y añadió: “De allí la necesidad de colectar evidencias que permitan cristalizar un reproche que no sólo se sustente en la sospecha genérica o contextual derivada del público y reconocido vínculo de amistad que unía a Lázaro Antonio Báez y Néstor Kirchner, y de la existencia de procesos donde se ha probado la comisión conjunta de delitos. De lo contrario, la atribución de responsabilidad de Cristina Fernández en esta causa estaría basada excluyentemente en un razonamiento transitivo”.

 

Quienes sí fueron procesados fueron los ex jefes de Gabinete de Cristina, Jorge Capitanich, Juan Abal Medina y Aníbal Fernández por supuesto fraude en el manejo de dinero del Estado. Se trata de una investigación en donde se busca saber si el gobierno kirchnerista usó más de 600 millones de pesos “durante los años 2013 a 2015 para disimular lo que constituía, en verdad, el reparto discrecional de fondos públicos a municipios privilegiados por las autoridades a cargo del desarrollo de las políticas ambientales estatales”.

 

 Rechazo unánime

 

Teniendo en cuenta que el empresariado provincial es mayoritariamente Pyme (por mucha diferencia) no resulta extraño que la iniciativa de obligar a las empresas a pagar un bono a sus empleados generara un rechazo unánime. Por lo bajo, son muchos los empresarios que entienden que el Estado nacional les colgó el costo de practicar el asistencialismo para contener el desánimo social y frenar el desplome en el consumo.

 

Destacan que a diferencia de su par nacional, cuando el Gobierno provincial se propuso el mismo objetivo de contención social y reactivación del consumo, apeló a un modelo de esfuerzo compartido en el que también involucró a los bancos para dar forma al esquema Ahora Misiones en todas sus variedades. “Con la Provincia conseguimos desarrollar un modelo en el que todos ponemos algo y todos salimos beneficiados. La Nación nos está poniendo un revolver en la cabeza”, diferenció un comerciante posadeño.

 

Los empresarios provinciales aseguran que la gran mayoría de ellos no está en condiciones de afrontar un adicional de 5.000 pesos porque sus ventas vienen en franco descenso gracias al apretón monetario de Sandleris. “Hay una particularidad que no la vi en casi 30 años de comerciante: nunca vi una Encarnación vacía y que Posadas también esté vacía, o era una o era otra. El dólar alto nos sirve para que no crucen los posadeños a comprar a Paraguay, el problema es que la gente, entre el endeudamiento que tiene con las tarjetas, con los préstamos, con los planes de ahorro de los autos que suben mes a mes, la suba de los servicios y del combustible y todavía está faltando una suba muy fuerte que es la del transporte, todo eso lleva a que no haya plata en la calle. El consumo está totalmente parado”, señaló Martín Oria, comerciante gastronómico y titular de la Asociación Misionera de Bares, Restaurantes, Hoteles y Afines (AMBRHA).

 

Los empresarios misioneros volvieron a endilgar a la gestión de Macri incapacidad o falta de voluntad para contemplar las profundas diferencias regionales de un país en el que conviven provincias ricas y provincias pobres.  “De nuevo el Gobierno nacional sigue cortando al país como si todos fuéramos porteños. Un petrolero que trabaja en el sur gana 80 mil pesos, esas empresas que hoy están exportando gas seguramente pueden pagar 5.000 pesos, ahora una parrilla de la ruta 14 en el interior de Misiones no puede pagarlos. Lo mismo pasa en la hotelería, un 5 estrellas que recibe extranjeros y vende en dólares seguramente podrá pagar el bono, pero un residencial de nuestra zona seguramente no”, señaló Oria.

 

Desde la Cámara de Comercio e Industria de Posadas también cuestionaron la medida a la que consideraron “arbitraria, ya que no tuvo en cuenta la realidad de las empresas del interior del país y menos todavía aquellas que se encuentran en una zona de frontera, como sucede en la provincia de Misiones, donde la realidad cotidiana lejos está de ser similar a las grandes ciudades o empresas de Buenos Aires”.

 

En términos similares se manifestaron prácticamente todos los empresarios y representantes gremiales del sector empresarial de Misiones que fueron consultados respecto al particular.

 

Radicales a las urnas

 

En el plano político provincial, la principal novedad también llegó de la mano de la Justicia. En este caso de un fallo que dejó sin efecto lo actuado por la Junta Electoral de la UCR que había impugnado a dos de las tres listas que pretendían disputar la presidencia del centenario partido allanándole el camino a la lista del concejal Martín Arjol, la única que había quedado en pie.

 

En respuesta a planteamientos formulados por representantes de las dos listas impugnadas, la Justicia Federal ahora obligó a la UCR a volver a convocar a internas partidarias.

 

“Presentamos varios recursos para apelar la decisión de la Junta Electoral de la UCR de impugnar nuestra lista. Notamos que hubo vicios en el proceso, hay violaciones a la constitución provincial y a la nacional por parte de la Junta Electoral del partido”, señaló Federico Villagra, candidato a presidente por una de las listas impugnadas.

 

Villagra no duda en afirmar que detrás de la impugnación a las listas que pretendían disputarle en las urnas el manejo del partido al concejal posadeño, reside una clara intención de la conducción de la UCR de no ceder poder. “El reglamento fue armado adrede para que quedara una sola lista. Fue un traje a medida para que quedara solo la lista de Arjol. Eso lo denunciamos también en la justicia”, señaló.

 

La Justicia le dio la razón y todo indica que los radicales podrán elegir a sus autoridades partidarias por la vía del voto.

 

Apuesta al crecimiento

 

Nuevas producciones demuestran que Misiones sigue creciendo a pesar de la crisis. El gobernador Passalacqua visitó el viernes un establecimiento productor y exportador de arándanos en San José. “Encuentro Berries”, propiedad de la familia Ivani.

 

Passalacqua  felicitó a quienes están al frente de la empresa familiar, quienes eligieron la provincia para ampliar la producción que originalmente comenzaron en Entre Ríos en 2002. La decisión de instalarse en la tierra colorada fue precisamente la riqueza de su suelo, con alta concentración de hierro y un PH bajo, al nivel del que requiere el arándano, según precisaron los responsables.

 

En la semana, el gobernador también recibió a miembros del Gobierno de la provincia china de Fujian en el marco del programa “Provincias hermanadas” que firmó el Gobierno misionero en el año 2006 con la provincia oriental Fujian, tierra de donde es oriundo el actual presidente de aquel país, Xi Jinping.

 

En la reunión de este miércoles, los visitantes comentaron que su tierra de origen cuenta con recursos agrícolas, forestales y marítimos además de un gran desarrollo tecnológico. En la zona oeste de su territorio cuentan con un gran polo de desarrollo que permitirá reforzar su economía para fortalecer la provincia y contraponer la competencia con la vecina Taiwán.

 

Entre los objetivos de la misma se señalaron los de promover conjuntamente los lazos amistosos, intercambios económicos y comerciales, desarrollar activamente contactos y cooperaciones en los campos de ciencia y tecnología, cultura, deporte, higiene, educación, selvicultura y turismo.

 

Agenda cargada

 

Mientras el mundo futbolero palpita el superclásico de la final de la Libertadores que, si el clima lo permite, tendrá mañana su primer partido en la Bombonera, en Misiones la atención estará puesta en una nueva edición del Cataratas Day, celebración que conmemora la elección de las Cataratas del Iguazú como una de las siete maravillas naturales del mundo. Para el turismo provincial se trata casi de una fecha patria en tanto significó el punto de partida para que el principal destino misionero diera un salto en la consideración internacional y se abrieran oportunidades inconmensurables. Este año la fiesta se inspirará en la selva misionera, que compite por convertirse en una de las siete maravillas naturales del país en un concurso organizado por la fundación suiza New 7 Wonders.

 

En el plano nacional crece la expectativa ante la cercanía de la Cumbre del G20 que a partir del 30 de noviembre reunirá a los líderes de todo el mundo. La puja comercial por el proteccionismo que promueve Donald Trump frente al multilateralismo que impulsa China y otras grandes potencias, el capítulo de cambio climático y las resoluciones arancelarias sobre el acero a nivel mundial se presentan como los ejes temáticos más complicados de acordar en el documento de los líderes del G20.

 

En medio de la discusión de los temas globales, Argentina buscará provechar la presencia de los mandatarios para avanzar en acuerdos bilaterales, especialmente con la unión Europea y con China. En encuentros preliminares con representantes del gigante asiático se avanzó en negociaciones relacionadas a la energía renovable y la renovación de la red ferroviaria.

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