En septiembre pasado, en el Superclásico de la Superliga, River convirtió su vestuario en un búnker. Boca buscará evitarlo esta vez. Quieren que los de Gallardo sientan toda la presión de ser visitantes.
A horas de la primera final de la Copa Libertadores 2018, una edición inédita entre Boca y River, cualquier detalle parece transformarse en cuestión de Estado y, en este sentido, el club xeneize, local en los primeros 90 minutos (sábado 10 de noviembre, desde las 17:10), le prohibiría al plantel millonario cualquier tipo de decoración de su vestuario en la Bombonera.
El rumor tomó fuerza a partir de la palabra del periodista Juan Szeinfeld, quien cubre la cotidianidad del club de la Ribera para el diario Olé, quien apuntó: «Se entiende que genera violencia. Boca no va a permitir que River plotee el vestuario, se hablará con Conmebol y con directivos del club de Núñez. La seguridad tomará los recaudos»
Luego, en TyC Sports, el dirigente Xeneize Christian Gribaudo aseguró que “alterar el vestuario genera violencia» y adelantó que River no podrá ambientar su vestidor, como lo había hecho en sus últimas visitas a la Bombonera.
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