Por ese episodio había cumplido prisión domiciliaria hasta hace dos semanas, cuando le levantaron la medida.
Ramón Castro violó la restricción de acercamiento que le había impuesto la Justicia, esperó a su esposa en la calle y la degolló. El femicidio de Roxana Ferreyra fue el final de una historia que ya había dado señales de alerta. Hace un año la mujer lo denunció por violencia de género y él cumplió con prisión domiciliaria hasta hace 15 días, cuando le levantaron la medida.
La relación de la pareja, que tenía cinco hijos, había llegado a su fin hace dos años cuando la mujer se cansó de los maltratos que sufría por parte de su marido. La denuncia sin embargo llegó en 2017, cuando Castro la golpeó y atacó a martillazos a ella y a la mayor de las hijas.
Ese episodio le valió una detención domiciliaria que cumplió hasta hace dos semanas, indicó Diario Uno. Aunque seguía vigente todavía la perimetral, un tribunal mendocino lo puso en libertad y este lunes salió en su moto a buscarla, la esperó y la mató.
Después de degollar a su esposa, el acusado se escondió arriba de un árbol, pero él mismo terminó llamando al 911 para confesar el crimen. En las próximas horas, la fiscal a cargo de la investigación, Ivana Verdún, lo imputaría por homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género (femicidio).
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