Brasil: Se complica el empresario que confesó haber asesinado y mutilado al futbolista de San Pablo

Salió a la luz una grabación donde el acusado confirma que su hija conocía al jugador y que éste “era muy querido” por su familia.

El asesinato del jugador de San Pablo, Daniel Correa, sigue acaparando las portadas de los principales medios de Brasil. Este lunes se filtraron los mensajes que la víctima le envió a un amigo poco antes de morir. Ahora, este martes, salió a la luz un audio donde el presunto asesino, el empresario brasileño Edinson Brittes, comenta el suceso y confirma que su hija conocía al futbolista.

Brittes, el empresario acusado de asesinar y mutilar a Correa con la colaboración de su esposa Cris y de su hija Allana, intentó engañar a la Policía Brasileña con un audio en el que pretendía demostrar que el futbolista de San Pablo abandonó vivo su casa. En el audio, publicado por UOL, se escucha a Brittes, conocido como Juninho Riqueza, afirmando que el futbolista era «muy querido» por su familia y que «vino desde muy lejos para estar en el 18° cumpleaños de mi hija Allana».

“Él era muy grande y se fue pronto. Qué tragedia, amigo… Es triste, muy triste. Cuente conmigo en lo que pueda ayudar”, le dijo Brites a un amigo del jugador antes de recordar que su hija era muy amiga de Correa.

“Allana es tan amiga de él que vino sólo por su cumpleaños. Él quería mucho a mi hija, imagínate. Vino desde lejos sólo por su fiesta y era muy querido por la gente. No me hables, amigo, qué desesperación. Mi hija está desesperada. Allana se quedó en shock al conocer la noticia. ¡Dios mío! Le tuve que darle un calmante”, prosiguió.

El empresario trató de quitar algún tipo de responsabilidad de su hija Allana, quien también fue detenida por cómplice. La coartada de Brittes y su familia se vino abajo cuando su hija contó en una entrevista que conocía a Correa desde hace menos de un año y que el futbolista fue invitado a la fiesta. «Cuando abrimos la puerta, él (Correa) estaba encima de mi madre intentando violarla. Todo el mundo quería atacarlo porque mi madre gritaba y el no decía nada», declaró Allana Brittes.

En un intento de desvincularse del crimen, Brittes afirmó estar desconcertado ante semejante tragedia. “La gente no sabe qué pasó. Se fue antes. Estuvo con el (teléfono) móvil y se marchó. Usted sabe las dimensiones de mi finca y lo que hay hasta mi casa. Es grande y la gente estaba en el fondo de la casa. Salió andando, el terreno tiene 40 metros y la puerta estaba abierta porque estaba llegando más gente”, aseguró.

Sólo unas horas más tarde decidió confesarlo todo ante la policía, aunque tratando de justificarse. “Cuando quise abrir la puerta, estaba cerrada. Yo derrumbé la puerta de mi cuarto y cuando abrí, él estaba encima de mi esposa y ella gritando y pidiendo socorro”, detalló el empresario.

Cláudio Dalledone Júnior, el abogado de la familia Brittes, convenció a Edison que confesara el asesinato de Daniel Correa. «Evité que fuese violada por ese monstruo, por ese canalla», justificó amparándose en la «desesperación» de la familia. En su confesión del asesinato, el empresario contó también que «lo que hice fue lo que haría cualquier hombre, porque la mujer que estaba allí no era mi esposa. Eran todas las mujeres de Brasil. Podía ser su hija, su hermana, su madre, su esposa… En ese momento era mi esposa, Cris, con la que llevo casado 20 años. La mujer a la que le he dedicado mi vida, que siempre me amó y me respetó».

El asesino confeso quiso aclarar que «mi esposa nunca tuvo nada con Daniel, y tampoco con mi hija. Siempre hay rumores pero la verdad aparecerá. SÍ, hice lo que hice, quiero que todos los que me están viendo piensen qué harían para mantener la integridad moral de su familia y ayudar a una mujer pequeña y frágil». Según las investigaciones policiales Brittes y el resto de los implicados iban armados con un cuchillo y metieron a Correa en el maletero (baúl) de un coche para sacarlo de la escena del crimen: la casa del empresario. (Clarin)

 

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