A la recesión … más deporte!!

El deporte generador de mercados rentables, oportunidades de negocios y empleo. Parte de la industria global de ocio, produce un bien muy raro …

La economía del deporte es una rama que surge hace unos 20 años con una nueva definición donde el deporte es considerado un “bien, cuya producción, consumo, financiación y gestión responde a criterios de racionalidad económica”… y se agrega … como un instrumento más de empleo de recursos humanos. En un artículo publicado en la Revista Asturiana de Economía, donde se resumen más de 70 documentos relacionados con el deporte en Europa, se trata el deporte como generador de mercados rentables, oportunidades de negocios y de empleo. Absorbe una parte importante de la industria global del ocio y se diferencia de otras industrias por producir un bien muy raro … es intangible, efímero, experimental y subjetivo (depende de la experiencia que se vive el consumidor).

El deporte se produce y se consume casi simultáneamente, es perecedero, no se puede almacenar, cambia vertiginosamente, y desde el punto de vista puramente económico es un bien de consumo, cuando los espectadores son los destinatarios finales; es un bien intermedio, cuando las empresas lo usan para la elaboración de otros productos; y finalmente, puede ser un bien privado o púbico como vimos en el artículo de ¿Movimiento económico olímpico? publicado en Misiones Online. Los bienes deportivos van desde instalaciones deportivas, infraestructura, puntos de venta de ropa o accesorios deportivos, alimentación, coaching deportivo, marketing deportivo, medicina deportiva, espectáculos, competencias, seguros, y la lista sigue!

Su impacto en la economía puede verse en tres niveles. Cuando miramos la economía en su conjunto, evaluamos el deporte en relación al resto de los bienes que se producen. Desde el punto de vista microeconómico se investiga el comportamiento de los agentes que participan en la producción y en la demanda de este bien (familias, empresas y estado) y las interpelaciones que surgen entre ellos. Finamente, la mirada de la mesoeconomía, estudia toda la cadena de valor que genera esta actividad.

La importancia económica que tiene el deporte viene aumentando y lo más interesante es que no acompaña el ciclo económico. Es decir, cuando hay recesión, el deporte sigue creciendo. En Argentina no tenemos mediciones sobre el impacto del deporte en la economía, sin embargo en el mundo esta actividad generó hace 5 años, dos veces el PBI de la Argentina (en ese momento) en números, 754.000 millones de euros. Se posicionaba así entre las 10 principales industrias en el mundo de los negocios y mantiene su crecimiento a pesar de las crisis. Gerardo Molina, que es especialista en marketing deportivo y un referente mundial en la industria, explica esta explosión a parir de la profesionalización deportiva, la racionalidad empresarial en los deportes, el crecimiento y liderazgo del marketing deportivo, el rol de los medios de comunicación, las nuevas tecnologías y las redes sociales.

Hay un indicador muy interesante que busca explicar en qué medida el crecimiento del deporte induce el crecimiento de los demás sectores dentro de la comunidad, se llama efecto multiplicador y podemos evaluarlo a partir de la interacción de la industria deportiva con: El desarrollo de infraestructura, ya que el diseño y la construcción de instalaciones deportivas es una especialidad y su arquitectura es muy específica. La industria alimentaria, para el armado de menús específicos para diferentes deportes, deportistas y etapas deportivas. La industria del turismo, que se activa con cada evento que convoca deportistas y seguidores. La industria de la indumentaria y equipamiento, donde la moda deportiva, es el sector con mayor presencia empresarial. Y la de equipamiento se enfoca en la fabricación y colocación de equipos para instalaciones deportivas de todo tipo. La industria de la tecnología, desde aplicaciones en prendas deportivas, sensores en competencias hasta aplicaciones en dispositivos para tener tu propio entrenador personal. La industria audiovisual, con programas especializados en deporte o cortos sobre diferentes actividades deportivas. En 2017 por ejemplo, Disney compró parcialmente Century Fox para crecer en la industria del deporte. La industria de los derechos deportivos, desde franquicias, derechos de TV hasta marcas personales de atletas se negocian cada vez con mayor intensidad.

América Latina, en especial Brasil y Argentina se han especializado en la venta de talentos, principalmente en futbol. Así el principal ingreso por esta actividad viene de la exportación de atletas, por ejemplo en 2015 nuestro país exportó 4.025 jugadores, en tanto Brasil 3.456 según Gerardo Molina. Si bien el aporte de estrellas deportivas a un país tiene un valor intangible, este no necesita ser la única actividad generadora de ingresos. En otros países los clubes ademas de la transferencia de jugadores, reciben gran cantidad de recursos por derechos de TV, publicidad, derechos de imagen, merchandising, venta de licencias, camisetas, venta de entradas y abonos.

Así, esta actividad lúdica que busca la excelencia en cada momento ha impactado y modificado muchas relaciones económicas y sociales. El deporte se ha convertido una poderosa industria por su participación en la economía, por la generación de oportunidades de negocios, de empleo, por su comportamiento anticíclico y por su efecto multiplicador. Y en lo social y humano, existe cada vez mas evidencia científica de su contribución a la reducción de la delincuencia y el absentismo escolar, de su ayuda al aprendizaje de los jóvenes y a la regeneración comunitaria, a la mejora de la condición física y del medio ambiente. También contribuye al desarrollo de la identidad individual, a la inclusión y especialmente a la movilidad social. En conjunto, incentivar la actividad deportiva desde los espacios públicos y privados, es una jugada ganadora!

*Eva Muguerza Economista – Empresaria – Docente

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