Crimen en Tandil: el estremecedor hallazgo en poder de uno de los detenidos

Cuando lo arrestaron llevaba puestas las zapatillas de la víctima. Uno de sus cómplices confesó.

Nahuel Morales, el primer detenido por el crimen que conmociona a Tandil, entregó a sus cómplices a la Justicia y contó con lujo de detalles cómo fue asesinado Jorge Bustamante. Reveló que le pegaron varias veces en la cabeza con una rueda de auxilio, que lo ahorcaron con un cinturón y que el joven rogó por vida.

El relato que Morales le hizo al fiscal Gustavo Morey derivó en las detenciones de dos nuevos acusados: Emanuel Ramírez (19), quien negó haber participado del homicidio, y Angel Tami (20). Este último dejó atónitos a los policías que fueron a arrestarlo. Según señalaron fuentes del caso, cuando lo atraparon llevaba puestas las zapatillas que le robaron a Bustamante antes de descartar el cuerpo.

La sorpresa sobre Ramírez llegaría al revisar su perfil de Facebook. En los días en que el joven asesinado estaba desaparecido, el acusado publicó un mensaje con un crespón negro. «Jorge Bustamante QEPD», decía el posteo.

Morales, de 19 años, dijo que hasta el miércoles de la semana pasada había tenido cuatro encuentros sexuales con Bustamante. El pacto que tenían, dijo, era sexo a cambio de bolsitas de cocaína que le traía la víctima. Explicó que se comunicaba con la víctima vía messenger y que la noche del 24 de octubre, cuando chatearon, Tami fue testigo. Al parecer estaba peleado con su padre y estaba viviendo en la casa de su cómplice.

«Hacelo venir para asaltarlo y robarle la droga», habría dicho Tami, según el relato de Morales. El detenido contó que se encontró con la víctima esa madrugada y que cuando aparecieron sus dos cómplices intentó simular que él también estaba siendo asaltado. «Emanuel me pegó una piña para hacer un poco de circo y yo se la devolví», contó Morales. Luego la situación se puso difícil para Bustamante: lo bajaron del auto y le dieron una paliza.

De algún modo, la víctima supo que lo iban a matar. Les dijo a los asaltantes que los conocía y que si querían droga o plata tenía en su casa. «Rogó por su vida», contó el «arrepentido» en su confesión. Minutos después, Bustamante habría sido subido nuevamente a su Fiat Palio, en el asiento trasero, con la cabeza cubierta con un buzo. Tami era el encargado de custodiarlo y viajaba a su lado. La víctima intentó defenderse y llegó a morderle la mano al atacante.

Morales contó que tomaron la ruta 30 en dirección a la escuela Granja y luego se desviaron  la derecha por un camino de tierra, por el que hicieron unos 20 kilómetros. En algún punto del camino, antes de llegar a un cruce ferroviario, se detuvieron. Allí bajaron a la víctima, que preguntaba si lo iban a apuñalar y seguía pidiendo que no lo mataran.

Siempre según el relato del detenido, Ramírez y Tami hicieron arrodillar a Bustamante, lo noquearon de una trompada, lo arrastraron al medio de la calle y le pegaron en la cabeza con una rueda de auxilio que habían sacado del baúl. «Lo hizo cuatro o cinco veces, le pegaba con la llanta», relevó una fuente del caso. Luego lo estrangularon con un cinturón.

Tras el brutal ataque, los asaltantes metieron a Bustamante en el baúl del Palio, solo vestido con pantalón y medias: las zapatillas -según la confesión de Morales- se las quitó Angel Tami, el mismo que las llevaba puestas en el momento de ser detenido, según detalló una fuente. (Clarin)

 

 

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