Pedro Puerta afirmó que el rol de embajador de su padre aceleró la integración de la siguiente generación en Yerbatera Misiones

La radicación del exgobernador en Madrid –desde 2015 es embajador en España- dejó espacio para el crecimiento de sus hijos dentro de la empresa yerbatera de la familia. Al menos eso dice uno de sus hijos, Pedro Puerta, quien asegura que ahora tiene mayores libertades para ejercer funciones gerenciales, aunque rápidamente aclara que Ramón sigue “manejando todo”, pero ahora desde un rol de CEO general. Consideró que las nuevas generaciones están provocando cambios en las empresas tradicionales de la región porque son más abiertos a la incorporación de tecnología. Pronosticó una “etapa difícil” para el sector yerbatero, cuestionó la política fiscal de la provincia, se manifestó en contra de la instrumentación del Fondo Especial Yerbatero (FEY) y pidió que el INYM deje de regular precios.

 

El nombramiento de Ramón Puerta como embajador en España provocó cambios en el escenario político provincial, pero también en la empresa de la familia, Yerbatera Misiones SRL. Para asumir su nuevo cargo político, la cabeza principal de la firma debió radicarse en Madrid, lo que obligó a llevar adelante una reestructuración dentro de la compañía que le dio más protagonismo a sus hijos en los espacios de toma de decisiones que hacen al funcionamiento operativo.

 

“Logramos un buen equipo de trabajo entre la generación de mi viejo y la generación mía y de mi hermano que nacimos en los 80, que venimos con otra impronta, que somos de la era digital. Creo que el aporte que hacemos es perderle el miedo a la tecnología, entender que te permite tener sistemas de control y de trabajo más eficientes. Las exigencias de los mercados y del consumidor te lo piden, hoy un consumidor de yerba mate te pide saber hasta de qué planta salió el paquete de que está tomando”, señaló Pedro Puerta.

 

Explicó que el hecho de que su padre ahora viva en España aceleró los tiempos del proceso de integración de la nueva generación. “Mi papá hoy tiene un rol más de CEO general. Sigue llevando las riendas de la empresa pero con menos atención a las cuestiones operativas, lo que nos permite cierta libertad. La distancia nos sirve para tener otro tipo de manejo y contar la película al final y no capítulo por capítulo”, indicó.

 

Yerbatera Misiones ya venía en un proceso de modernización a partir de una alianza con Molinos Rio de la Plata. La relación con la emblemática compañía de alimentos –una de las mayores del continente- data de hace poco más de diez años, cuando Molinos compró la marca de yerba Cruz de Malta, producto que los Puerta elaboraban desde los años 70.

 

“Ellos (Molinos) apostaron, previo a la ley de Envasado en Origen, a que el envasado se hiciera en Apóstoles. Fue en 2009, en plena crisis financiera internacional invertimos en armar tres líneas de envasado modernas. Tomamos gente de la zona, trabajamos con ellos, Molinos capacitó a más de 70 personas en Apóstoles, los que no quedaron hoy están trabajando en otras plantas”, relató quien fuera candidato a diputado nacional por Unión Popular en las últimas elecciones.

 

Afirmó que la asociación con la empresa de los Pérez Companc obligó a Yerbatera a ponerse a la altura de una multinacional en materia de gestión, auditorías y controles de calidad.

 

A la hora de analizar la actualidad del sector yerbatero, el joven empresario fue pesimista. “Lo veo complicado al sector. El primer eslabón de la cadena que es el tarefero tiene mayor protección que antes gracias al convenio de Corresponsabilidad Gremial y la exigencia de blanqueo. Pero después cuando la cadena avanza se complica, se complica para el productor, el secadero, el transportista, se le recontra complica al molino y ni hablar al supermercadista que es el último eslabón. De ahí para atrás la cadena de pagos se te empieza a complicar, por las tasas de interés altas, eso termina repercutiendo en el pequeño productor. Vamos a tener unos próximos meses de cara a la zafra del año que viene que van a estar complicados, aumentó todo, no hay forma de sostener los costos operativos y los impuestos son muy altos”, expresó.

 

Resaltó el efecto negativo que produce una alta presión impositiva. “Hoy tenés una barrera impositiva muy grande en Misiones. El paquete cuando sale de Misiones sale con un recargo fenomenal que es la tasa que te cobra Rentas por el producto terminado. La yerba fue perjudicada con el Pacto Fiscal porque el servicio de envasado tiene más tributo que antes y la yerba también”, resaltó.

 

Como casi todos los representantes de la molinería, Puerta opinó en contra de medidas que implican un mayor grado de intervención del Estado en la cadena, como la definición de los precios de la materia prima a través del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) o la instrumentación del Fondo Espacial Yerbatero (FEY). “El FEY es una locura, el camino tiene que ser distinto, si vos querés generar resultados económicos positivos tenés que bajar impuestos para que el sector privado genere trabajo”, argumentó.

 

Con relación al instituto yerbatero nacional, consideró que “no tiene sentido fijar precios en una economía de mercado. El INYM tiene que plantearse qué quiere ser, un instituto de vanguardia como es el vitivinícola o un ente regulador. A mí me parece que tiene que ser de vanguardia, controlar calidad, trazabilidad, que el paquete a través de un QR te permita saber de dónde salió y qué productores y trabajadores intervinieron en su elaboración. Se hace en África hace más de 20 años con el café”, dijo.

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