“Vivir la Ciudad”, un congreso de arquitectos que reflexiona la identidad cultural de las ciudades contemporáneas

En la sala Dos Constituciones de la Cámara de Representantes de la Provincia, se reunieron desde el miércoles, arquitectos y profesionales ligados a la labor patrimonial, en el Congreso “Vivir la Ciudad”, para pensar de una manera holística los espacios patrimoniales de las urbes latinoamericanas.

 

Organizado por el Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio, Argentina (CICOP Ar); el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Misiones y su Comisión de Patrimonio; y la Dirección General de Patrimonio Cultural y Museos, dependiente de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Misiones, y tiene como antecedente el Encuentro “VIVIR LA CIUDAD. Nuevas miradas sobre el patrimonio”, organizado por CICOP Argentina en 2014.

 

El objetivo es centrarse en cómo las ciudades pueden revitalizar, interpretar, proteger y salvaguardar su patrimonio material e inmaterial, no solo para la comunidad presente sino también para las generaciones futuras. Una comunidad orgullosa de su ciudad, la disfruta, la vive, y la cuida. Para ello, las partes interesadas comprometidas con el desarrollo, y la gestión de las ciudades y su patrimonio cultural; miembros de gobiernos nacionales, provinciales y municipales, universidades y centros de investigación, ONGs, el sector privado, grupos comunitarios y la sociedad civil, fueron invitados a compartir sus logros y desafíos en dos días de intenso trabajo con presentación de casos, debates, visitas y exposiciones.

EJES TEMÁTICOS DEL CONGRESO

  • Vivir la diversidad cultural, la identidad y el patrimonio en la ciudad: Huellas urbanas. la ciudad en la literatura en el arte, la música, las representaciones y la alimentación.

  • Gestión, Turismo, y Legislación para una ciudad vivible

  • La ciudad vivible para todos: inclusión, accesibilidad, participación ciudadana.

  • Vida Sustentable en la ciudad

 

Desde los congresistas, al ocuparse de la diversidad y la inclusión, toman como referencia otros documentos fundamentales de UNESCO – la “Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales” (2005), y la “Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural” (2001)- , y los enlazan con uno de los objetivos de la Agenda de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para 2030, que busca: “hacer que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”, con la cultura como motor fundamental.

 

La UNESCO considera que la cultura y el patrimonio son el alma de una ciudad, y en este sentido su Directora General, Irina Bokova afirma que el patrimonio “proporciona un sentido de significado e identidad” a las ciudades y puede hacerlas más habitables, prósperas y emocionantes.

 

Las ciudades son lugares de diversidad, desde lo físico, lo cultural, y lo social, -fundamentalmente como resultado de los procesos migratorios internos y externos-, y son un reflejo de la identidad de la comunidad, con sus actitudes, estilos de vida y costumbres, que se expresan en el modo de vivir los espacios públicos y semi-públicos de cada grupo. Se trata de redes interconectadas de valores naturales y culturales, materiales e inmateriales, que están en constante evolución y adaptación, creando nuevos tipos de identidad.

 

La naturaleza compleja y dinámica de las ciudades, de su patrimonio, y de la vida en ellas, presenta, entonces, enormes desafíos de gestión. Por ello, la gestión cultural, y especialmente, la 2 consideración de la diversidad cultural, se presenta como una herramienta valiosa para lograr que las ciudades sean más inclusivas, creativas, sostenibles, vitales y habitables.

 

A diferencia de las identidades nacionales, las identidades urbanas pueden ser inclusivas para todas las personas que viven en una ciudad, más allá de algunas diferencias culturales relacionadas con grupos de pertenencia. Pero la diversidad cultural puede dar lugar a conflictos basados en las diferencias culturales dentro de la comunidad, y una adecuada gestión del patrimonio cultural – material e inmaterial-, puede tener un papel importante para resolverlos, logrando la cohesión comunitaria, el diálogo, y la resolución de conflictos en un entorno creativo y reflexivo, y creando un sentido de identidad, pertenencia y significado común a todos sus habitantes.

 

La sostenibilidad de la ciudad no solo está relacionada con cuestiones de índole técnica o económica, como las emisiones de carbono, el consumo de energía y la gestión de desechos, o con la regeneración y el crecimiento urbano, sino que también abarca el bienestar social, la dignidad y la prosperidad de los diferentes grupos que viven dentro de ciudades cada vez más multiculturales, en un mundo globalizado. En este sentido, nuevamente, el patrimonio cultural puede desempeñar un papel relevante dentro del desarrollo sostenible de las ciudades, enriqueciendo la vida de sus habitantes.

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