Un hombre fue detenido por eyacular sobre la espalda de una mujer en el subte de Buenos Aires

El ataque fue en la línea C de subterráneo en Buenos Aires durante la mañana del jueves. El agresor, de 29 años, fue acusado de abuso sexual simple y es estudiante universitario.

Como todas las mañanas, Débora se tomó el subte de la línea C para ir a trabajar. En plena hora pico, no le sorprendió que la formación estuviese llena y que, por ese motivo, no tuviera mucho espacio para moverse. Pero nunca imaginó que ese viaje rutinario se iba a transformar en una pesadilla. Cuando llegó a la estación Avenida de Mayo sintió que un hombre le estaba apoyando sus genitales. Y, a los minutos, advirtió lo peor: había eyaculado sobre su espalda.

El agresor, un estudiante universitario de 29 años, intentó hacerse el desentendido. Como si nada hubiese pasado. Pero la víctima empezó a gritar y lo empujó. El resto de los pasajeros advirtió la situación y lo retuvieron hasta que llegó la Policía de la Ciudad. Según confirmaron desde la fuerza a Todo Noticias, el atacante fue arrestad y le abrieron una causa por “abuso sexual simple”.

“Empecé a sentir que había una persona detrás mío, que se me acercaba cada vez más. Yo intenté tirarme para adelante hasta que en un momento sentí algo. Cuando me toqué la espalda, tenía todo mojado el pantalón”, relató Débora angustiada en diálogo con Telefé.

La joven explicó que el resto de los pasajeros pidió que el abusador se bajara de la formación para poder seguir viaje. Pero que gracias la colaboración de un grupo de solidarios, pudieron retenerlo para que no se escape. Uno de ellos fue Edgardo, quien se quedó junto a ella hasta que llegara su esposo a la estación. “Lo agarramos masturbándose y eyaculando en los glúteos de la chica”, describió el testigo al noticiero. A su vez, aclaró que a pesar de tener que cumplir con su horario laboral, decidió quedarse con Débora y también ir a declarar ante la comisaría.

Aunque detuvieron al agresor, la víctima se quedó demorada alrededor de tres horas en la estación por la burocracia policial. Mientras su atacante estaba sentado junto a ella, encapuchado. “No veo la hora de poder volver a mi casa, bañarme y cambiarme la ropa”, concluyó llorando.

 

Fuente: El Tribuno

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