El precio del dinero … continua

Este fin de semana tuve la oportunidad de conversar con un amigo y empresario sobre las expectativas en relación a los resultados de las medidas económicas en lo que conocemos como “la economía real». La economía real es la resultante de la actividad industrial, el comercio, la agricultura … es la economía de la producción, su comportamiento es estable y los ajustes, para crecer o achicarse en este sector suelen llevar mucho tiempo.

Por su parte la economía financiera se apoya en los mercados de acciones, bonos, títulos, papeles y tiene una alta volatilidad. Su naturaleza es especulativa, en el sentido de la evaluación de rendimiento de los activos en los que se va a invertir. Y las ganancias o pérdidas en esta economía son de muy corto plazo, es decir, se producen rápidamente.

Hay una interdependencia entre ellas y está conexión se da por la “tasa de interés” … se acuerdan … «el precio del dinero”. ¿Cómo funciona esa interdependencia? En nuestro país estamos viviendo una fuerte caída de la actividad, o recesión. Esto significa que en la economía real se dejan de producir bienes y servicios, con la consecuente baja en el empleo de mano de obra, que hoy ronda el 9,6% a nivel nacional, y que se traduce en menos ingresos para las familias. Cuando esto sucede, las familias dejan de demandar dinero (básicamente porque no tienen) y esto impacta en los mercados financieros presionando a una baja en la tasa de interés (cuando baja la demanda de un bien su precio también baja).

Pero ¿no era que la tasa de interés estaba muy alta, 70% la semana pasada? Ahí viene la cuestión! Cómo la política del BCRA está enfocada en controlar el valor del dólar y la inflación, una baja tasa de interés provocaría un aumento en las inversiones del sector privado, una reducción del desempleo, más ingresos para las familias y aumento del consumo … evidentemente entienden que esto, en el corto plazo, es perjudicial para el país y con esa visión, deciden “secar de pesos la economía”. Por ello, restringen la cantidad de pesos en circulación (cuando hay escasez de un bien, aumenta su precio) y así validan la suba de la tasa de interés, beneficiando claramente al sector financiero y causando graves trastornos en la economía real.

En  este contexto, mi amigo empresario me dice que para lo que queda del año y el próximo solo espera sobrevivir con algunas “estrategias defensivas”, olvídate de invertir o expandir y su percepción está confirmada por los datos. De acuerdo a un informe presentado por Orlando Ferreres y Asociados para “Clarin” el 25-10-18, la producción industrial cayo 8,1% interanual en septiembre, acumulando seis meses consecutivos de caída, Ferreres concluye que “no se esperan mejoras sustanciales … en el actual contexto de caída salarial, alza inflacionaria, baja en el consumo y nivel de tasas elevado”.

Y puedo llenar varios párrafos con datos como los que presenta Orlando Ferreres, sin embargo prefiero compartir mi creencia sobre la necesidad de tomar conciencia de las consecuencias de estos modelos en nuestra comunidad, y preguntarnos si ¿es el único camino posible para resolver los problemas de base que estamos atravesando? ¿estas medidas están buscando resolver el problema de las familias, que son la base de la comunidad? ¿qué opciones tenemos? ¿esto no pasó antes? ¿que resultados tuvo en el pasado la aplicación de este tipo de políticas? Cuestionarse o preguntarse es un ejercicio que asegura la evolución de nuestra sociedad … es un ejercicio que desafía el presente para mejorar el futuro.

*Eva Muguerza Economista – Empresaria – Docente

 

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