Juegos Olímpicos de la Juventud: Se apagó la llama olímpica y los atletas nacionales sumaron 32 podios

Se terminaron los Juegos Olímpicos de la Juventud, en la Argentina cosechó 32 medallas. Dentro de cuatro años, África será olímpica por primera vez.

El pebetero olímpico ya es historia. La llama de Buenos Aires 2018 se apagó y su estela perdurará en el tiempo si su legado se aprovecha para fortalecer el desarrollo deportivo nacional. Han sido clausurados los terceros Juegos Olímpicos de la Juventud y, como no podía ser de otra manera, el cierre contó con la fiesta de los atletas en la Villa Olímpica y con el calor de la gente en el Parque Olímpico, donde el público disfrutó de un recital de Soledad y le dijo adiós al fuego de los cinco anillos.

“Muchas gracias, porteños. Desde que llegamos a su ciudad, su entusiasmo nos ha asombrado. Han llenado los parques y han alentado a los atletas. Se han unido y le han demostrado al mundo que los argentinos son auténticos apasionados del deporte. Son las auténticas estrellas de estos Juegos. Los llevaremos en el corazón”, arengó Thomas Bach, presidente del COI, en la previa del recital, con la delegación argentina a pleno a sus espaldas en el escenario.

Las miles de personas que veían el atardecer en Villa Soldati se unieron en el grito de “¡Ar-gen-ti-na, Ar-gen-ti-na!” y la comunión con los atletas nacionales fue total. Tanto que Gerardo Werthein, presidente del COA, anunció que así como hubo un tour de la antorcha previo a los Juegos, habrá una especie de gira de agradecimiento en la que los deportistas de los Juegos recorrerán el país para dar las gracias por el apoyo.


Soledad echó a rodar su repertorio musical, desde el nuevo pop hasta las tradicionales canciones folclóricas entonadas a dúo con su hermana Natalia. Los espectadores estaban chochos con ver gratis un show que enseguida se tornaría formal. El helicóptero presidencial se posó cerca de la avenida Roca, la escolta cruzó hacia la Villa y Bach le entregó a Mauricio Macri la Orden Olímpica de Oro antes de la ceremonia propiamente dicha.

“A todos nos da ganas de preguntarnos: ‘¿Por qué no empezamos de vuelta?’ Terminan los Juegos pero dejan muchas huellas. Demostramos que podemos hacer cosas al nivel de los mejores del mundo”, señaló el presidente, quien saludó a los atletas argentinos y partió.

A las 19.30 se encendieron las luces y la Compañía Olímpica de Circo deleitó con su arte sobre el tablado para abrir la ceremonia con acrobacias por doquier. La belleza artística llegó con el Himno Nacional, cantado por Soema Montenegro con una orquesta que maravilló con toques de tango, malambo, chacarera y chamamé. Una versión antológica.

Se mostró un resumen de los Juegos, desfilaron los abanderados (la remera Sol Ordas fue la argentina) y seis atletas de seis países distintos entregaron reconocimientos simbólicos a los voluntarios. Llegaron los mensajes de Bach y Werthein, quienes eran espectadores y fueron entrevistados por los atletas. Y la bandera olímpica se arrió del mástil para que Delfina Pignatiello, Facundo Díaz Acosta, Fausto Ruesga y Caterina Benedetti, medallistas argentinos, se la entregaran a cuatro senegaleses con miras a Dakar 2022.

Entonces sí la llama olímpica se extinguió y el cielo de Soldati estalló en colores para que los fuegos artificiales marcaran el final de Buenos Aires 2018. (Clarin)

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