Hace seis meses que los investigadores judiciales saben del violador serial en Posadas, pero no han podido avanzar en su identificación

Desde hace seis meses que los investigadores de la Justicia saben que el mismo delincuente que mató a Lucía Maidana (23) en un ataque sexual en abril de 2013 en el barrio Villa Urquiza de Posadas y violó a dos universitarias en 2016 en plena zona céntrica de la capital provincial es el mismo que este año golpeó y dejó al borde de la muerte a Melina (23), otra estudiante de la Universidad Nacional de Misiones. Su ADN apareció en todos los casos. Sin embargo, en medio año no han podido identificarlo. Es un fantasma que ahora sabe lo que hasta hace poco sólo él sabía: que fue el responsable de los cuatro casos y que si lo atrapan lo espera una durísima condena.
Para los investigadores, el abusador es alguien que frecuenta el ámbito universitario. Todas las chicas atacadas son estudiantes de la UNaM, aunque de distintas carreras. A una de ellas incluso le advirtió que no hiciera nada porque la iba a ir a buscar a la Facultad. Y en el caso de otra, hasta filmó la violación con su celular.
A las cuatro, las neutralizó con un golpe en la cabeza con un elemento contundente. En el caso de Lucía Maidana, prendió fuego la pieza del inquilinato donde residía la chica para borrar las evidencias.
Las dos chicas violadas en el centro, en los respectivos departamentos que alquilaban (Tucumán y Sáenz Peña, y calle San Luis), no alcanzaron a ver las facciones del pervertido. Tampoco Melina, que caminaba por la calle Pedro Méndez cuando la abordó el abusador, vio cómo era el agresor.
El violador serial es un fantasma sin rostro. Desvela a los investigadores, que temen que vuelva a atacar. Si hasta ahora tuvo la cautela de no dejar testigos, ahora que saben todas sus andanzas, creen que será más cauto aún.
El hecho de que se haya filtrado a la prensa el dato de que el mismo perfil genético apareciera en los cuatro casos desató la controversia. Para parte de los detectives, complica la pesquisa, porque pone en alerta al abusador. Otros creen que está bien que la sociedad sepa que hay un violador y asesino suelto, a fin de que las personas tomen los recaudos correspondientes.
Pero más allá de la polémica, hay algo incontrastable. Del delincuente buscado se sabe el patrón genético y nada más. Y eso, a la luz de los horrores que cometió, es poco y preocupa.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas